viernes, 29 de diciembre de 2017

Introducción a la sociología de la educación

La educación es una realidad compleja que presenta múltiples facetas, y el estudio de cada una de ellas da lugar a la amplia gama de las ciencias de la educación. El aspecto social de la educación es tan extenso que, a su vez, ofrece numerosas perspectivas, de modo que no tenemos una sola ciencia social de la educación, sino varias: además de la sociología de la educación, hay también una economía de la educación, una política educacional y una planificación educacional. Todas ellas consideran la educación como "hecho", realidad o fenómeno social; porque, si la consideramos como "acción", quehacer o praxis, cabe todavía otra construcción científica sobre aspectos sociales de la educación: la pedagogía social o teoría de la educación social; es decir, la ciencia pedagógica que intenta poner las bases para una adecuada socialización de los individuos.

1. La sociología de la educación
La educación, además de unas connotaciones individuales, tiene una dimensión social que corre paralela tanto con la historia como con la geografía de la humanidad: la cultura es un elemento constitutivo del hombre, en cuanto distinto del animal, y la educación es parte integrante de la cultura. Donde hay sociedad, hay también educación; pues, como escribe Antonio Delorenzo Neto:

En toda cultura hallamos el mecanismo de su perpetuación bajo la forma de ciertas normas de acción. Éstas determinan algunas relaciones básicas entre padres e hijos, entre jóvenes y viejos, entre maestros y discípulos. Las culturas complejas, para ser transmitidas, exigen reglas pedagógicas expresas. El carácter institucional de la educación se torna cada vez más nítido, manifestándose finalmente en su forma más concreta que es la escuela. Tiene, por tanto, dos aspectos a considerar: a) la educación como parte integrante de las culturas humanas; b) la educación como mecanismo de las propias culturas. La educación comprende, por consiguiente, todos aquellos procesos (institucionalizados o no) que tratan de transmitir determinados conocimientos y patrones de comportamiento, a fin de garantizar la continuidad de la herecia social.

La educación constituye un subsistema social que, en conexión con otros, estructura la vida social, aportando a la misma elementos de tipo actitudinal, económico, laboral, cultural y político; por eso se ha pretendido aplicar a la sociología el método estructuralista. En este sentido, cabe un estudio sociológico de la educación: siendo ésta uno de los componentes sociales, es objeto de la sociología; pero, en tal caso, tenemos una rama sociológica llamada sociología de la educación. Según la fórmula de E.M. Wallner y M. Funke:

La sociología de la educación es una sociología especial vinculada a la Sociología, y que, desde puntos de vista sociológicos, intenta esclarecer la educación como una actividad social, junto con sus objetivos, instituciones, funciones y planificación, y también las repercusiones de la educación en la sociedad.

Para el ruso R.G. Gurowa, el objeto de la sociología de la educación

... estriba en descubrir las exigencias de la sociedad relativas a la educación, la búsqueda de las óptimas posibilidades para la realización de dichas exigencias y también el señalar el tipo de influjo que la formación y educación ejercen en el progreso social. En el descubrimiento de la exigencias de la sociedad con respecto a la generación joven, está la tarea educativa de buscar, en un cierto lugar y tiempo, el sistema de relaciones económicas, ideológicas y sociales existentes. La tarea de la sociología de la educación consiste en valerse de la ayuda de investigaciones sociopedagógicas para armonizar el desarrollo del sistema de formación popular con las variables exigencias de la economía y de la vida social. La sociología de la educación resuelve, también, la cuestión de cuánto son satisfechas las exigencias de la sociedad en nuestros días, y hasta qué punto la juventud actual está preparada para la vida laboral, para la actividad social y para la vida de familia. La sociología de la educación investiga el influjo de la formación y educación en el progreso social, es decir, en el desarrollo de la economía, de la ciencia y de la cultura, y en el perfeccionamiento de las relaciones sociales.

El hecho de que la sociología de la educación sea una ciencia de la educación, ha motivado que algunos la vean como parte de la pedagogía. En este terreno, por lo delicado del tema y por la novedad del concepto, las confusiones han sido frecuentes. A veces se ha caído en uno de estos dos extremos: o en un "pedagogismo" desde el que se pretende que es la pedagogía quien se ha de ocupar de la sociología de la educación; o en un "sociologismo", que considera la pedagogía como una simple ciencia social. Pero la diferencia entre ambas fue establecida muy claramente por Fernando de Azevedo, al afirmar que la sociología de la educación, como ciencia pura y especulativa, describe lo que es y lo que ha sido la educación, al tiempo que la pedagogía, en cuanto ciencia normativa, prescribe lo que la educación debe ser.
Por su objeto material (la educación), la sociología de la educación es una ciencia de la educación; por su objeto formal (lo social de la educación), es una parte de la sociología (no de la pedagogía); por sus posibles aplicaciones, es una ciencia "auxiliar" de la pedagogía.

2. Orígenes de la sociología de la educación
La sociología de la educación empezó con temas afines a la sociología del conocimiento. A. Comte, por ejemplo, señaló la relación entre clase social y los contenidos cognoscitivos de la educación. Es decir, ve a la educación como un hecho condicionado socialmente, pues los procesos escolares tendrían una dependencia de las estructuras de poder. Parecido enfoque hallamos en K. Marx, H. Spencer, L. Ward, E. Durkheim y K. Mannheim.
Vino luego una interpretación funcionalista de la educación, que la considera como factor de cohesión para el sistema social: la educación dada en la escuela puede mejorar la vida social, y se hace necesaria para la consistencia y continuidad de la vida social. Es la tendencia norteamericana de comienzos de siglo, de filiación deweyana, y que constituyó la corriente llamada Educational Sociology, iniciada en 1898 por E.A. Ross y proseguida por D. Suedden, W.R. Smith, C.C. Peters y otros. Para todos ellos la Educational Sociology era una rama de la pedagogía (o Education). En Francia, en cambio, surgió en 1902, como una rama de la sociología, por obra de E. Durkheim, y esta dirección es la que luego se ha impuesto en todas partes. Entre 1920 y 1940, algunos autores alemanes (A. Fischer, Th. Geiger, K. Mannheim) pusieron las bases de esa nueva rama sociológica que, después de la segunda guerra mundial, se ha desarrollado considerablemente en todas partes.
Una dirección que a veces ha tomado ha sido el prestar atención a la socialización del individuo y a la configuración de la personalidad dentro de la familia (formación de lenguajes, de valores, de estímulos simbólicos que condicionan el éxito escolar). En la década de los años cincuenta, McClelland investigó las bases psicológicas que terminan el posterior éxito en los estudios y en la vida de cada individuo. Ese tipo de análisis, referido además a cada clase social y concretado en el lenguaje, es el que ha puesto en boga B. Bernstein a finales del siglo XX.
Cabe mencionar también una sociografía de la educación, que emplea métodos comunes a las ciencias del hombre (por ejemplo, los sociométricos), para describir los grupos y las actividades educativas formales. Digamos, por último, que la sociología de la educación se nutre igualmente de contribuciones interdisciplinarias, como son los estudios demográficos, económicos, urbanísticos, ergonómicos, comparativos y mundialistas.
La sociología de la educación empieza en España propiamente en la década de los sesenta. Entre los primeros trabajos son de destacar los debidos a los pedagogos; a ellos debemos la primera presentación de la sociología de la educación, en su modalidad de sociología educativa. Es una ciencia pedagógica distinta de la llamada pedagogía social; pero indiferenciable de la sociología educativa o sociología pedagógica. En esa década de los sesenta, los tecnócratas españoles prestan atención a la educación como pieza de desarrollo económico, pues se la ve como una inversión rentable para el país que, además, debe hacer frente al fenómeno de la "explosión escolar". La Ley General de Educación (1970) dio lugar a un nuevo enfoque (sociopolítico) en el cultivo de la sociología de la educación, pues obligó a un análisis de la realidad educacional existente y al examen de las bases que debían orientar la reforma del sistema educativo del país. Las críticas subsiguientes a esa reforma, provocadas en su momento por la oposición política, propulsaron las publicaciones socioeducacionales.


2. Método de la sociología de la educación
Ha sido larga la polémica en torno al carácter y método de las ciencias sociales; pues, en cuanto ciencias del hombre, se ven precisadas a tocar unos temas complejos y psicológicos que escapan a los métodos cuantitativos y, por otro lado, si pretenden el rango científico, no tienen otra alternativa que adoptar la clásica metodología empírica.
Resulta difícil precisar el grado en que pueden observarse y medirse los fenómenos humanos; pues, mientras la construcción de modelos cada vez más formalizados y rigurosos impulsa la investigación, el intento de constituir un sistema de unidades isomorfas para los fenómenos sociales no alcanza mucho éxito. Para colmo, la sociología es propensa a contaminarse de ideología, de modo que, leyendo ciertos libros, a veces no sabemos dónde termina la ideología y dónde comienza la ciencia.
Según A. Meier, el paso desde la descripción de correspondencias empíricas a una explicación teorética que formule unas leyes, constituye un salto cualitativo. Pero el hallazgo de leyes viene a ser el objetivo pretendido por la investigación, también de aquélla que, en el terreno de la sociología de la educación, se sirve de métodos empíricos.
De hecho, la investigación sociológica transcurre por cauces de ciencia positiva y trabaja según el clásico método empírico. Lo propio hace la sociología de la educación, puesto que, según expresa Fernando de Azevedo, siguiendo las huellas de Durkheim, la educación presenta las dos características de los hechos sociales: la objetividad y el poder coercitivo. Es una realidad social susceptible de observación y, por lo tanto, de tratamiento científico.
En la práctica, se empieza por establecer una hipótesis, para seguir con la recogida de una serie de datos que se elaborarán para ver si la confirman o la desmienten, con lo cual se podrá pasar de la hipótesis a la formulación de una ley sociológica. Las fases por las que hay que pasar son las siguientes: 1) trabajo preliminar o elaboración del proyecto; 2) investigación piloto o ensayo del método; 3) trabajo de campo o recogida de datos; 4) elaboración de los datos; 5) interpretación de los mismos; y 6) deducciones finales. Cuando la investigación es compleja, el plan comprende la previsión de personal, de etapas, de tiempos y de gastos.
La consecución de datos es el primer problema a resolver. Se puede hacer a un nivel holístico (estudiando a la sociedad o los grupos como un todo indivisible), atómico (se consideran los individuos en su comportamiento aislado) o molecular (se examinan fenómenos sociales, pero separados unos de otros). También se puede hacer una observación extensiva (que se fija en muchos casos, con poca profundización) o intensiva (se examinan con detalle unos pocos casos). La observación extensiva conlleva el empleo de la estadística no sólo para establecer la muestra (su tamaño, representatividad, determinación de los sujetos de observación), sino también para proceder a la elaboración de los datos y ver el grado de correlación existente entre las variables.