lunes, 29 de octubre de 2012

La Tierra: el planeta azul

Los satélites artificiales que giran alrededor de la Tierra permiten captar fotografías muy detalladas de nuestro planeta, de manera que no hay duda acerca de su forma y sus dimensiones.
La Tierra, vista desde el espacio, presenta un color azulado debido a la abundancia de oxígeno que hay en la atmósfera. También se distinguen los continentes, en tono marrón, y las masas de nubes, que aparecen como grandes manchas blanquecinas en movimiento.

1. Forma de la Tierra
La Tierra no es una esfera perfecta, pues está ligeramente achatada por los polos. A esta forma tan singular de nuestro planeta se la denomina geoide.
Si nuestro planeta se cortase por el Ecuador, quedaría dividido en dos hemisferios iguales:
  • El hemisferio Norte, denominado también hemisferio continental porque contiene las tierras de Asia, Europa, gran parte de África y casi la mitad de América: 39% de tierra y 61% de agua.
  • El hemisferio Sur, conocido como hemisferio marítimo porque en él predominan los grandes océanos: 19% de tierra y 81% de agua.
2. Dimensiones de la Tierra
Para rodear la Tierra por su parte más ancha o Ecuador, se necesitaría una cuerda de, aproximadamente, 40.077 kilómetros, lo que representa unas 40 veces la distancia entre París y Zaragoza.
La Tierra tiene un diámetro polar de 12.714 kilómetros, mientras que el diámetro ecuatorial es de 12.756 kilómetros. Esto demuestra que la forma esférica de la Tierra no es perfecta.
La superficie total de la Tierra es de 510.000.000 kilómetros cuadrados, aproximadamente 1.000 veces la superficie de España.

viernes, 12 de octubre de 2012

La cultura y el arte en la España visigoda

En la España visigoda continuaron vigentes los elementos culturales de la época romana, que se superpusieron fácilmente a los de origen germánico. Pero la nota distintiva que caracteriza a las manifestaciones del espíritu del período visigótico fue su estrecha dependencia de los eclesiásticos, especialmente después de la conversión de Recaredo al catolicismo, que es cuando la cultura visigoda dio sus mejores frutos.

1. La cultura visigoda
El desarrollo de la cultura en la España visigoda tropezó con muchos obstáculos materiales, como la escasez y el alto precio de los pergaminos y la dificultad para conseguir manuscritos antiguos. Los eclesiásticos monopolizaban la enseñanza y la cultura, que se convertían así en armas de dominio ideológico. Las difíciles condiciones de la época y la ambigüedad hacia la cultura clásica (había una fuerte dependencia hacia ella pero al mismo tiempo era vista con recelo, pues en gran parte era una producción pagana), explican que la cultura visigoda fuera bastante pobre, sin ninguna originalidad. De clara inspiración cristiana, las obras de la España visigoda son ante todo de carácter religioso y de tono eminentemente erudito.
Estatua de San Isidoro,
en la escalinata de la Biblioteca Nacional
de España
Los principales focos de la cultura visigoda se localizan en torno a algunas sedes episcopales (Toledo, Sevilla, Zaragoza) o en las escuelas de los incipientes monasterios. Y la figura intelectual más destacada fue Isidoro de Sevilla (nacimiento probable en 556, muerte en 636). Formado en la escuela que creara su hermano Leandro, Isidoro alcanzó la dignidad de arzobispo de la sede hispalense. Jugó un papel muy destacado en la vida política del reino visigodo en el primer tercio del siglo VI, siendo uno de los primeros formuladores de la teoría política caracterizada por la estrecha fusión entre el poder temporal y el espiritual, aunque con predominio de este último. Su obra es de una enorme variedad, pues incluye desde crónicas de los acontecimientos de la época hasta escritos teológicos o epístolas de indiscutible calidad literaria. Pero su principal aportación fueron las Etimologías. En esta obra se ha visto una preocupación de Isidoro por salvar el legado cultural de la Antigüedad, aunque esta interpretación no es compartida por los modernos estudiosos del tema, que piensan que el arzobispo hispalense se inspiró ante todo en autores eclesiásticos, en su mayoría norteafricanos, y no propiamente en los clásicos. De todas formas, las Etimologías tienen un evidente carácter pedagógico y enciclopédico (se le ha llamado "la primera enciclopedia cristiana"). Las Etimologías ejercieron una influencia de primera magnitud en la Edad Media.

2. El arte visigodo
De los diversos pueblos germánicos que se asentaron en el Imperio Romano son los visigodos los que han legado un arte de más entidad. No obstante, los testimonios artísticos que se han conservado de la España visigoda son muy escasos. La mayoría de ellos datan del siglo VII y se localizan en un área muy reducida, por lo general dentro de la Meseta norte.


San Juan de Baños (Palencia), de planta basilical,
fue mandada construir por el rey Recesvinto en el siglo VII, se cree que fue consagrada  en el año 661.
Lo más interesante del arte visigodo es la arquitectura. Los edificios de la época visigoda, en consonancia con los caracteres dominantes de la economía de aquel tiempo, dan la sensación de un ruralismo aplastante, pues se trata de iglesias de pequeñas dimensiones, situadas en lugares alejados de las grandes urbes. Como elementos constructivos básicos hay que señalar el empleo de sillares y la utilización del arco de herradura, aunque con algunas variantes. Las iglesias son de planta cruciforme o basilical y en la cubierta se utilizan distintos tipos de bóvedas. Las principales iglesias visigodas son Santa Comba de Bande (Orense), San Pedro de la Nave (Zamora), Quintanilla de las Viñas (Burgos), San Juan de Baños (Palencia) y San Fructuoso de Montelios (Portugal).


Daniel en el foso de los leones
Capitel de San Pedro de la Nave (Zamora)
La escultura visigoda que ha llegado hasta nosotros es muy reducida. Se caracteriza por su tallado a bisel. Los motivos decorativos son elementales y en ellos resalta la tendencia a la estilización. Los principales ejemplos de la escultura visigoda son los capiteles historiados de San Pedro de la Nave, en los que se representa a Daniel en el foso de los leones, y los relieves de la iglesia de Quintanilla de las Viñas.




Corona de Recesvinto,
expuesta en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid)


Como todos los pueblos germánicos los visigodos destacaron por la riqueza de su orfebrería. Una espléndida muestra de esta actividad nos lo ofrece el conjunto de piezas que forman el tesoro de Guarrazar (Toledo), de una exuberancia ornamental sin igual y del que destacan las famosas coronas votivas.

domingo, 7 de octubre de 2012

La cultura. Concepto y base

Hay quien ve la diferencia entre antropólogos y sociólogos en que en tanto los primeros recurren, y de un modo bastante socorrido, a la constante explicación de la fenomenología social por medio de la cultura, el “gremio” de los sociólogos hace algo similar pero con respecto a la estructura.
Evans Pritchard participa de la opinión de que las diversas posiciones de las dos grandes escuelas, la de la Antropología Social en Gran Bretaña y la de la Antropología Cultural en los Estados Unidos, parten de que los primeros, siguiendo a Morgan, Spencer y Durkheim, pensaron que la finalidad de la Antropología Social sería la clasificación y el análisis funcional de las estructuras sociales, en tanto que para los segundos, partiendo de Tylor y de otros más orientados hacia la Etnología, concibieron su disciplina como la clasificación y el análisis de la cultura. De todas formas, la relación entre cultura y estructura social es de una íntima interacción.
Los patrones de lo bueno o de lo malo, como el de lo feo y el de lo bonito, o el de lo justo y lo injusto, son relativos de acuerdo con la cultura a la que se pertenece, etc. La importancia de cultura, por lo tanto, es innegable para poder conocer y valorar las actitudes de propios y ajenos.
La cultura fue definida por Linton, con la precisión y brevedad que le son características, como la herencia cultural. Todo hombre pertenece a una cultura y cada sociedad tiene sus propias y específicas peculiaridades culturales. Por lo tanto, se nos hace imposible y carente de sentido hablar de un hombre sin cultura, como es bastante difícil y arriesgado discurrir por el camino de intentar jerarquizar las culturas calificando a unas de superiores con relación a la inferioridad de otras. En cualquier caso, tenemos que tener siempre presente que cada uno de nosotros pertenece a una cultura y que las culturas ajenas serán vistas a través del patrón de la propia, y por lo tanto medidas y calificadas de un modo bastante subjetivo. ¿Podemos acaso decir que la cultura de los occidentales es superior a la de las llamadas sociedades primitivas, como los aborígenes australianos o los indios de la amazonia brasileña? Si lo juzgamos desde el punto de vista de la tecnología, no ha comparación posible entre ambos tipos de sociedades. ¿Pero podemos considerar igual que la superioridad técnica, la moral?
La cultura tiene su origen en la lucha que históricamente ha tenido que sostener el hombre como especie contra la naturaleza. Es el producto de esa misma oposición de la que surge la sociedad. Un instrumento gracias al cual los hombres han podido organizarse y evolucionar hasta la posición que en la actualidad ocupan. La cultura está ligada con la conducta humana, incluyendo en la conducta toda la carga que la psicología, y hasta la biología, le dan, y que aceptamos sin adentrarnos en discusiones.

En primer lugar queda claro que las satisfacciones de las necesidades orgánicas del hombre y de la raza representan una serie mínima de condiciones impuestas en cada cultura. Los problemas planteados por las necesidades nutritivas, reproductivas e higiénicas del hombre deben ser resueltos, y lo son, mediante la construcción de un nuevo ambiente artificial o secundario.
Un nivel cultural de vida significa, a su vez, que nuevas necesidades aparecen y nuevos imperativos o determinantes son impuestos a la conducta humana. Desde luego, la tradición cultural necesita ser transmitida de cada generación a la siguiente. Métodos y mecanismos de carácter educativo existen en toda cultura. El orden y la ley deben ser conservados, desde que la cooperación es la esencia de toda conquista cultural. En cada comunidad es menester que existan disposiciones para sancionar la costumbre y las normas éticas y legales. El sustrato material de la cultura requiere ser renovado y mantenido en condiciones de uso. En consecuencia, son indispensables algunas formas de organización económica aún en las culturas más primitivas.
Así pues, el hombre tiene, primero y ante todo, que satisfacer las necesidades de su organismo. Debe tomar las providencias y desarrollar actividades para alimentarse, guarecerse, vestirse y protegerse del frío, del viento y de la intemperie. Está forzado a defenderse, y a organizarse para tal defensa, contra los enemigos y peligros externos, ya sean físicos, animales o humanos. Todos estos problemas primarios son solucionados por los individuos con el uso de herramientas, mediante la organización en grupos cooperativos y también por el desarrollo del conocimiento y un sentido del valor y de la moral.
Así, aparecen otro tipo de necesidades, que son “las derivadas”, dentro de cada cultura. Esto significa que la cultura provee al hombre de aptitudes derivadas, capacidad y poder; lo que también significa que el enorme alcance de la acción humana sobre las innatas aptitudes del organismo, impone sobre el hombre una serie de “limitaciones”. Las “necesidades derivadas”, o “imperativos culturales”, son aquellos impuestos al hombre por su propia tendencia a extender su seguridad y su bienestar, aventurarse en las varias manifestaciones del movimiento, acrecentar la velocidad, preparar tanto máquinas de destrucción como de producción, etc. Malinowski, en su intento expositivo ofrece también las dos series siguientes de imperativos y concomitantes.

Imperativos / Concomitantes
1. El patrimonio cultural constituido por los utensilios y bienes de los consumidores, debe ser producido, mantenido y reemplazado por nueva producción. / 1. Economía.
2. La conducta humana en cuanto se refiere a la prescripción técnica, consetudinaria, legal o moral, debe ser codificada, regulada en acción y sanción. / 2. Control social.
3. El elemento humano gracias al cual se mantiene toda institución, debe ser renovado, formado, disciplinado y provisto del pleno conocimiento de la tradición del grupo. / 3. Educación.
4. Dentro de cada institución, la autoridad debe ser definida, equipada con poderes y dotada de los medios para la ejecución compulsiva de sus mandatos. / 4. Organización política.

Pinturas rupestres, que representan bueyes y pastores
(Argelia)
Los humanos han logrado su “historia” gracias a: 1º, la sustitución del instinto por el aprendizaje; 2º, el desarrollo de su poder de comunicación; y 3º, la posibilidad, mucho más inmediata en nuestros días, de poder fijar y conservar la comunicación, mediante la escritura, con la que en unos pocos años se ha podido pasar del hombre de las cavernas hasta la era de la desintegración del átomo y de los vuelos interespaciales. Sin embargo, Levi Strauss ha quitado importancia a la llamada “revolución de la escritura”, cargando la importancia sobre la “revolución neolítica”, muy anterior, en la que se seleccionaron semillas y realizaron descubrimientos que considera más importantes para la evolución de la sociedad que la escritura.
Los diversos medios de transmitir la cultura dan origen a la aparición de la primera clasificación de la cultura tal como se la plantean principalmente los etnógrafos. Culturas ágrafas, que son aquellas pertenecientes a las sociedades en que todavía no ha aparecido la escritura y en las que el único medio de transmisión es el de la tradición oral; y culturas dotadas de escritura. También hay que señalar que otro de los vehículos de transmisión de cultura, éste no totalmente autónomo, son las producciones emanantes de cada una de las culturas, o sea, los materiales que son legados a los nuevos integrantes de la sociedad por los antiguos. Los hombres se adaptan a ellos y las innovaciones tienen en la mayoría de los casos, como punto de partida, los instrumentos poseídos.