miércoles, 28 de agosto de 2019

La pedagogía prospectiva como una ciencia de la educación

Para que una disciplina adquiera el rango de ciencia debe cumplir, necesariamente, tres requisitos fundamentales: haber delimitado con precisión su objeto propio de estudio, disponer de métodos particulares de investigación y presentar cierta unidad y generalización de sus principios.
La pedagogía prospectiva reúne los dos primeros requisitos propios de una disciplina científica, puesto que ésta dispone de una considerable cantidad de métodos de investigación minuciosamente ajustados al estudio de su objeto, claramente delimitado. Sin embargo, pecaríamos tal vez de excesivo optimismo si nos atreviéramos a afirmar que la pedagogía prospectiva ha conseguido también una adecuada unidad y generalización de sus principios y conclusiones. Muchos investigadores estarían de acuerdo en que aún quedan por sistematizar muchos aspectos, y en que gran parte de las leyes de tendencia elaboradas no han sido, quizá, circunscritas con el debido rigor dentro del rango de generalización científica que les corresponde.
No obstante, esto no quiere decir que no pueda conseguirlo en un futuro inmediato. El hecho de ser la pedagogía prospectiva una disciplina muy reciente (se remonta aproximadamente a la década de los sesenta del siglo XX) justifica, cuando menos parcialmente, que no haya conseguido todavía una satisfactoria integración de sus resultados dispersos, obtenidos por la aplicación de métodos muy dispares y con enfoques no uniformes, dentro de una estructura unitaria y coherente.

Orientación teleológica de la pedagogía prospectiva 
Como acertadamente señaló Robert Jungk (1977), la pedagogía prospectiva tiene que enfrentarse, cuanto menos, a tres problemas fundamentales para conseguir su ulterior y fecundo desarrollo: conseguir la actualización y perfeccionamiento de sus métodos, evitar el peligro de encerrarse en el academicismo y, sobre todo, soslayar el riesgo de ponerse al servicio de grupos particulares de poder político.
Este último punto es, ciertamente, el más conflictivo y difícil de resolver, pues aun cuando el objeto de la prospectiva debería consistir, como señala Friedrich Edding, "en concienciar al hombre sobre su responsabilidad en decidir cómo tendría que ser el futuro y no en decirle cómo será", lo cierto es que en la mayoría de los casos los resultados de la prospectiva no trascienden a la opinión pública y quedan para uso exclusivo de los organismos de decisión y planificación. Roger Garaudy ha denunciado este hecho y ha afirmado que "la gran desgracia de la prospectiva es la de practicarse demasiado cerca de los centros actuales de decisión, trátese de empresas, de organismos, de disposiciones territoriales, de planificaciones o de servicios de defensa nacional. Por tanto, ya desde el comienzo son impuestos a la prospectiva condicionamientos impresionantes".
Es un hecho constatado que la mayor parte de los trabajos prospectivos se han limitado a orientarse por este camino evidentemente antieducativo y manipulador. Ahora bien, la pedagogía prospectiva, lejos de ser un instrumento de manipulación, puede convertirse en pieza clave de una nueva cultura y una verdadera educación. Lo cual sólo podrá conseguirse en el caso de que la pedagogía prospectiva no se limite a ser una mera disciplina tecnológica que planifique el porvenir de una sociedad tecnocrática valiéndose de un conjunto de métodos más o menos adecuados y eficientes. Naturalmente, para ello debe optar decididamente por ser, ante todo, una reflexión sobre los fines, y no una simple previsión tecnológica de los medios.
Desde esta perspectiva teleológica, la pedagogía prospectiva puede asumir una función esencialmente educativa, soslayando cualquier riesgo de manipulación, y llevar a cabo una amplia labor formativa sobre los discentes al ejercitarlos en la tarea de recrearse en el porvenir y capacitarlos para gestar un futuro en consonancia con sus anhelos y su potencialidad creadora personal. 

 

martes, 27 de agosto de 2019

La cultura en la época de los Reyes Católicos

1. El humanismo español
En 1474, año de la coronación de los Reyes Católicos, se publica el primer libro impreso, en Valencia. Y la imprenta se difunde, desde la Corona aragonesa a Castilla.
Fernando el Católico se educó en un ambiente renacentista. A España vendrán humanistas italianos, como Pedro Mártir y Lucio Marineo Sículo. Los príncipes serán educados por humanistas, y la propia Reina Isabel comenzó a aprender latín de la dama Beatriz Galindo, la "Latina". Es un auge cultural que convertirá a muchos aristócratas en mecenas de artistas, a la manera italiana.
El Cardenal Cisneros funda la Universidad de Alcalá en 1508 y ofrecerá en ella una cátedra a Erasmo de Rotterdam. Gran mecenas, Cisneros abordará la edición de la Biblia Políglota, monumento trabajo de la época, impulsará la reforma católica, poniendo el Renacimiento al servicio de la fe, y patrocinará multitud de ediciones de libros.
Las jóvenes generaciones de maestros de Alcalá difunden las ideas de Erasmo e intentan una apertura de España hacia el humanismo europeo.
En 1492, Antonio de Nebrija, profesor de Salamanca y Alcalá, publica la primera Gramática de la Lengua Española. En su prólogo identifica la lengua castellana con el futuro imperio que profetiza para España. Era el orgullo y el optimismo de una nación nueva y en ascenso.
La literatura (Fernando de Rojas, Juan del Encina, Diego de San Pedro, los romances, las novelas de caballería...) sufrirá el mismo impulso moderno y renovador.

2. El arte
En el arte de la época asistimos a un esplendoroso gótico final que muere lentamente, sin decadencia, y al inicio del arte renacentista en España. Ambos estilos coexisten, realizándose en muchos momentos auténticas síntesis basadas en una estructura aún gótica y una decoración típicamente del Renacimiento.

 El Gótico final  
Así, hay un llamado "estilo de los Reyes Católicos" y también estilo "Isabel" o "Gótico florido", que va a ser la versión española del flamígero alemán y del posterior manuelino portugués. En él se mezclarán elementos germánicos y borgoñones con el gusto barroquizante español y con nuestro típico mudéjar. Es un estilo de profusa decoración que recubre las zonas centrales de las fachadas con bellísimos patios. Será impulsado por la nueva monarquía hispánica y secundado por los grandes señores.
Pero es un arte oficial, de viejos y prestigiosos maestros tradicionales, mientras al mismo tiempo las nuevas generaciones, que han estudiado en Italia, traen ya el estilo del Renacimiento que triunfa.
Las grandes construcciones de este gótico final serán la Cartuja de Miraflores, la Capilla del Condestable en la Catedral de Burgos, obra de Simón de Colonia, San Juan de los Reyes en Toledo, de Juan Guas, San Gregorio y San Pablo en Valladolid. En la Corona de Aragón se reforma La Seo de Zaragoza y se construyen la Capilla de San Jorge en la Generalitat de Barcelona y la bellísima Lonja de Valencia, obra de Pedro Compte. A principios del XVI hay un llamado "Estilo Cisneros", de fuerte influencia mudéjar, en torno a Alcalá.

 El primer Renacimiento  
Por la misma época en que se comienza San Gregorio (1488), y también en Valladolid, el joven arquitecto Lorenzo Vázquez empieza la edificación del Palacio de Santa Cruz, ya de una gran sobriedad toscana. Muy pocos años después y a impulso, como el anterior, del Cardenal Mendoza, se construye el Hospital de la Santa Cruz de Toledo (1504), en donde asistimos al definitivo triunfo de un Renacimiento optimista, jugoso y lleno de equilibrio y novedad, que en su primera etapa, por el gusto de la decoración minuciosa, detallada y rica, recibirá el nombre de plateresco. Se levantarán formidables monumentos de la arquitectura civil, como la Casa de las Conchas de Salamanca, el Palacio del Infantado de Guadalajara o el Palacio del Duque de Medinaceli (Cogolludo), de Lorenzo Vázquez. 
Este gran plateresco castellano será el estilo español durante todo el primer tercio del XVI. En Salamanca, ciudad del plateresco, reharán los Reyes Católicos la Universidad, una de las joyas del estilo. En Aragón se difundirá también el plateresco (Santa Engracia de Zaragoza), pero habrá una mayor influencia del mudéjar, con empleo del ladrillo.

Fachada plateresca de la Universidad de Salamanca. En el centro, el medallón con los bustos de los Reyes Católicos, protectores de la Universidad.

 La escultura  
A España vendrán escultores extranjeros, como Domenico Fancelli y Felipe Bigarny. El gran retablo del Pilar de Zaragoza será obra del valenciano Damián Forment. Gil de Siloé realizará el retable de Miraflores y los sepulcros de Miraflores y de la Capilla del Condestable. La escultura derivará muy pronto hacia el renacentismo.

 La pintura  
En pintura destacará el cordobés Bartolomé Bermejo que trabaja en la Corona de Aragón. En Andalucía pinta Alejo Fernández; en Castilla, Fernando Gallego y el gran Pedro Berruguete, que trabaja en Ávila y es autor del famoso "Auto de fe". El más importante de los pintores extranjeros será Juan de Flandes  

jueves, 22 de agosto de 2019

Los métodos prospectivos

A partir de la segunda mitad del siglo XX, se elaboraron una gran variedad de métodos prospectivos para el estudio del futuro. La acción ejercida por organismos tales como la Rand Corporation, el Hudson Institute, la Research Analysis Corporation o el Stanford Research Institute, han contribuido de forma muy particular al desarrollo y madurez de los mismos. A continuación analizaremos, de forma somera y esquemática, los más relevantes métodos prospectivos.
El más conocido de todos ellos es el método Delfos, que fue ideado por Norman Dalkey y Olaf Helmer, alrededor del año 1952. La Rand Corporation de Santa Mónica lo viene utilizando desde 1954 como método básico de investigación.
El método Delfos resulta ser, en definitiva, una derivación, ampliada y perfeccionada, de la técnica del brainstorming. Se trata, consiguientemente, de un método de trabajo en grupo en el que cada uno de los miembros participantes puede exponer libremente sus ideas sobre el futuro. Los expertos del grupo trabajan, empero, en soledad, para evitar cualquier presión o condicionamiento mutuo. Cada uno de ellos trabaja a su aire en su ciudad o país respectivo, sin contacto alguno con los demás componentes del grupo. De esta forma se eliminan variables psicológicas o fenómenos de grupo que inevitablemente tendrían lugar en un debate cara a cara.
Las estimaciones iniciales de cada experto son eviadas a la central coordinadora y reagrupadas en categorías, eliminando las apreciaciones extremas. Posteriormente se devuelve la información global a cada uno de los expertos, para que puedan reconsiderar sus estimaciones iniciales y presentar una segunda opinión más elaborada. Se observa entonces que las valoraciones y opiniones tienden a acercarse entre sí de forma sorprendentemente acusada.
Generalmente no suelen llevarse a cabo más de cinco rondas, pues más allá de este nivel de intercambio las apreciaciones de los distintos expertos acostumbran a cristalizar en expectativas invariables, y resulta ya inútil continuar la consulta.
El secreto del éxito del método reside en la habilidad para consultar a una variedad de personalidades de alto nivel de cualificación profesional y de orientación ideológica dispar. En definitiva, el valor de los resultados está prioritariamente en función de la valía de los profesionales elegidos para el trabajo prospectivo.
Lo cierto es que el método Delfos ha sido aplicado continuamente con éxito en distintas disciplinas científicas. Helmer aplicó esta técnica por primera vez en el campo educativo en el año 1965, con el el objetivo de efectuar predicciones referentes a cuestiones relacionadas con la distribución de fondos económicos estatales para la educación.
Nos parece totalmente acertada la opinión de Jantsch cuando, refiriéndose al susodicho método, señala que "es el que tiene la aplicación más importante en aquellos dominios en que el pensamiento intuitivo es una de las fuentes principales de recogida de datos y en donde el consenso tenga una importancia fundamental".
La matriz de efectos cruzados (MIC) consiste en el establecimiento de una red de interacciones e influencias entre un conjunto de sucesos estudiados, con el cálculo de cada una de las probabilidades de realización futura para cada uno de ellos, y los efectos consiguientes que ejercerán sobre los restantes sucesos que integran la red.
La primera parte del método consiste en determinar las entradas de la matriz, lo cual exige un laborioso trabajo intuitivo por parte de todos los integrantes del grupo de investigación. Posteriormente, se requiere operar matemáticamente con las entradas. El cálculo cuantitativo es complejo, dado que una matriz que actúe tan sólo con diez sucesos requiere unos treinta mil cálculos para poder determinar sus probabilidades futuras. El uso de programas informáticos facilita enormemente el trabajo. Para que el método resulte fecundo es imprescindible que las apreciaciones iniciales sean lo menos subjetivas posible. El MIC ofrece, a pesar de todo, un gran interés, dado que el encuadre práctico que brinda resulta del todo imprescindible para abordar un estudio riguroso del futuro.
El método de escenarios, aparecido en Estados Unidos en los años sesenta, consiste en secuencias hipotéticas de acontecimientos, creadas para orientar la atención sobre procesos causales y acontecimientos futuros decisivos. Su objetivo es el de explorar sistemáticamente los puntos de bifurcación dependientes de las eleccciones diacríticas que se van a efectuar.
Dicho método también se conoce por el nombre de redacción de guiones, y una versión actualizada del mismo ha sido dada por Herman Kahn, del Hudson Institute.
Otros métodos relativamente importantes son el método de experiencia intensiva, el método de extrapolación de tendencias, el método del mapa contextual, el método de análisis de sistemas y el método de analogías. Todos ellos se han usado con mucha frecuencia, en los ámbitos más diversos, tanto en las cuestiones de estrategia militar como en asuntos referentes a redes de telecomunicaciones o en temas referentes a la prospectiva de la sanidad. Y, por supuesto, también en el campo de la investigación educativa.

 Hacia la integración metodológica  
Disponemos, pues, en la actualidad, de un amplio abanico de técnicas y métodos prospectivos que, en determinadas áreas concretas de investigación, han dado fecundos resultados. No obstante, en la situación actual no se ha conseguido todavía un enfoque sistemático que permita convertir a la prospectiva en una ciencia global, que disponga de una perspectiva integrada para abordar su objeto específico de estudio. Por consiguiente, aun cuando el objeto material de dicha disciplina quede correctamente delimitado, el objeto formal de la misma sigue siendo aún, comparado con otras ciencias definitivamente fundamentadas, excesivamente ambiguo.
Con objeto de superar esta brecha, ciertos investigadores han intentado, en repetidas ocasiones, integrar las distintas técnicas existentes en la actualidad dentro de un conjunto clasificatorio coherente. No podemos dejar de mencionar aquí el esfuerzo realizado por el prospectólogo Herman Kahn, que organizó el estudio prospectivo en ocho tipos de enfoques distintos que giraban en torno a tres opciones básicas: optar por extrapolar o por la búsqueda de un objetivo teleológico; optar por un enfoque sintético o morfológico; y finalmente elegir entre operar con ideas intuitivas tomadas de la realidad empírica o con conceptos teoréticos, formulando hipótesis y construyendo distintas variables de un modelo dado.

Los ocho enfoques derivados de estas tres opciones básicas del prospectólogo se resumen en esta figura.
Merece también ser destacado, dentro de esta perspectiva, el notable esfuerzo realizado por la System Development Corporation, que realizó un inventario que valoró un total de veintiún métodos prospectivos distintos, tanto globalmente cuanto respecto a su validez específica dentro de los siguientes ámbitos: descripción de situaciones futuras (probables o deseables), descripción y exploración de los caminos hacia el futuro, determinación de las consecuencias de las decisiones, facilitación del debate público, formación y aprendizaje, investigación sobre determinados problemas y, finalmente, localización de las necesidades en información e investigación. A continuación daba, además, una valoración global sobre la suma de las puntuaciones obtenidas dentro de cada uno de los mencionados ámbitos. Los cinco métodos que obtuvieron una puntuación más elevada fueron los siguientes: el wargames, la simulación operativa, el Delfos, el modelo probabilístico y el modelo determinístico. Todos ellos con una diferencia mínima de calificación.
Otros conatos importantes de integración de métodos prospectivos fueron ensayados por Edward S. Cornish y por P. E. Rosove, por no citar más que unos pocos ejemplos del vasto esfuerzo que se ha realizado, en todo el mundo, para conseguir una adecuada integración de métodos prospectivos con miras a abordar un estudio riguroso y científico del futuro.
Gracias a estas complejas organizaciones, hoy se utiliza en la práctica una mezcla flexible de varios métodos cuya combinación específica se realiza en función del objetivo que se intenta conseguir.