domingo, 26 de enero de 2020

Posibilidades, límites y utilidad de la pedagogía comparada

La pedagogía comparada tiene indudablemente unas posibilidades y unos límites. No se trata de asignarle un papel superior al que debe corresponderle. Aunque resulta habitual que el especialista o investigador de cualquier disciplina pretenda presentarla como algo superior o más importante que cualquier otra rama de estudios, deben reconocerse las propias limitaciones. Asín, entendemos que el papel de la comparación y en general del análisis comparativo es más una función esclarecedora y orientadora que normativa, lo cual limita indudablemente su capacidad de aplicación. La extracción de conclusiones de tipo general y normativo como fruto de la comparación, podría inducir posiblemente a determinados errores o a la justificación de determinadas actitudes o medidas, a veces interesadas y defectuosas, por ejemplo en la planificación educativa. Por consiguiente, debe tenerse plena conciencia de la relatividad de aplicación de las conclusiones y resultados de la comparación.
Por lo tanto, conviene conocer las posibilidades reales de la pedagogía comparada y sus limitaciones. Esta disciplina puede y debe esclarecer los problemas pedagógicos, manteniendo una postura receptiva respecto a las cuestiones educativas nacionales e internacionales. Muchos problemas actuales de la educación coinciden extraordinariamente en los diferentes países, y la pedagogía comparada puede colaborar a un mayor entendimiento, debiendo utilizarse como instrumento básico de las reformas, de las innovaciones y de la planificación educativa en general. Pero no cabe establecer leyes ni considerar a la pedagogía comparada como si de una ciencia normativa se tratase. No puede dar normas sobre procedimientos educativos ni desarrollar una determinada filosofía o teoría de la educación.
Como señala Holmes, la educación comparada ha de estudiar la problemática comparada de la educación; es decir, destacar la importancia del estudio comparado de los diferentes problemas educativos.
En cuanto a la utilidad de la pedagogía comparada, muchos comparatistas se han ocupado de esta cuestión, desde Jullien, que ya señalaba a principios del siglo XIX que la educación comparada puede ofrecer medios para perfeccionar la ciencia de la educación y podía ser un factor de unión y paz entre los pueblos, hasta M. Sadler, I. Kandel, F. Schneider, P. Rosselló, G. Bereday, y sobre todo E. King.

Además de facilitar el conocimiento del propio sistema educativo, la utilidad de la educación comparada resulta incuestionable, aun considerando todas las limitaciones de esta disciplina. Ángel Diego Márquez (1923-2001) sintetiza debidamente esta utilidad con las siguientes líneas:

En todos los precursores de nuestra disciplina se encuentran ideas similares en cuanto a los beneficios que en el campo de la educación deparan los estudios comparados: permiten un mayor conocimiento y una mejor comprensión de los sistemas nacionales y de los factores que los condicionan; posibilitan detectar las fallas más notorias de los sistemas, y ofrecen información acerca de las soluciones adoptadas en otros países para subsanar iguales o similares fallas; contribuyen a la reforma de la educación y al constante perfeccionamiento de ésta; favorecen un más amplio entendimiento entre los pueblos y, por ende, facilitan la comprensión y la colaboración internacional y contribuyen al logro de la paz.
Ángel Diego Márquez (1972): Educación comparada. Teoría y metodología

lunes, 20 de enero de 2020

Edad Moderna: Cambios culturales y científicos

1. El humanismo
La nueva corriente de pensamiento de la Edad Moderna fue el humanismo, desarrollado y difundido por los escritores y pensadores. Sus principales características eran las siguientes:
  • A diferencia de la Edad Media, en la que la religión presidía todos los aspectos de la vida de las personas, ahora es el propio ser humano el centro del universo.
  • Se exaltaba el individualismo, reflejado en la difusión del retrato, en pintura, y de las biografías, en literatura. Se empezó a escribir en lenguas nacionales y no solo en latín.
  • Se fomentó el estudio del pensamiento, el arte y las lenguas de la antigüedad clásica.
Johannes Gutenberg, un orfebre alemán, inventó la imprenta en Europa en 1440. Con ella se podían hacer rápidamente miles de reproducciones de un libro. En cincuenta años a partir de su invención se publicaron en Europa más obras que las producidas en los mil años anteriores.
La invención de la imprenta hizo posible en Europa una rápida difusión de la cultura y del pensamiento humanistas, a lo que también contribuyó la fundación de nuevas universidades.
Uno de los grandes humanistas fue Erasmo de Rotterdam. Escribió Elogio de la locura, obra donde critica la guerra, la avaricia, la intransigencia, la incultura de su tiempo y a la Iglesia (aunque sin separarse de ella).
En España destacaron Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática en lengua castellana, y Juan Luis Vives, la principal figura del humanismo español, que fue profesor en varias universidades europeas.
Las posibilidades que tenían los intelectuales de encontrar trabajo se multiplicaron durante los siglos XV y XVI: tras la invención de la imprenta, se desarrollaron rápidamente las bibliotecas y se hicieron necesarios los servicios de los bibliotecarios. Los escritores eran nombrados, a menudo, secretarios o cronistas de la Corte.

Sala de lectura de la Biblioteca Laurenziana, en Florencia


2. Los cambios religiosos
 La Reforma  
La nueva corriente de pensamiento de la época buscaba una religiosidad más espiritual y rechazaba el lujo, la ostentación, el sentimiento religioso superficial, la corrupción y el poder político de algunos sectores eclesiásticos. Así, en el siglo XVI se abrió en Europa una profunda crisis en el cristianismo. El fraile alemán Martín Lutero quiso reformar la Iglesia católica e inició un movimiento religioso, la Reforma protestante, que acabó separando a una gran parte de Europa del catolicismo.
Lutero basó su concepción, entre otros puntos, en la posibilidad de salvarse únicamente a través de la fe y en la libre interpretación de la Biblia, sin la mediación de los sacerdotes ni del Papa.
Como consecuencia de esta reforma se produjeron luchas entre protestantes y católicos. Europa se dividió: la mayor parte de los países del norte y centro de Europa adoptaron el protestantismo, mientras que el sur siguió siendo católico.
 La Reforma católica o Contrarreforma 
La Iglesia católica emprendió una profunda reforma interior cuyo instrumento fue el Concilio de Trento (1545-1563), en el que se definió la doctrina católica: se defendió la necesidad de realizar buenas obras para alcanzar la salvación; se mantuvo que la interpretación de la Biblia correspondía a las autoridades eclesiásticas; se reafirmó la autoridad del Papa y se estableció una nueva disciplina.
La Compañía de Jesús, orden religiosa fundada por San Ignacio de Loyola, fue el instrumento que difundió las ideas del Concilio de Trento por Europa y América.
 El anglicanismo 
El rey de Inglaterra Enrique VIII decidió romper también los lazos que le unían al Papa, y con él a la Iglesia católica. Dio inicio, así, a un tipo de religión nacional conocida como anglicanismo, cuya máxima autoridad era el propio rey de Inglaterra.

3. La ciencia
Aunque durante el siglo XVI ya se realizaron importantes avances científicos, como los que facilitaron los descubrimientos, fue en el XVII cuando se produjo la denominada revolución científica, que puso las bases de la ciencia moderna. Las academias, sociedades consagradas a la ciencia, el arte o la literatura, desempeñaron un importante papel; en ellas se realizaron una serie de publicaciones periódicas que tenían por objetivo difundir los trabajos científicos.
El cambio más importante radicaba en la forma de hacer ciencia. El filósofo francés René Descartes propuso un método nuevo: no aceptar como verdad nada que no pueda descubrirse a través de la razón. Por otro lado, el británico Roger Bacon afirmaba que los conocimientos se adquieren con la experimentación.
Algunos de los avances científicos más importantes fueron:
  • En astronomía, Nicolás Copérnico, primero, y Galileo Galilei, después, afirmaron que la Tierra no se encontraba en el centro del universo, sino que era un planeta entre otros que giraba alrededor del Sol. Se construyó el observatorio astronómico de Greenwich, que marca el meridiano cero.
  • En botánica, se fundaron jardines botánicos y se estudiaron las propiedades curativas de las plantas y sus posibilidades agrícolas.
  • En física, Isaac Newton descubrió la ley de la gravitación universal y la teoría de la luz y los colores. Se inventó también el barómetro.
  • En medicina destacan Paracelso, que escribió el primer libro sobre enfermedades profesionales, Andrea Vesalio, autor de una obra sobre anatomía humana, y el español Miguel Servet, que descubrió la circulación sanguínea, fenómeno que más tarde fue desarrollado teóricamente por William Harvey.  

viernes, 17 de enero de 2020

Etapas del análisis comparativo

Resulta frecuente en educación comparada que se considere como incluidos en su ámbito a un gran número de trabajos e informes que, aun sin dudar de su importancia e interés, no son en rigor propios de la investigación comparativa, sino más bien contribuciones cercanas o preliminares. Para que un trabajo pueda considerarse como propiamente comparativo, debe examinar dos o más cuestiones de parecida naturaleza. Las variables de la comparación pueden ser la resultante de diferencias geográficas, históricas, metodológicas, etc. Pero, en cualquier caso, para que pueda establecerse adecuadamente la comparación, debe conocerse: qué es lo que se compara -lo cual supone una pluralidad de sujetos-; dónde y cuándo se compara -es decir, una localización espacial y temporal-; cómo se compara -de forma descriptiva, causal, etc.-; y en qué sentido se compara -de forma sincrónica o diacrónica-. Sólo a partir de estas cuestiones será posible afrontar un análisis propiamente comparativo.
De entre los comparatistas que se han ocupado con amplitud y profundidad de las etapas específicas del método comparativo en educación, destacamos dos ilustres autores que pueden considerarse ya clásicos en pedagogía comparada: F. Hilker y G. Bereday.
Un extremo que llama poderosamente la atención es el extraordinario paralelismo o similitud entre los planteamientos metodológicos de estos dos ilustres comparatistas. Pocas diferencias les alejan, como no sea la mayor incidencia sociológica del polaco Bereday, frente a la inclinación más específicamente filosófica y pedagógica del alemán Hilker. Sin embargo, ambos coinciden plenamente en la denominación de las etapas del análisis comparativo -según Bereday-, o peldaños y grados de la comparación -según Hilker-:

Descripción: La descripción es el objetivo principal de los primeros balbuceos de la comparación. Sin embargo, el término descripción no refleja debidamente el contenido ni el sentido de este primero paso o nivel comparativo. Se trata aquí de conseguir un conocimiento amplio y lo más completo posible de aquello que se pretende comparar. No debe pensarse únicamente en la comparación de sistemas educativos extranjeros, sino que, en sentido amplio, los fenómenos educativos a comparar pueden ser de índole muy diversa: construcciones escolares, niveles educativos, métodos de enseñanza, libros de texto, programas, material escolar, teorías pedagógicas, y un largo etcétera, que nos ensancha considerablemente el abanico de posibilidades o aspectos educativos susceptibles de comparar.
La descripción será, pues, el primer estadio de la comparación. Bereday la refiere fundamentalmente a dos cuestiones principales: el examen de la información escrita y las visitas a escuelas. Se trata, por consiguiente, de una primera toma de contacto, un estudio llamémosle inicial, junto a una observación de los fenómenos que se pretende someter a comparación.
El estudio de la información escrita puede proceder de diversos tipos de fuentes, y aunque no vamos ahora a clasificarlas, sí que enumeramos algunas de ellas: anuarios e informes estadísticos, disposiciones legales, decretos de las administraciones y poderes públicos, acuerdos internacionales, informes oficiales, conferencias, libros, folletos, artículos de periódicos o revistas especializadas, diccionarios de pedagogía, películas, vídeos, estudios sociológicos o culturales, documentación histórica y literaria, etc.
El estudio de las fuentes indicadas, por supuesto referidas al ámbito pedagógico, establece el soporte fundamental para llevar a buen término la fase descriptiva.
Junto al estudio de la documentación y fuentes, el conocimiento personal -in situ- constituye el otro método de trabajo propio de la etapa descriptiva, y éste puede que sea de capital importancia en la mayor parte de las investigaciones educativas. Debemos pensar aquí en el interés que pueden tener en esta primera fase del análisis comparativo, por ejemplo en el caso de los estudios de área, los viajes para estudiar directamente los problemas educativos y cuestiones pedagógicas que se pretende someter a comparación; la realización de encuestas; la observación personal y directa; la posibilidad de estimar visualmente el alcance del problema sujeto a comparación; la verificación de posibles hipótesis de trabajo; y, en última instancia, el contacto directo y personal, es decir, lo que podríamos designar por información verbal.
Finalmente, en la fase de la descripción -que Bereday denomina como "geografía de la educación"- debe incluirse un trabajo de organización de todos los datos y material recopilados. El propio Bereday se muestra partidario de presentar estos datos en forma de tablas construidas según categorías analíticas preestablecidas.

Interpretación: Escaso valor tendría la etapa descriptiva si no se realizara de cara a un determinado propósito o finalidad. Por ello, debe destacarse la importancia de perfeccionar convenientemente los sistemas de clasificación de datos e informaciones para que la recogida sistemática de los mismos pueda llevarse a cabo con fluidez. No cabe duda de que el importante desarrollo de la tecnología permite en muchas ocasiones que la recopilación y almacenamiento de datos, así como la elaboración de taxonomías, pueda realizarse con celeridad y mayor eficacia.
La etapa de la interpretación podría considerarse como un serio examen de la fase anterior, que tiene por objeto sobre todo: por un lado, detectar y eliminar las incorrecciones y errores de los datos e informaciones recopilados previamente; y por otro lado, analizar adecuadamente e interpretar de forma pormenorizada estos mismos datos e informaciones. Es, sin duda, la complejidad de todos los fenómenos y hechos educativos la que nos obliga a realizar esta labor de interpretación, o si se quiere, de búsqueda de precisión.
En la etapa de interpretación, Bereday señala la necesidad de utilizar los diversos enfoques y métodos de las ciencias sociales, con objeto de indagar desde otros puntos de vista todos los datos e informaciones de carácter pedagógico que se han reunido en la fase anterior. Estos enfoques más o menos externos al ámbito propiamente educativo nos permiten el examen de las causas, relaciones e interrelaciones que nos conducirán a una correcta interpretación explicativa de los hechos educativos.
Por otra parte, la interpretación debe ocuparse del estudio de las diferentes causas y factores que se relacionan con distinta intensidad en los fenómenos educativos.
En síntesis, cabe afirmar que la interpretación es explicación y comprensión de factores y fuerzas que han intervenido y/o que inciden en el momento actual.

Yuxtaposición: Si la descripción y la interpretación son fases que pueden considerarse como preliminares en el análisis comparativo, no ocurre lo mismo con la yuxtaposición, que puede calificarse ya como una etapa propiamente comparativa.
En la yuxtaposición no interesan de forma individual los datos e informaciones a que aludíamos anteriormente. Se trata de una etapa de carácter eminentemente relacionante, en la que se confrontan diferentes estudios sobre aquello que se pretende comparar, a partir de lo que podríamos designar como conjuntos paralelos.
En la yuxtaposición se tiende hacia una formulación de hipótesis de signo homogeneizante o de conjunción. Y ello se debe esencialmente al hecho de que la yuxtaposición supone el estudio simultáneo de diversos aspectos educativos o variables a considerar, con objeto de establecer el adecuado marco de la comparación. En este sentido, debe considerarse que la etapa de la yuxtaposición es de por sí una etapa de comparación, en la que ya no sólo se observan semejanzas y diferencias, sino que la confrontación de los conjuntos paralelos nos lleva inevitablemente a una situación del problema propiamente comparativa. Por otra parte, la yuxtaposición nos facilita el conocimiento de las diferentes alternativas o soluciones que han sido planteadas en relación con el tema objeto de estudio. No obstante, es importante destacar que en ciertas situaciones estas alternativas o soluciones pueden haber sido aplicadas anteriormente con eficacia, y que en otras circunstancias parecidas puede que no gocen del mismo nivel de aplicación, y en determinados casos, que incluso deba hablarse de fracaso.

Comparación: La última etapa del análisis comparativo es la comparación propiamente dicha. Se trata de una fase de evaluación, de resultados, de consecución, etc., a la que se llega como consecuencia de los análisis realizados en las etapas anteriores, y en especial de la yuxtaposición. Es decir, si en la fase anterior se confrontaban los conjuntos paralelos y se establecía con claridad el cuadro de la comparación, ahora el objetivo principal es valorar y extraer conclusiones, separando lo fundamental de lo accidental. Puede señalarse que se trata más bien de una etapa de síntesis que de análisis.
La comparación es, pues, una etapa valorativa y de crítica, según lo que se ha dado en llamar tertium comparationis o "tercer término de la comparación". La necesidad de este tercer término, que algunos comparatistas han llamado "módulo", deriva del intento de comparar aspectos cualitativos, superando la mera distinción de las semejanzas y diferencias.
La comparación, entendida como medición y evaluación de los fenómenos o aspectos educativos, necesita de un denominador común que se corresponde con este tercer término. En este sentido, la educación comparada debe considerar todos los métodos y recursos que pueden brindarnos las ciencias sociales, y de forma especial la estadística como método de investigación aplicada.
Indudablemente, esta última fase del análisis comparativo es la que supone mayores riesgos y posibilidades de error, sobre todo en lo referente a la comparación de aspectos cualitativos y a los niveles de variablidad. En contrapartida o paralelamente a estos riesgos, es sin lugar a dudas en esta última etapa del análisis comparativo donde mayores rendimientos pueden obtenerse de la comparación, y donde el ejercicio del método comparativo nos demuestra sus posibilidades de aplicación y la utilidad que puede y debe tener el  desarrollo de esta disciplina, reconocida y prácticamente incorporada en todas o casi todas las universidades del mundo: la educación comparada.

domingo, 12 de enero de 2020

¿Qué es una teoría ética?

1. El objeto de la ética
La ética o filosofía moral trata de aclarar en qué consiste lo moral, por qué hemos de comportarnos moralmente y qué consecuencias podemos sacar de la respuesta a esta pregunta para la vida cotidiana. Le preocupa averiguar, por tanto, cuál es la racionalidad de lo moral.
Esto no significa que la ética vaya a considerar a las personas como si sólo fueran seres racionales: los seres humanos poseemos -como dice Xavier Zubiri- una inteligencia sentiente, somos a la vez sentimiento y razón; de forma que ni nuestros sentimientos son puramente irracionales ni nuestra razón fría e insensible. Y esto se muestra con toda claridad en el ámbito moral, en el que hemos de realizar elecciones, porque, al elegir, se ponen en movimiento tanto nuestra capacidad de desear como nuestra inteligencia y razón: si tomamos decisiones es porque deseamos cosas, pero también deseamos hacer elecciones razonables.

2. Diversidad de teorías
Sin embargo, para explicar cuándo una elección es moralmente razonable han nacido distintas teorías éticas, cada una de las cuales ha ofrecido un criterio de racionalidad. Analizaremos el que presentan cuatro de las teorías que siguen teniendo mayor relevancia, tanto por su calidad teórica como por su fecundidad a la hora de tomar decisiones. Conocer los criterios de racionalidad tiene la ventaja de que podemos contar con ellos ante los problemas morales. Porque lo importante no será sólo percatarse de que tales problemas existen, sino también aprender a tomar ante ellos buenas decisiones: decisiones humanizadoras, que cuenten con el sentimiento y la razón.

La elección es o inteligencia deseosa o deseo inteligente, y esta clase de principio es el hombre. 
Aristóteles


3. Felicidad y dignidad
Las principales teorías éticas pueden dividirse en dos grupos:
  • Las dos primeras -la aristotélica y la hedonista- nacen en Grecia, en el siglo IV a.C., con la convicción de que la moral consiste en la búsqueda de la felicidad. Por eso -piensan- la ética ha de descubrir qué tipo de racionalidad nos llevará a conseguirla y qué criterio ha de utilizar esa racionalidad.
  • Las dos segundas teoría -la kantiana y la dialógica- surgen, respectivamente, a fines del siglo XVIII y en el último cuarto del XX. Aunque para ambas resulta obvio que los seres humanos deseamos ser felices, consideran que no es ése el verdadero problema moral: la verdadera cuestión moral es si existe algún tipo de seres a los que no se debe manipular, a los que hay que reconocer una dignidad, y qué criterio debemos aplicar al tomar decisiones para respetar realmente esa dignidad.   

martes, 7 de enero de 2020

El método comparativo aplicado a la educación

El método comparativo en el ámbito educativo no ha alcanzado todavía un nivel de desarrollo que podamos llamar concluyente. Sin embargo, algunos comparatistas se han ocupado ampliamente de los fundamentos teóricos del método comparativo en pedagogía, a fin de justificar su validez como método científico. El objetivo principal de esta fundamentación teórica es sobre todo aportar luz sobre la naturaleza de la comparación. El pedagogo alemán Franz Hilker apunta dos aspectos o formas de concebir la comparación.
Primeramente, la considera como una descripción en la que se unen diversas actividades de observación, de análisis y de coordinación. Todas ellas forman parte de un conjunto o sistema de interrelaciones, predominando unos u otros aspectos según sea el caso que nos ocupe.
El otro aspecto o forma de penetrar en la comparación es considerándola en su sentido dinámico, funcional; es decir, activo. En palabras del propio Hilker, la comparación sería una acción de "pensar en relación".
Este segundo aspecto o forma de concebir la comparación se corresponde con la filosofía y el espíritu de la "teoría de las corrientes educativas" del prestigioso Pedro Rosselló, el cual nos plantea en su obra el sentido de una educación comparada dinámica, entendiéndola como "el estudio de la vida de una corriente educativa, de su progreso evolutivo, de su tendencia al alza, a la estabilidad, o la baja". En este sentido, Rosselló nos indica el planteamiento descriptivo y explicativo de la educación comparada dinámica para llevar a cabo el estudio de las corrientes y el movimiento de las mismas.
La metodología comparativa viene definida por un amplio sistema de relaciones y de interrelaciones; y en educación, este sistema relacionante propio de la comparación se hace más complejo por las diversas variables que intervienen en el proceso educativo y en el análisis del hecho educacional.
El punto de partida de toda comparación presupone una concepción apriorística de desigualdad o diferencia. Es decir, en cualquier comparación se rechaza, o más bien no se admite, un planteamiento de mismidad.
Por otra parte, la comparación debe contar de forma indispensable con uno o más criterios, en función de los cuales sea posible ordenar y relacionar las diferentes variables que se pretenden estudiar. Por consiguiente, resulta absolutamente necesario conocer a fondo el término o criterio de la comparación, ya sea cuantitativo o cualitativo, o ambos al mismo tiempo.
La finalidad principal de la comparación educativa, además de afirmar la existencia de los sujetos de la comparación, es el descubrimiento de las semejanzas, diferencias y diversas relaciones que se pueden establecer. Por ello, cabe suponer una afinidad o proximidad geográfica e histórica para que sea posible la comparación educativa.

Otro aspecto de capital importancia en educación comparada es el conocimiento exhaustivo de la realidad social y cultural. Sería, pues, inimaginable un análisis comparativo de teorías pedagógicas, de planificación o programación, o de métodos de enseñanza, en el que no interviniera un juicio razonado de la realidad sociocultural en la que se pretende llevar a cabo el análisis comparativo.
En síntesis, podemos indicar que la educación comparada es por un lado y desde un punto de vista científico una metodología de trabajo de la pedagogía, a partir de la comparación de fuentes, situaciones, instituciones, etc.; y por otro lado, el estudio de los diferentes sistemas educativos en el mundo -teórica y prácticamente-, o parcelas o aspectos de los mismos.

domingo, 5 de enero de 2020

Los nuevos espacios geográficos

Ante los problemas para la expansión marítima por el Atlántico sur a causa de que sus rutas comerciales estaban controladas por Portugal, los Reyes Católicos se decidirán a aceptar la idea de Cristóbal Colón, que propone llegar a las Indias atravesando el Atlántico. El inesperado encuentro con América dará origen al gran Imperio Español ultramarino y sus ingentes aportaciones de oro y plata serán la base financiera de la actuación hegemónica en Europa.

1. Los planteamientos de la expansión ultramarina
Durante el siglo XV, Castilla y Portugal, unas veces de común acuerdo, la mayor parte en competencia, habían descendido por las costas atlánticas africanas atraídos por el azúcar, el marfil, los esclavos negros y, sobre todo, por el oro de Sudán. Pero mientras Castilla había tenido una época de turbulentas contiendas civiles y una amplia serie de problemas internos y externos, Portugal, en cambio, había construido sobre esa expansión comercial las bases de su identidad nacional y su peculiarización frente a los otros reinos ibéricos.
Las rutas mercantiles por el Mediterráneo estaban dominadas por los comerciantes italianos (sobre todo venecianos) y por los musulmanes; el ascenso turco, por otro lado, había hecho estas rutas peligrosas desde principios del siglo XV.
Cerrado el camino del Mediterráneo para llegar a las Indias y a las islas de las especias, los navegantes ibéricos buscarán una ruta que les lleve a esta zona comercial contorneando África. Las especias (pimienta, clavo, canela, nuez moscada) son elementos base de la alimentación europea, sobre todo por problemas de conservación de alimentos (carnes y pescados). Por otro lado, un aumento del gusto por el lujo, hace que sean codiciadas las sedas, las piedras preciosas, los perfumes, los productos todos de Oriente.
Pero cuando los avances técnicos (brújula, astrolabio, carabela) permiten alejarse de la costa y emprender grandes periplos, y cuando los avances científicos (conocimiento de la redondez de la Tierra) permiten adivinar nuevas posibilidades, ningún país europeo estará mejor preparado que los ibéricos.

2. La expansión portuguesa
Desde fecha muy temprana los portugueses poseían las Madeira y las Azores. A mediados de siglo, han llegado ya al Sahara y a las costas de Guinea. El Príncipe D. Enrique el Navegante había fundado una escuela de navegación y cartografía en Sagres. Y en la segunda mitad del siglo su avance es decisivo. Exploradores como Dionís Díaz, Cadamosto, Gómez, Diego Cao... avanzan más y más hacia el sur. En 1488, el gran navegante Bartolomé Díaz dobla el Cabo de las Tormentas, que llamará de Nueva Esperanza. Y por fin, en 1498, Vasco de Gama arriba a Calicut, en la India. Sin embargo, el panorama iba a cambiar de forma casi simultánea. Seis años antes de que Vasco de Gama llegara a la India, un navegante (seguramente genovés) al servicio de Castilla, Cristóbal Colón, había arribado a las costas de América.
Los portugueses crean un formidable imperio mercantil formado por un rosario de bases costeras de tipo comercial, casi sin aparato militar terrestre. Pero su potente marina barre a cañonazos las frágiles naves musulmanas que comerciaban en el Índico, del que se hacen los dueños. Portugal se apodera de Ormuz y Adén y vitaliza al máximo la ruta sudafricana, contribuyendo así, decisivamente, al declive comercial del Mediterráneo.

3. Castilla, un competidor que llega tarde
Mientras tanto, Castilla sólo había puesto el pie, en tiempos de Enrique III, en las Islas Afortunadas (las Canarias), sin consolidar la conquista. Los Reyes Católicos se instalarían ya en ellas y en Santa Cruz del Mar Pequeña. 
Pero era evidente que habían llegado tarde. Los marinos andaluces, unidos a los genoveses, que habían competido individualmente con Portugal en el dominio de esta ruta, son desplazados de ella, muchas veces por la fuerza.
Sin embargo, Castilla, que había logrado la formación de una gran entidad política en la Península, y cuyos hombres estaban impulsados por la inercia de 8 siglos de reconquista, a punto de finalizar, estaba abocada a la expansión. Le empujaba a ello la potencia mercantil española montada sobre una situación geográfica privilegiada, la necesidad de metales preciosos en una época de crisis económica (las leyendas hablaban de fabulosos tesoros en África y Asia), la rivalidad con Portugal, al que veía engrandecido con las riquezas del comercio de Oriente. Y también una serie de móviles espirituales, que no hay que dejar de considerar: el móvil religioso, que impulsaba a seguir la lucha contra los musulmanes, y ahora contra los turcos. Las leyendas hablaban de un mítico reino cristiano del "Preste Juan", al otro lado del imperio turco con el que podrían establecer alianzas... Los castellanos deseaban conquistar nuevas tierras para sus reyes y para la fe cristiana. Hay, por otro lado, un caballeresco espíritu de aventura (como muestran las novelas de la época). Granada, y luego Italia, han producido un ejército de hidalgos dispuestos a luchar por la gloria y la fortuna... Hay que buscar nuevas tierras, hay que encontrar el oro y el triunfo (las leyendas hablan de "Tierras de Oro", "El Dorado", "las siete ciudades de Cíbola", países maravillosos y exóticos...).
Es en este momento cuando aparece un marino, pobre y desconocido, pero con un temperamento místico y ardiente que quiere proponer a los Reyes Católicos una empresa nueva: la llegada a los centros mercantiles de las Indias directamente atravesando el Atlántico. Era Cristóbal Colón.

      
Retablo de la Virgen de los Navegantes (1531-1536), de Alejo Fernández, en la Sala de Audiencias del Alcázar de Sevilla. A los pies de la Virgen se representan los nuevos tipos de naves de la época, como la carabela, más ágiles y con mayor capacidad de maniobra.

sábado, 4 de enero de 2020

Precursores de la pedagogía comparada

A pesar de la múltiples discrepancias entre los comparatistas a nivel de enfoque metodológico, de planteamientos, de objetivos, etc., fácilmente se puede caer en la cuenta de que nadie pone en entredicho la paternidad de esta disciplina. Comúnmente se atribuye a Marc-Antonie Jullien, de París, el nacimiento de la pedagogía comparada, cuando en 1817 publica Esquisse et vues préliminaires d'un ouvrage sur l'éducation comparée. Casi un siglo y medio después, en 1962, el Bureau Internationale d'Éducation, con motivo de la XXV Conferencia Internacional de la Instrucción Pública, publica una edición facsímil de esta obra. A partir de entonces ya no caben dudas sobre quién era el fundador, padre o precursor de la pedagogía comparada: M.-A. Jullien (1775-1848).
Sin embargo, antes y después de Jullien, podemos encontrar diversos autores, procedentes de diferentes ramas del saber, que han sido considerados como antecedentes o precursores más o menos lejanos de esta disciplina. Así, Diderot y sobre todo Montesquieu con su magistral obra El espíritu de las leyes, pueden presentarse como ejemplos de lo que hoy llamaríamos política y derecho comparados. A partir del siglo XVIII, la comparación se nos muestra como un instrumento aplicado a diversos ámbitos del conocimiento científico, como la medicina, la literatura, el derecho, la historia y, posteriormente, la sociología, la antropología y otras ciencias o campos del conocimiento.
En la segunda mitad del siglo XIX se inicia una etapa de viajes y encuestas en la que se publican diversos informes de los viajeros que han recorrido distintos países, europeos generalmente, estudiando los sistemas de instrucción. Un buen ejemplo de los frutos de esta etapa lo constituye el informe de Victor Cousin, en 1831, sobre la instrucción en Alemania.
Posteriormente, y dentro de la primera mitad de nuestro siglo, encontramos un elenco de comparatistas que sistematizan y empiezan a sentar las bases de la educación comparada. También a ellos podemos considerarlos como precursores de esta disciplina: M.E. Sadler, I.L. Kandel, R. Ulich, N. Hans y F. Schneider, entre otros, son autores a quienes debemos en gran medida el importante desarrollo actual de la pedagogía comparada.

viernes, 3 de enero de 2020

Los orígenes de la religión cristiana

1. De la clandestinidad al reconocimiento oficial
La religión cristiana se difundió, en el siglo I a.C., a través de algunas comunidades judías, y pronto encontró seguidores entre los sectores más humildes de la sociedad, ya que predicaba la igualdad entre las personas y la vida eterna tras la muerte.
Pero el cristianismo suponía la creencia en un solo dios (monoteísmo), por lo que chocó con la religión romana, que rendía culto a multitud de dioses y al propio emperador. El cristianismo exigía una práctica exclusivista, y no aceptaba la existencia de otras divinidades. Fue visto como una gran amenaza para la seguridad del Imperio, por lo que se ordenaron persecuciones contra los cristianos y la práctica de sus ceremonias fue condenada. Los cristianos se vieron obligados a celebrar sus cultos en la clandestinidad, y surgieron así en algunas ciudades las catacumbas.
No obstante, se siguió extendiendo por todo el Imperio. En el año 312, el emperador romano Constantino, en los momentos previos a la batalla por la conservación de su trono que le enfrentó a Majencio, tuvo una "visión"; se dice que ante él apareció una cruz de fuego con las palabras In hoc signo vinces, "con esta señal vencerás". Tras su victoria, Constantino atribuyó a la fuerza divina del cristianismo el gran triunfo sobre sus enemigos. Y fue entonces cuando el emperador adoptó como emblema y estandarte de sus ejércitos el lábaro, símbolo de la Iglesia cristiana.

Este crismón contiene las letras X y P entrecruzadas, que son, en lengua griega, las dos primeras letras del nombre de Cristo (χριστος), y, a su lado, la primera y la última letras del alfabeto griego, que son alfa y omega (α, ω), que representan a Cristo como "el principio y el fin de todas las cosas".
Alfa y omega contienen la clave del universo y simbolizan la totalidad del conocimiento, del ser, del espacio y del tiempo.
Constantino se convirtió así en el primer emperador cristiano de la historia romana. En el año 313 proclamó la libertad de culto en el Edicto de Milán, con lo que otorgaba a la religión cristiana reconocimiento oficial. En el año 325, durante el Concilio de Nicea, fijó severísimas normas en materia de fe y disciplina y estableció duras penas para aquellos que cometiesen actos contra la moral pública.
A pesar de su afiliación al cristianismo y de su protección a los cristianos, Constantino no llegó a recibir el bautismo hasta pocos días antes de su muerte. Tan tardía conversión oficial a la fe cristiana le permitió conservar el título de Pontífice Máximo, lo que le daba potestad suprema sobre las religiones paganas. No deseaba desencadenar un conflicto con Roma en materia religiosa, por lo que decidió trasladar la capital de su imperio a Constantinopla, ciudad que consagró a la Virgen María, en el año 330.
Más tarde, en el siglo IV d.C., el emperador Teodosio proclamó el cristianismo como la religión oficial del Imperio en el Edicto de Tesalónica.

Queremos que todas las gentes que estén sometidas a nuestra clemencia sigan la religión que el divino apóstol Pedro predicó a los romanos.

2. La cruz y la espada
A partir de Teodosio, religión y política (la cruz y la espada) se unen en una sola figura. Con la proclamación del cristianismo como religión oficial del Imperio, se publicaron numerosas leyes que prohibían practicar la magia y cualquier otro rito de superstición. Se ilegalizaron las reuniones de magos, astrólogos, adivinos y todo lo que tuviese que ver con poderes sobrenaturales. Los castigos por tal desobediencia eran la muerte en la hoguera o el trabajo en las minas.
Implantada inicialmente en Oriente y en el mundo griego, el cristianismo estableció, a fines del siglo III, comunidades importantes en las regiones de cultura latina, que se vieron favorecidas por las conversiones masivas a las que obligó Constantino.
El cristianismo se había extendido hacia Armenia antes del año 300, y en el siglo IV alcanzó Etiopía. Amparadas por el Imperio Romano, se multiplicaron rápidamente las empresas evangelizadoras dirigidas hacia el continente europeo.
En el siglo VIII, el cristianismo había dejado de ser una religión únicamente mediterránea para convertirse en una religión europea. En ese momento, su expansión se vio detenida por el islam, que pasó a dominar el sur del Mediterráneo.
Cristianismo e islam protagonizaron, a partir de entonces, un enfrentamiento secular en el Mediterráneo y Europa oriental. La religión islámica se difundió rápidamente en Asia, mientras que la cristiana quedó constreñida, durante siglos, entre las barreras del mundo islámico y del océano Atlántico.