domingo, 28 de abril de 2019

Variedad de funciones y medios de la educación no formal

Son muchas y dispares las funciones asumidas por la educación no formal, y no menos ni más homogéneos son los métodos que en ella se utilizan. No existe, por otro lado, una relación orgánica entre los distintos tipos y medios de educación no formal; como dice Callaway (1976), no "integran un sistema, sino más bien subsistemas desvinculados e inconexos que coexisten con el sistema de educación formal y lo complementan".

El abanico de funciones que son total o parcialmente asumidas por la educación no formal se extiende desde una parte muy considerable de la educación permanente hasta el soporte, complemento y, a veces, sustitución de la acción propiamente escolar; desde funciones de capacitación y reciclaje profesional a la educación para el ocio.
En cuanto a los sistemas, procedimientos, técnicas y estructuras organizativas, la educación no formal muestra también una gran diversidad. Hay métodos que implican la relación directa entre educandos y educadores, y otros que están basados en mediaciones tecnológicas (sistemas multimedia); hay procedimientos individualizados y otros que implican situaciones colectivas; los hay con programas minuciosos y otros en los que únicamente se parte de una definición muy genérica de objetivos; el grado de institucionalización es asimismo muy variable...
Se ha intentado establecer algunas taxonomías y tipologías de medios, instituciones y programas no formales, aunque, por la heterogeneidad del sector y por la vaguedad de sus límites, casi nunca resultan suficientemente satisfactorias. Los criterios de clasificación pueden ser muchos, dependiendo su elección del propósito de la taxonomía y sobre todo del ámbito territorial (municipio, región, estado; zona desarrollada o en vías de desarrollo, etc.) a que se refiera.


Sin ánimo taxonómico y sólo para mostrar la amplitud y variedad interna del sector que nos ocupa, enumeramos a continuación, ligeramente ordenadas y distribuidas por funciones o contenidos, actividades no formales:

1.) Alfabetización y educación fundamental de adultos: Campañas de alfabetización de adultos por medios no estrictamente escolares; alfabetización durante el servicio militar; campañas de postalfabetización y de educación de base...
2.) Capacitación profesional para el primer empleo: Programas intensivos de formación profesional para jóvenes en zonas rurales; contratos de trabajo en prácticas; formación ocupacional; cursos organizados por el ejército para jóvenes que cumplen el servicio militar (conductores, radiotelegrafistas); cursos online sobre diferentes especialidades...
3.) Reciclaje, perfeccionamiento y promoción profesional: Programas de educación recurrente; cursillos y seminarios de puesta al día dentro del horario laboral; viajes y estancias en el extranjero sufragadas por las empresas a los técnicos para su actualización; instituciones y cursos para la preparación de oposiciones...
4.) Reconversión profesional de individuos que ya forman parte de la población activa: Programas para readaptar la mano de obra en zonas en que se pretende potenciar un nuevo sector productivo, un cambio de cultivo, etc.
5.) Orientación profesional y vocacional: Escuelas y talleres juveniles vocacionales; departamentos de orientación y selección en las propias empresas...
6.) Formación e información laborales no relacionadas con la estricta cualificación técnica: Actividades culturales organizadas por las empresas para sus trabajadores; utilización de técnicas y sesiones de dinámica de grupos para mejorar las relaciones personales en el trabajo; servicios sindicales de información sobre derechos laborales; información para la prevención de accidentes laborales...
7.) Complemento y apoyo de la educación formal escolar: Granjas e instalaciones rurales abiertas a la utilización de grupos escolares; programas y servicios para las escuelas promovidas por museos, bibliotecas, filmotecas, etc.; radio y televisión escolares...
8.) Recuperación y reintegración de sujetos marginados, desertores y fracasados del sistema escolar: Programas no formales compensatorios; clases particulares; centros que preparan el ingreso en la universidad para mayores de 25 años...
9.) Pedagogía de la tercera edad: Aulas para la tercera edad; actividades culturales para asilos, centros geriátricos y hogares de ancianos...
10.) Pedagogía del ocio infantil y juvenil: Colonias y campamentos de vacaciones; clubs infantiles y juveniles de esparcimiento; agrupamientos de boy-scouts; ludotecas y bibliotecas infantiles...
11.) Formación y animación cultural en general: Casas de cultura; universidades de la calle; ateneos recreativos y culturales; conferencias y otras actividades organizadas por museos, bibliotecas y otros centros culturales; animación sociocultural en barrios...
12.) Formación política: Charlas, debates y mesas redondas sobre temas sociales y políticos; cursillos de formación para militantes de partidos políticos...
13.) Formación religiosa y espiritual: Catequesis; actividades de formación litúrgica organizadas por parroquias, congregaciones, sectas; centros de meditación trascendental...
14.) Formación estética y artística: Escuelas de baile y de ballet; de expresión dinámica, de interpretación y arte dramático; escuelas-talleres de expresión plástica; cursillos de artesanía popular, de fotografía, etc.; profesores particulares de música; escuelas de circo y tauromaquia...
15.) Formación básica y deportiva: Gimnasios; escuelas de judo, kárate, defensa personal; formación para las diversas especialidades deportivas propiciadas por los clubs; cursos de alpinismo, espeleología, submarinismo; cursillos de natación...
16.) Formación intelectual: Escuelas no oficiales de idiomas y cursos por correspondencia; cursos de lectura rápida; cursos para aprender a hablar bien...
17.) Educación ambiental y ecológica: Itinerarios de la naturaleza; actividades formativas de sensibilización organizadas por grupos ecologistas; campañas para la prevención de incendios forestales; campos de trabajo para la protección del patrimonio natural; cursos sobre el uso de energías alternativas no contaminantes...
18.) Educación higiénica y sanitaria: Campañas para la prevención de enfermedades, epidemias, accidentes; cursos de socorrismo y primeros auxilios; campañas contra el abuso del tabaco, el alcohol, los fármacos; recomendaciones a través de los medios de comunicación sobre higiene personal; cursos de dietética...
19.) Educación sexual y familiar: Cursos y cursillos sobre sexología; centros de planificación familiar; entrenamiento para el parto sin dolor; información sobre el control de la natalidad; escuela de padres; cursillos de puericultura; cursos de economía doméstica; consultorios familiares radiofónicos...
20.) Educación cívica y ciudadana: Actividades de sensibilización e información promovidas por asociaciones de consumidores; campañas sobre seguridad ciudadana; campañas para formentar el respeto a los ancianos, minusválidos...
21.) Formación e instrucción en otros aspectos relativos a la vida cotidiana: Auto-escuelas; cursillos de bricolage, de belleza, de cosmética, de gastronomía...
22.) Desarrollo personal y entrenamiento para las relaciones humanas: Sesiones de dinámicas de grupo; institutos de "potencial humano" y de bioenergética; counseling...
23.) Educación especial para disminuidos físicos y psíquicos: Centros de esparcimiento para disminuidos físicos y psíquicos; educadores especiales particulares; preparación psicopedagógica dirigida a familiares de disminuidos...
24.) Reinserción y rehabilitación social: Centros abiertos; educadores de calle; actividades pedagógicas en prisiones y reformatorios; grupos de alcohólicos anónimos; cnetros para la recuperación de drogadictos... 

viernes, 12 de abril de 2019

Ciencia y técnica en el Renacimiento

La imprenta de tipos móviles marcó el inicio de la Edad Moderna. La invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en 1438 coincidió con una época de cambios políticos y sociales en Europa, que la misma innovación contribuyó a profundizar. La mayor facilidad en la difusión de los conocimientos ayudó a enterrar el sistema feudal, lo que fue a favor de una nueva sociedad sostenida por el comercio.

La nueva visión del mundo y de la realidad que se recoge en el espíritu del Renacimiento se dio a conocer en Italia, lo cual puede deberse a que en otros países sólo habitaban en las ciudades la gente del pueblo, ya que los caballeros y las damas de la nobleza vivían en el campo, en sus fincas, atendiendo y administrando sus tierras. Mientras tanto, en Italia, las clases altas poseían casas en las ciudades donde vivían la mayor parte de su tiempo, lo que les permitió contactar con la vida intelectual, cultural y con el espíritu creador que surgió en el siglo XV, que conocemos como Renacimiento, y que se extendió por el resto de Europa durante el siglo XVI. Su precursor fue Petrarca (1304-1374) al proponer recuperar el pensamiento clásico con su imperativo de libertad y razón y su afán por el latín clásico.
Ahora bien, lo que caracteriza a este período es su espíritu de libre investigación, su interés hacia el estudio de todas las materias, lo que hizo que Europa dejase atrás el medievalismo para dar paso al humanismo y al desarrollo de la investigación científica y tecnológica.

1. Leonardo da Vinci (1452-1519) 
Formado desde muy temprana edad en todas las ramas del saber, Leonardo consiguió expresarse en todas las formas artísticas. Fue pintor, escultor, ingeniero, arquitecto, físico, biólogo y filósofo. Su mayor aportación consiste en haber sabido captar los verdaderos métodos de investigación: la observación y la experimentación.
Como pintor, consideró necesario estudiar las leyes de la óptica y la estructura del ojo, los detalles de la anatomía humana y el vuelo de las aves. Como ingeniero, captó intuitivamente los principios de la mecánica dinámica y estática.
Leonardo da Vinci comprendió intuitivamente y utilizó de forma eficaz el método experimental un siglo antes de que Bacon filosofase sobre él y antes de que Galileo lo pusiese en práctica, según consta en sus cuadernos de notas. Dice también que las matemáticas, la geometría y la aritmética pueden llegar a la certeza absoluta en su propio ámbito, puesto que manejan conceptos mentales ideales de valor universal. Ahora bien, la verdadera ciencia se basa en la observación y en la experimentación. Previó el principio de la inercia que después demostró Galileo. Para Leonardo, nada de cuanto percibimos por los sentidos puede moverse por sí mismo; todo cuerpo tiene un peso en la dirección de su movimiento. Se dio cuenta de que la velocidad de un cuerpo en caída libre aumenta con el tiempo, aunque no calculó la relación exacta del índice de esa velocidad con relación al espacio recorrido. Resucitó las ideas de Arquímedes sobre la presión de los fluidos y demostró que los líquidos mantienen el mismo nivel en vasos comunicantes, y si los líquidos son diferentes, sus alturas de nivel serán inversamente proporcionales a sus densidades.
Como pintor y escultor, Leonardo da Vinci desarrolló a fondo conocimientos de anatomía y fisiología. Estudió los músculos del corazón y, según sus dibujos, parece ser que llegó a conocer su funcionamiento. Hay indicios de que comprendió la circulación de la sangre cien años antes de que la diese a conocer Harvey. Estudió el ojo y explicó cómo se forma la imagen en la retina. Por todo ello, Leonardo encarna como nadie el prototipo de hombre renacentista.

2. Copérnico (1473-1543)
Fue promotor del gran cambio de enfoque científico que se produjo después del Renacimiento. Nicolás Copérnico pretendía determinar el sistema de movimiento de los planetas que presentase la armonía más sencilla y armoniosa de los cielos, transportanco el centro de referencia de los movimientos planetarios desde la Tierra hasta las estrellas fijas, con lo cual sus teorías resultaban revolucionarias en el orden físico y en el matemático al echar por tierra la física y la astronomía aristotélica.
Con Copérnico, la Tierra pasó a ser un planeta más, superando así los esquemas del sistema tolemaico. El sistema copernicano se abrió camino lentamente. Al principio lo aceptaron unos pocos matemáticos.
Ahora bien, esta teoría apenas se conoció hasta que Galileo enfocó a los cielos con su telescopio y descubrió los satélites de Júpiter, donde vio también un sistema solar en miniatura.
Copérnico enseñó a mirar el mundo de una forma nueva. La Tierra dejaba de constituir el centro del universo. No obstante, este cambio no implicaba, como muchos creían, que el hombre quedara destronado como rey de la creación, aunque sí hizo dudar de la solidez de semejantes creencias. Por eso, la astronomía copernicana, además de echar por tierra el sistema tolemaico, afectaba también a las creencias humanas en todos los aspectos.

El centro de todo lo ocupa el Sol. ¿En qué otro sitio dentro de este hermoso templo colocaría nadie la antorcha mejor que en ese foco desde donde puede iluminarlo todo al mismo tiempo? Con razón lo llaman algunos "lámpara del universo", otros su "mente", otros su "gobernador"; Trimegisto, el "dios visible", y Sófocles, en su Electra, "la contemplación de todas las cosas". Y tienen razón en el sentido de que el Sol, sentado en su trono real, rige la circundante familia de los astros. [...] Encontramos, pues, en esta disposición tan ordenada una maravillosa simetría en el universo, y una relación precisa y armónica entre el movimiento y la magnitud de los cuerpos siderales, de una calidad que no es posible encontrar en ninguna otra teoría.
Copernico, De revolutionibus orbium celestium

3. Servet (1511-1553) y Harvey (1578-1657)
Miguel Servet, médico y teólogo español, descubrió la circulación pulmonar de la sangre, pero su mecanismo real y la forma en que el corazón mantiene el flujo circulatorio fue revelado por William Harvey.
Calvino denunció y persiguió a Servet por su concepción de la Santísima Trinidad, quien fue condenado y quemado vivo en Ginebra.
William Harvey fue un médico inglés al servicio de la Corte, que puso de manifiesto que el corazón es una especie de máquina hidráulica que mueve todo el cuerpo humano. Dedujo que la sangre tiene que abrirse camino desde las arterias hasta las venas para regresar por ellas al corazón, sentando el fundamento de la medicina y de la cirugía modernas.

4. Bacon (1561-1626)
Francis Bacon propuso un nuevo método experimental para asegurar el progreso en el dominio de las fuerzas de la naturaleza. Constaba de los siguientes pasos:
  • Recoger los hechos que se encontrasen a mano.
  • Hacer todas las observaciones posibles.
  • Realizar todos los experimentos practicables.
  • Coleccionar y clasificar los resultados según ciertas reglas.
La fase primera requiere intuición, imaginación y elaboración de hipótesis de exploración que expliquen los hechos. A continuación ha de seguirse un proceso inductivo para luego deducir por vía matemática o por razonamientos lógicos las consecuencias prácticas y comprobarlas. Posteriormente, mediante la observación y la experimentación, si surgen discrepancias, se debe recomenzar con nuevas conjeturas e hipótesis hasta encontrar una que explique los hechos hasta su comprobación. Entonces se elevan las hipótesis al rango de teorías que coordinan y explican los conocimientos y los hechos.
Bacon influyó notablemente en los enciclopedistas franceses del siglo XVIII.

5. Kepler (1571-1630)
Trabajó con Tycho Brahe (1546-1601), el primer astrónomo que registró detalles de los movimientos planetarios con cierto grado de exactitud.
En la obra de Kepler se encuentra el proceso de inducción y comprobación de tres proposiciones o leyes que rigen el movimiento planetario y que sirvieron de base a la astronomía de Newton:
  • Los planetas recorren trayectorias elípticas, uno de cuyos focos es el Sol.
  • Las áreas trazadas de cualquier órbita por la recta que une el Sol con el planeta son proporcionales al tiempo empleado.
  • Los cuadrados de los períodos que tardan los distintos planetas en recorrer sus órbitas son proporcionales a los cubos de sus distancias medias al Sol.
Estas tres proposiciones se desprendían de la teoría de Copérnico.

6. Galileo Galilei (1564-1642)
Es considerado el primer científico moderno. A partir de él, los hechos se obtienen por observación o experimentación y se les acepta como son. Combinó los métodos experimental e inductivo con la deducción matemática, sentando así los fundamentos de la ciencia física. Fue el inventor del primer termómetro.
Con su descubrimiento del telescopio, Galileo puso de manifiesto que podía confirmar la nueva astronomía. Observó que la cara de la Luna no era una superficie lisa, sino que estaba cubierta de "montañas", y que Júpiter llevaba en su órbita cuatro satélites.
Su obra principal fue la fundación de la dinámica científica: investigando la caída de los cuerpos, descubrió la ley de la aceleración, según la cual la velocidad de caída de un cuerpo es proporcional a la distancia recorrida. También descubrió que la trayectoria que describe un proyectil es de carácter parabólico y que los movimientos locales de diferentes partes de la Tierra responden a fórmulas matemáticas.

7. El nacimiento del método científico
Entre las características del nuevo método, en contraposición al utilizado por la ciencia medieval, podemos señalar:

 a)  La utilización del método hipotético-deductivo: a partir de que el científico intuye lo que considera propiedades esenciales de los fenómenos construye hipótesis, de las que deduce las consecuencias que deberá contrastar con los hechos. En este sentido, el nuevo método científico no se diferencia esencialmente del método inductivo-deductivo de Aristóteles. Los dos momentos principales de este proceso metodológico son: 1) la formulación de hipótesis, y 2) la contrastación de las consecuencias deducidas lógicamente de estas hipótesis con los hechos de la experiencias.
 b)  Tratamiento matemático de la naturaleza: la ciencia medieval hacía una distinción radical entre las ciencias de la naturaleza y la matemática. Esta última sólo servía para tratar entes ideales. La nueva ciencia se basa en el ideal pitagórico y considera que la naturaleza está regida por una auténtica armonía matemática. Frente al estudio basado en el aspecto cualitativo de la realidad se pasa a la consideración del aspecto cuatitativo, y se llega a definir los conceptos métricos "tiempo", "espacio", "fuerza" y "materia", que vienen a sustituir a los conceptos cualitativos escolásticos de "sustancia" y "causa".
 c)  Rechazo de la física teleológica aristotélica: la antigua física trataba de analizar la naturaleza basándose en buscar el "porqué" y el "para qué"; la nueva física se contenta con explicar el "cómo", eliminando las explicaciones finalistas.
 d)  Utilización de la experimentación en la investigación científica: la antigua ciencia se contentaba a lo sumo con la simple observación; sin embargo, la nueva metodología provoca situaciones eligiendo previamente las características cuantificables del fenómeno que interesa. Los experimentos cumplen la función de confirmar la hipótesis, comprobando si realmente ocurren los fenómenos que se deducen de ella. La necesidad de la experimentación provoca el desarrollo de todo un instrumental científico tanto de observación como de medición.       

miércoles, 3 de abril de 2019

La educación no formal

Desde su gran expansión en el siglo XX, la institución escolar ha polarizado la atención referida a lo educativo. Esto, por descontado, no es un hecho gratuito: hasta el momento, la escuela constituye el producto pedagógico institucional más relevante -tanto a nivel cualitativo como cuantitativo- que la sociedad ha sido capaz de generar. No es extraño, pues, que tal institución haya casi monopolizado el discurso pedagógico. Incluso la literatura más crítica sobre la escuela, que proliferó durante los años setenta del siglo XX, ha magnificado -en sentido peyorativo- el papel social de la misma: la escuela como aparato ideológico del Estado dominante en las formaciones capitalistas desarrolladas (Althusser); la escuela como factor para la reproducción de las relaciones sociales de producción (Bourdieu y Passeron, Baudelot y Stablet); la escuela como origen de la mayor parte de los males individuales y sociales (Illich, Reimer). Es decir, tanto las versiones más desconfiadas y culpabilizadoras de la escuela como las ingenuamente más apologéticas (la escuela, templo de la cultura; la escuela como remedio a la desigualdad y plataforma de movilidad social, etc.) coinciden en el punto de reconocerla como la instancia educativa privilegiada.
Sin necesidad de poner en discusión la importancia de la escuela, hay que reconocer, sin embargo, que la pedagogía, de tanto centrarse en aquélla, dio la impresión de que olvidara que la educación es algo mucho más ubicuo y amplio que lo que ocurre en el seno de tal institución. La escuela constituye una forma histórica -esto es, que no siempre ha existido ni tiene por qué durar indefinidamente- de institucionalizar parte de los educativo. Pero ni toda educación se vehicula mediante instituciones específicas, ni la escuela es la única de ellas. Ya Montesquieu citaba tres formas de educación:

Recibimos tres educaciones distintas, si no contrarias: la de nuestros padres, la de nuestros maestros y la del mundo. Lo que nos dicen en la última da al traste con todas las ideas adquiridas anteriormente.

Y más próximo en el tiempo, afirmaba H. M. McLuhan (1968):

Hoy, en nuestras ciudades, la mayor parte de la enseñanza tiene lugar fuera de la escuela. La cantidad de información comunicada por la prensa, las revistas, las películas, la televisión y la radio, exceden en gran medida a la cantidad de información comunicada por la instrucción y los textos en la escuela. Este desafío ha destruido el monopolio del libro como ayuda a la enseñanza y ha derribado los propios muros de las aulas.

 Lo formal, lo no formal y lo informal   
Hacia finales de los años sesenta empezó a ser frecuente en la literatura pedagógica el uso de las expresiones "educación informal" y "educación no formal". En principio, ambas e indistintamente, de forma muy amplia y también imprecisa, eran utilizadas para designar la educación generada fuera de la escuela; esto es, el sector del universo educativo restante del estrictamente escolar. Sin embargo, la gran extensión y la heterogeneidad interna de tal sector fuerzan en seguida a establecer distinciones también en él. Una de ellas es la que ha de permitir discriminar entre aquellos procesos educativos que no siendo escolares se hallan, no obstante, metódica y sistemáticamente configurados para producir determinados efectos de acuerdo con objetivo pedagógicos explícitos, y los procesos también generadores de educación que se producen sin que hayan sido conformados a partir de intervenciones pedagógicas intencionales o específicas. Se trata de etiquetar distintamente, por ejemplo, a una campaña no escolar de alfabetización de adultos, y a los posibles y ocasiones efectos de formación y aprendizaje suscitados por una tertulia de café. Así, con el propósito de atender a la indiscutible conveniencia de distinguir mediante expresiones distintas los dos tipos de educación no escolar, ciertos autores asumieron la discutible y confusa opción de bautizar como educación no formal a la una y educación informal a la otra.
Con ello quedaban esbozados tres tipos de educación o tres sectores del universo educativo: el formal (con la escuela como institución más paradigmática), el no formal (un programa para la enseñanza de idiomas por un sistema multimedia, por ejemplo), y el informal (el juego espontáneo). No obstante, los límites entre un tipo de educación y otro, según las definiciones que se han ensayado, resultan bastante borrosos. Tanto es así, que hay quien entiende que los tres tipos de educación no deben ser considerados como entidades separadas o compartimientos estancos, sino, en palabras de T. J. La Belle (1980) "modos predominantes o modos de énfasis". Es decir, una situación educativa puede tener como modo predominante a uno de los tres tipos de educación, acogiendo secundariamente procedimientos y procesos propios de los dos restantes.

   
La Belle distingue entre "modos educativos" y "características educativas", pudiendo ser ambos formales, no formales e informales. Así, la escuela quedaría situada en el modo formal de educación, aun cuando en ella pueden darse simultáneamente características no formales (actividades extracurriculares) y también informales (las relaciones entre iguales). Por su lado, programas educativos sistemáticos pero extraescolares -situados, por tanto, en el modo no formal- pueden contener elementos propios de la educación formal (impartición de títulos o certificados), y procesos informales (los que son producto de la misma participación en ellos). Y, por último, en la educación propia de las sociedades primitivas, cuyo modo predominante sería el informal, se dan elementos que sugieren ya cierta formalidad (ritos de iniciación) y situaciones encuadrables en la no formal (instrucción deliberada impartida a los jóvenes por algún miembro del clan).
La educación no formal se distinguiría de la informal en que la primera es intencional; es sistemática y metódica; cuenta con objetos pedagógicos previos y explícitos; está generalmente institucionalizada, y se realiza mediante procesos específicos y diferenciados. Por otro lado, lo que distinguiría a los procesos educativos no formales de los formales sería, más que su carácter escolar o no escolar, si se ubican o no en el sistema educativo graduado y jerarquizado. Esto es, si están o no dirigidos a la impartición de los grados académicos oficializados, desde el preescolar a los estudios superiores, con sus diferentes ramales y especialidades. En ocasiones, sin embargo, se consideran también como no formales ciertos medios no convencionales o específicamente escolares orientados hacia los niveles propios del sistema educativo graduado (la formación a distancia, por ejemplo).