sábado, 23 de noviembre de 2019

Necesidades básicas y sus concomitantes culturales: Actividades

El organismo humano, normal y descansado, necesita movimiento. Éste es un imperativo muy general impuesto a la civilización por la naturaleza humana. En primer término, el satisfacer esta necesidad se determina esencialmente por el hecho de que, sin actividad muscular y definida orientación del sistema nervioso, el hombre no realiza cosa alguna. Así, los sistemas de actividades corporales relacionados con la economía, la organización política, la exploración de lo circundante, el contacto con otras comunidades, están vinculados con las tensiones musculares individuales y su excedente de energía nerviosa. En segundo término, son todos instrumentales, es decir, encaminados a la satisfacción de otras necesidades. En consecuencia, están organizados y pueden, por lo tanto, ser descritos, sometidos al análisis teórico y comparado sólo desde el punto de vista de las instituciones. Hay, sin embargo, un amplio campo para combinar la investigación biológica, piscológica y cultural en establecidas y organizadas manifestaciones especiales, como deportes, juegos, danzas, festividades, etc., en las que una regulada y precisa actividad nerviosa y muscular llega a ser un fin en sí misma. Contamos con un cuerpo de investigaciones sobre el tema del juego y la recreación, que ha adelantado ya algunas respuestas a estos problemas: consideraremos por un lado el valor educacional de esas actividades y su papel como preparación para la práctica económica, y por otro, su vínculo con ciertas necesidades fisiológicas que podemos llamar artísticas.


viernes, 22 de noviembre de 2019

La observación y la experimentación en el método científico

Dado que observación y experimentación constituyen los procesos fundamentales del método científico, bueno es que analicemos siquiera brevemente las funciones y características de los mismos.
"La observación muestra y el experimento enseña", nos dice Bernard al introducir dialécticamente el estudio de la observación y el experimento. Pero esta distinción va matizándose a lo largo de su obra hasta señalar unas relaciones más complejas entre ambas actividades.
En efecto, para Bernard, la observación constituye el punto de partida de la investigación. Observación que puede ser pasiva o espontánea, y activa, es decir, hecha en razón de una idea preconcebida de la naturaleza o causa del fenómeno.
Podemos concebir la observación de varias maneras:

① Como elemento básico exploratorio para el descubrimiento de hipótesis científicas: De hecho, todas las ciencias empiezan con la observación, ya que, como el mismo Bernard señala, sólo a través de la observación puede llegarse a la obtención de conceptos con significación objetiva.
② Como método exclusivo y fundamental para el logro empírico de los objetivos de investigación: Así, los métodos descriptivos, por ejemplo, están basados en diseños que utilizan la observación como único elemento.
③ Como parte integrante del proceso científico: Se dará la observación en la recogida de datos que constituyen el material para la comprobación de hipótesis. A medida que la ciencia está más elaborada y la observación se encuentra mucho más controlada, se da un incremento en la utilización de instrumentos de medida, de sistemas de control estandarizados y de análisis estadísticos más complicados, y una creciente sustitución por mediciones cuantitativas mucho más controladas y precisas de las simples observaciones clasificadas por categorías. Desde esta perspectiva, la observación se da en todo proceso científico, aunque con variantes en función de la objetividad en la extracción de los datos, de los procedimientos o técnicas empleadas, del análisis de las condiciones en que se producen las observaciones y del control sobre las posibles variables que pueden alterar el curso del fenómeno.


En cualquier caso debemos preguntarnos qué debe ser observado (marco conceptual), cómo debemos observar (condiciones específicamente establecidas) y qué técnica de registro emplearemos. Tengamos en cuenta que la validez y fiabilidad de nuestras observaciones no dependen únicamente del registro y de las condiciones que hemos determinado para hacer la observación, sino del propio investigador que observa. La percepción es básicamente una interpretación de nuestras sensaciones en la que intervienen nuestros conocimientos anteriores (nivel de expectativa), la motivación y la emoción del propio sujeto.
Existe una relación estrecha entre la observación y la experimentación. A través de la observación de la práctica educativa, brotará normalmente la idea que dé surgimiento a la hipótesis de investigación. La observación activa nos permitirá muchas veces no sólo describir, sino también explicar e incluso predecir el fenómeno. Si nos quedamos en esta etapa de la investigación habremos utilizado los métodos descriptivos, selectivos y correlacionales. Pero sin duda, muchas veces querremos controlar la validez de nuestras predicciones y explicaciones. Para lo cual provocaremos y controlaremos las condiciones de producción del fenómeno, observando después lo que ocurre. Habremos entrado en el método experimental, que utiliza observación y experimento conjuntamente.
El experimento implica el máximo control de las condiciones de producción de los fenómenos educativos.
Si nos fijamos en las variables que intervienen en un experimento, observamos la existencia de una o varias variables independientes manipuladas por el investigador, es decir, introducidas intencionadamente y de forma específica en el experimento para observar el efecto o variación que producen en otra u otras variables, denominadas dependientes. En el terreno educativo es frecuente encontrar como variables independientes los diversos sistemas de instrucción, metodologías, tipo de disciplina escolar, etc.; en tanto que suelen considerarse como variables dependientes el rendimiento de los alumnos y diversas respuestas en el ámbito de la conducta. En la actualidad se pone el acento en estudiar el efecto que producen los estímulos educativos diversos sobre variables no observables directamente, como son por ejemplo las actitudes o los valores de los sujetos, y que precisan por lo mismo unos indicadores de respuesta relacionados con ellas. A esta variación provocada por la variable independiente sobre la dependiente, se le denomina varianza primaria. El investigador puede controlar el efecto mediante grupos de control donde tal variable no haya sido introducida, o bien haciendo que los sujetos pasen por diversas situaciones experimentales, unas con la presencia en distinto grado y otras con la ausencia de la variable independiente. Un caso muy sencillo es cuando deseamos conocer la influencia del tiempo de estudio en el rendimiento escolar.
Existen, desde luego, otras variables que pueden intervenir en la investigación de modo que enmascaren los efectos principales que pretendemos descubrir. Son las intermediarias y extrañas que proceden, bien de los sujetos (como pueden ser la inteligancia, la personalidad, el sexo...), bien de la propia situación experimental (horario, temperatura, características de la habitación...). La varianza sistemática que producen en la variable dependiente se denomina secundaria. El interés de los investigadores reside en controlar al máximo esta varianza secundaria.
Finalmente, es inevitable que existan errores de medida o influencias no controladas. Todas ellas pasan a engrosar la varianza del error. Un experimento adecuado debe tender a minimizar esa varianza si desea descubrir relaciones verdaderas entre variables.

viernes, 15 de noviembre de 2019

La dinámica oceánica

1. Los movimientos de mares y océanos
Debido a la acción de las olas, de las mareas y de las corrientes marinas, las aguas de los océanos y mares están siempre en movimiento.

 Las olas 
Las olas son ondulaciones que se forman cuando el viento agita la superficie de mares y océanos. Las aguas se rizan y empujan a las que están al lado, y éstas, a su vez, agitan las aguas contiguas, y así sucesivamente.
Cuando observamos las olas desde la costa, tenemos la impresión de que avanzan hacia la playa, pero en realidad no se desplazan: únicamente suben y bajan en un movimiento de tipo circular, y se deforman y se rompen cuando rozan el fondo del mar.

 Las mareas 
Las mareas son ascensos y descensos del nivel de las aguas del mar provocados, básicamente, por la atracción de la Luna sobre las aguas de océanos y mares.
La fase en que el nivel del agua sube, la conocemos como marea alta. La fase de descenso se llama marea baja.

 Las corrientes marinas  
Las corrientes marinas son como grandes ríos que discurren por los océanos. Aunque parezca extraño, las aguas de las corrientes marinas y las aguas del resto del mar no se mezclan porque son muy distintas en temperatura, densidad y salinidad.
Cuando la temperatura de una corriente es superior a la de las aguas contiguas, se considera que es una corriente cálida, y si la temperatura de la corriente es inferior, la corriente es fría.


Las corrientes marinas modifican el clima de las costas porque las calientan o las enfrían.
Las costas bañadas por una corriente fría suelen ser muy áridas porque las aguas frías no se evaporan y, por tanto, el aire es seco.
Las costas que reciben corrientes cálidas acostumbran a verse libres de hielos y las lluvias suelen ser más abundantes.

2. La acción del mar en el modelado de las costas
La acción del agua (olas, mareas y corrientes) modela las costas, desgastando los acantilados y provocando su retroceso.
Las rocas arrancadas del acantilado, junto a los sedimentos que los ríos han depositado en el mar, son arrastrados por las corrientes costeras y se depositan en zonas resguardadas, donde forman playas, albuferas, etc. 

3. Sales minerales
El agua del mar contiene sales minerales. De todas ellas, las más abundantes son el sodio y el cloro, que al juntarse forman el cloruro sódico o sal marina.
El contenido de sal es más elevado en aguas cálidas y poco profundas, donde el agua se evapora rápidamente. Por eso el Mediterráneo es un mar salado y la sal es mínima en los mares polares. 

sábado, 2 de noviembre de 2019

El método científico en pedagogía experimental

En primer lugar, conviene advertir que el método científico, en su vertiente empírica, no es privativo de la pedagogía, aun cuando ésta lo utilice peculiarmente, de acuerdo con la naturaleza del fenómeno estudiado.
Se trata de un proceso involucrado en la actividad investigadora, que se orienta a describir, explicar, predecir y controlar los fenómenos educativos.
Para ello intenta utilizar el razonamiento lógico y la observación y/o manipulación sistemática de hechos empíricos.
Se presenta como una síntesis del razonamiento deductivo-inductivo, tal como señala Claude Bernard:

Sólo me limitaré a decir que me parece muy difícil, en la práctica, justificar esta distinción y separar claramente la inducción de la deducción, si la mente del experimentador comienza por observaciones particulares y luego pasa a los principios, a las leyes o a las proposiciones generales para llegar a los hechos particulares cuando deduce lógicamente de estos principios. Únicamente cuando un principio no es absolutamente seguro, tenemos siempre que hacer una deducción temporal que requiere verificación experimental.
Claude Bernard, Introducción al estudio de la medicina experimental

El proceso actual del método científico expresa efectivamente este camino de ida y vuelta. En efecto, abandonado el esquema excesivamente simplificado de la investigación tradicional, Coombs nos ofrece un esquema que se ajusta más al papel real del razonamiento y la observación de los hechos empíricos.


En este esquema aparece con bastante claridad la función y el lugar que las teorías y modelos tienen en la investigación científica. Si ciertamente constituyen el punto de partida, identificando campos que requieren investigación, clasificando fenómenos y ayudando a la formulación de las construcciones lógicas que sustentan la hipótesis, se hallan también en el punto de llegada, desempeñando la función de resumir los datos obtenidos en la investigación o exigiéndose de ellos una modificación.
El método científico parte de unos determinados presupuestos que lo definen:
- Se trata de un proceso objetivo. Esta objetividad se basa en la fiabilidad de la percepción, del recuerdo y del razonamiento. Claro que, para que las fuentes de nuestro conocer sean fiables, exigirán del investigador una formación adecuada y una estrategia que haga posible el control del fenómeno.
- Este proceso está basado en la investigación de problemas que podemos resolver mediante el planteamiento y comprobación de hipótesis. Una hipótesis es el intento de explicación de un fenómeno que pone en relación dos o más variables.
¿Hasta dónde llega nuestro conocimiento científico? ¿Cómo salvar el puente entre la teoría y los hechos empíricos observables? He aquí cuestiones apasionantes, para las que no existe una única respuesta. Depende del concepto de hombre, de mundo y de ciencia que tengamos.
El método científico supone la organización funcional de los fenómenos. Abandonando la relación causa-efecto -tan difícil de probar en problemas educativos- se prefiere buscar leyes de tipo probabilístico que expresan más bien "regularidades" de los hechos educativos, con un margen de error.
Finalmente, el método científico exige del investigador la duda como actitud constante. Hay que admitir también en toda investicación científica unos límites y un margen de error. Sólo desde esa plataforma sencilla y humilde puede construirse poco a poco el andamiaje científico que sirva de base a las teorías pedagógicas.
Así, los propios principios pedagógicos serán iluminados por la experiencia, que alimenta y enriquece nuestra reflexión. Y viceversa: una investigación científica educativa partirá siempre de una concepción del hombre y se insertará en un contexto sociocultural determinado que le imprime orientación y sentido. Sólo desde esta perspectiva puede superarse la vieja polémica sobre la unidad-dicotomía de la ciencia pedagógica.
En cuanto a las fases del método científico, podríamos reducirlas a las siguientes:

❶ Planteo del problema, con el estudio bibliográfico que comporta.
❷ Elaboración de la(s) hipótesis y sus consecuencias.
❸ Elección de la vía metodológica adecuada.
❹ Prueba de la hipótesis, que incluye:
— la elaboración del diseño de la prueba;
— la selección de instrumentos;
— el muestreo;
— la aplicación y análisis de los resultados.
❺ Interpretación y generalización de resultados a la luz de la teoría, de cara a un posible reajuste de la misma.