sábado, 13 de febrero de 2021

Sobre la filosofía cristiana

Aunque la filosofía hecha por cristianos sigue existiendo en la actualidad, como fenómeno social y colectivo tuvo su asiento preferente desde el siglo I d.C. y especialmente durante la Edad Media.
La filosofía alimentada de razón pura nunca ha existido, ni siquiera cuando los filósofos así lo han creído o querido, pues la razón humana no es fría, no se da químicamente en estado "puro", sino que es una razón cálida, que se expresa desde el interior de convicciones, como la fe religiosa, las cosmovisiones de toda índole, las ideologías, etc. De hecho, la historia de la humanidad (y por tanto, la Historia de la Filosofía) ha conocido bastantes más épocas donde la filosofía se vivía y pensaba desde el interior de esa razón cálida, que aquellas otras etapas, breves en extensión, en que se pretendía una aséptica razón pura sin mezcla de fe o de creencias de cualquier tipo.
En concreto, no sólo durante la Edad Media, sino también en otras épocas históricas, la fe religiosa coexistió con la razón en una amalgama imborrable que modeló para siempre el uso mismo de la razón.
Conviene, pues, que recordemos en qué consiste la convicción religiosa en cuyo seno se fue elaborando el discurso filosófico; a tal efecto, necesitamos saber qué nos enseña la fenomenología del hecho religioso en general, lo cual nos ayudará a entender mejor el contexto histórico y vital de San Agustín, San Anselmo o Santo Tomás.

martes, 2 de febrero de 2021

La educación ateniense

La tendencia racionalista, junto con la necesidad de concreción, llevaron al mundo griego a la creación de un tipo ideal, perfecto y armónico de humanidad. La realidad humana presenta, en efecto, dos aspectos que no pueden ser eliminados: el impulso que impele al hombre hacia la felicidad y la continua presencia de dolor. El deseo de la felicidad, con la consiguiente afanosa búsqueda de los medios para conseguirla y la definición de un sistema de vida para ponerla en práctica, es característico de la moral eudemonológica griega, de Sócrates más tarde, para quien el hedonismo cirenaico y epicúreo no son más que formas particulares. Pero el impulso hacia la felicidad está frenado y obstaculizado a cada paso por impedimentos que se resumen todos en el "dolor". La causa de ello radica para los griegos en el hecho de que el espíritu se ha encarnado dentro de la materia y en ésta encuentra un límite para su gozosa expansión. Por esto el hombre aparece encerrado en la caverna platónica: la materia es principio de tiniebla, de irracionalidad y de mal. ¿Cómo, pues, comportarse frente al dolor? ¿Cómo conciliar el impulso hacia la felicidad con el dolor, y el impulso hacia la vida, que es voluntad de afirmación, con la muerte, la miseria, la enfermedad, la vejez y, en suma, con la negación de la vida? Éste es un grave problema para el pensamiento griego. Es el problema de la orientación del hombre en la vida y de su comportamiento ante el dolor.