viernes, 20 de noviembre de 2020

La cultura popular en la Roma Imperial

El primer siglo del Imperio Romano conoció una notable tendencia a la palabra escrita. Los libros procedían de las regiones helenísticas, y su formato habitual era el del rollo de papiro; ése es el formato en el que solían publicarse las obras de los autores latinos y griegos en el siglo I d.C. y durante toda la época del Imperio. La publicación de libros adquirió considerable importancia en los primeros tiempos del Imperio, sin que aquello significara que los escritores pudieran vivir profesionalmente de esta actividad.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Prometeo

El mito de Prometeo ha inspirado muchas obras a lo largo de la historia. El poeta griego Esquilo inmortalizó el mito en su obra Prometeo encadenado. Con el paso del tiempo, la figura de Prometeo ha generado una doble interpretación: Prometeo como un héroe torturado por salvar a la humanidad, y como un hombre libre, que luchó por conseguir el progreso de la humanidad a través del control del fuego. El fuego ha simbolizado siempre el origen de la civilización y, al mismo tiempo, la búsqueda de libertad.
Prometeo fue encadenado a una roca por orden de Zeus. Como rebelión por el castigo impuesto, Prometeo robó el fuego y se lo dio a los hombres para hacer más gratas sus vidas.

lunes, 9 de noviembre de 2020

La Roma Imperial

El ideal de la oratoria propuesto por Cicerón no dejaba de tener sus conexiones con la creciente inestabilidad política del Estado, y la conspiración de Catilina no era sino un síntoma de la degeneración política de la época. El principio del poder unipersonal había quedado admitido ya en el primer cuarto del siglo I a.C. como réplica a situaciones de emergencia, con los sucesivos nombramientos de Mario y Sula. Sula se adueña del poder y tras debilitar los poderes de la asamblea restaura la autoridad del senado. Con su retirada (año 79 a.C.) prosiguen la confusión y las sublevaciones; son los años en que pasan a ocupar el primer plano las figuras de Pompeyo y de Julio César, artífices de la ulterior expansión del influjo romano en el mundo mediterráneo. Nombrado comandante supremo de los ejércitos romanos del este, Pompeyo organizó y dirigió la lucha, y fue amo y señor de Oriente; por su parte, César emprendió la campaña de la Galia transalpina y conquistó el país convirtiéndolo en una nueva provincia romana.

domingo, 8 de noviembre de 2020

La economía de mercado

Lo que caracteriza la nueva situación de la sociedad industrial es el lugar central que en ella ocupa el mercado -se han venido a llamar también "sociedades de mercado"- y la autonomía que ha ido adquiriendo respecto al resto de las instituciones sociales.

Tradicionalmente, el mercado era una institución o el espacio de intercambio regulado por las necesidades sociales, en forma de costumbres, usos, leyes del lugar, etc., incluso prohibición de vender a determinados precios o determinados productos, etc. Buscaba garantizar el bienestar y la satisfacción de los individuos involucrados en la transacción. Por otra parte, no se producía directamente para el mercado, sino que en él se intercambiaba el excedente en un contexto de economía de autoconsumo. Por ello, en principio, el objetivo no era producir para el mercado, sino únicamente resolver por medio de él las necesidades básicas. En esta época se distinguía entre los mercados locales, aislados unos de otros, en los que se vendían los productos de la zona, y los mercados de larga distancia, que vendían productos de ultramar que, en muchos casos, eran de lujo y para la clases más pudientes.

Plaza del Mercado de Cracovia

jueves, 5 de noviembre de 2020

La historia total

Pese a diferencias importantes, podemos señalar algunos puntos comunes de gran trascendencia entre las distintas corrientes que alientan los estudios históricos actuales, y de una manera más general, las ciencias humanas.

Mencionemos en primer término, en las palabras de Labrousse, "una noción interdisciplinaria de estructura", que "es para nosotros, y ya desde el comienzo, una ventaja considerable, una posibilidad magnífica de diálogo, de comunicación". Dicha noción de estructura reposa en la idea, común al marxismo y a todos los estructuralismos, de que lo esencial no es aparente y que sólo el análisis científico puede revelar las relaciones significativas subyacentes, las que, además, no son conscientes para los hombres de una sociedad dada.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Epícteto, un sabio estoico

Si quieres conservar también tus bienes exteriores, el cuerpecito, tus pequeñas propiedades y tu honrilla, te advierto: prepárate con toda la preparación posible y además observa tanto el talante del juez como el de tu oponente: si hay que abrazarle las rodillas, abrázale las rodillas; si hay que llorar, llora; si hay que gemir, gime. Y cuando te sometas a los bienes exteriores, se esclavo en adelante y no andes cambiando de idea, ahora queriendo ser esclavo, ahora no queriendo, sino simplemente elige claramente o lo uno o lo otro: o libre o esclavo, o sabio o inculto, o gallo con raza o sin ella, o aguantas los golpes hasta morir o ríndete de inmediato. No sea que tras aguantar muchos golpes termines rindiéndote.

Epícteto (55-135 d.C.)
Pero si esta conducta te parece vergonzosa, haz ahora mismo la distinción: ¿en dónde reside la esencia de los males y de los bienes? En donde resida también la verdad. Pero donde esté la verdad, allí también se encuentra la naturaleza. Y donde se encuentra la verdad, allí está también la prudencia y donde se encuentra la naturaleza, allí está la verdad. ¿O te parece que si Sócrates hubiera querido conservar sus bienes exteriores habría dicho en su juicio: "A mí Ánito y Meleto pueden matarme, pero no perjudicarme"? ¿Iba a ser tan insensato que no supiera que este camino no conducía a los bienes, sino a otra parte?, no se puede andar a medias tintas, como mi amigo Heráclito, que tenía ciertas complicaciones con una finquita en Rodas y tras haber mostrado a los jueces que reclamaba con justicia, al llegar al final del discurso dijo. "Pero ni os suplicaré ni me importa lo que vayáis a fallar: más bien sois vosotros los juzgados que yo". Y así echó a perder el asunto. ¿Qué necesidad había? Simplemente, no pidas y no añadas el "y yo no estoy pidiendo", a menos que sea una ocasión oportuna para irritar a los jueces, como en el caso de Sócrates.

Epícteto, Disertaciones