lunes, 22 de julio de 2013

Los contrastes térmicos de la Península Ibérica

La Península, en un medio mediterráneo, presenta elevadas temperaturas. Tan sólo en la vertiente cantábrica y atlántica las temperaturas son suaves. El número de horas de sol es muy alto. Casi toda la Península goza de más de 2.000 horas anuales. No obstante existen bajas temperaturas en el invierno en el interior. El hecho fundamental a destacar son los fuertes contrastes térmicos anuales y de unos años a otros.


Cielos despejados y altas temperaturas en la localidad sevillana de Carmona.

1. Factores determinantes de las temperaturas
La diversidad de situaciones térmicas que se producen en el invierno y verano en la Península se explican por varios factores. La dinámica atmosférica juega un papel importante pero no es el único. Las bajas temperaturas del invierno (situaciones anticiclónicas) o las elevadas del verano (influencia de las masas tropicales) son debidas a las masas que afectan a la Península. Explica también las más elevadas temperaturas de enero en el sur, al encontrarse libre de las masas anticiclónicas, y en cierta manera los veranos más frescos del litoral cantábrico y de Castilla-León, al introducir colas de frentes fríos. Pero no explica toda la variedad de temperaturas de las estaciones.
La latitud desempeña un papel importante. Las temperaturas medias aumentan de norte a sur, de tal manera que las diferencias entre ambos litorales son de unos 4º en las medias de enero y de unos 6º en las de julio. El que la Península se encuentre entre mares de características distintas determina que a la misma latitud sean más elevadas las temperaturas levantinas que las occidentales (10º, Lisboa; 12,4º, cabo de La Nao, en Alicante); ambos mares suavizan las temperaturas del invierno, pero el Mediterráneo no refresca las del verano. La existencia de una Iberia interior alta influye decisivamente en las temperaturas: refuerza las heladas del invierno y disminuye las estivales, sobre todo en Castilla-León. E igualmente influye la continentalidad que explica las diferencias entre el litoral y el interior bajo las mismas situaciones climáticas.

Temperaturas medias de enero
Temperaturas medias de julio
2. El dominio de inviernos templados y veranos frescos
Corresponde a las costas cantábrica y atlántica. Las temperaturas medias del mes de enero oscilan entre los 8º y 10º (Gijón 9º; Vigo 9,3º; Coimbra 10,2º) y las de agosto entre 17º y 20º (Gijón 18,7º; Oporto 19,6º). Existen heladas que hacen descender el termómetro varios grados por debajo de cero, pero son poco intensas y frecuentes, y lo mismo podemos decir de las altas temperaturas de verano. La influencia dulcificadora del océano en ambas estaciones, y el paso de frentes fríos en verano, explican la moderación de las temperaturas.

3. El dominio de inviernos fríos y veranos cálidos
Se extiende por las dos Castillas y el valle del Ebro. La característica que le singulariza son los largos y fríos inviernos, sobre todo en Castilla-León. Las temperaturas medias de enero oscilan entre 2º y 6º (en Castilla, de 2º a 4º), las medias mínimas descienden a -11º ó -12º, y las absolutas a -17º y -18º. Los veranos son relativamente frescos en Castilla (20º-21º en agosto) y más calurosos en la submeseta meridional y valle del Ebro (22º-26º); las temperaturas máximas rozan los 40º. Estas condiciones se explican por la influencia de las masas frías en el invierno y por efecto del anticiclón de las Azores en verano; pero fundamentalmente por los efectos de altitud y continentalidad del dominio.

4. El dominio de inviernos templados y veranos cálidos
Comprende Andalucía, el litoral levantino y Extremadura. En este conjunto el paso del Frente Polar en invierno (borrascas suratlánticas) y la ausencia de masas frías, junto con los factores de meridionalidad e influencia dulcificadora del Mediterráneo en el Levante, explican la suavidad de los inviernos: las temperaturas medias de enero oscilan entre 8º y 11º (12º a 14º en la Costa del Sol), las heladas son casi inexistentes y poco acentuadas, las nevadas casi desconocidas. La costa mediterránea andaluza tiene siempre valores positivos que permiten el cultivo de la caña de azúcar, chirimoyas, aguacates.
Los veranos, por el contrario, son muy calurosos. Es necesario distinguir entre la Bética, más continentalizada, y el litoral andaluz y levantino. En la primera, las medias de agosto son del orden de los 26º-28º, las máximas alcanzan valores de 40º-46º y las máximas absolutas por encima de los 50º. Tales temperaturas se explican por la influencia de las masas tropicales marinas y continentales y por los efectos de latitud y continentalidad; el mar Mediterráneo, muy cálido, apenas refresca el litoral.
En conjunto, en la Península existe un dominio (costas septentrionales y atlánticas) en el que los contrastes térmicos anuales son poco acusados (menos de 10º); otro que corresponde al litoral andaluz y levantino, más acusado su contraste (10º-15º) y un conjunto continental de fuertes oscilaciones, superiores a 15º, representado por la Iberia interior y la Andalucía continentalizada.