martes, 28 de agosto de 2012

Las lenguas no indoeuropeas

El origen del euskera se remonta a una época anterior a la llegada de los romanos a la Península Ibérica. Es también anterior a las lenguas indoeuropeas, y quizá tenga alguna relación con las lenguas caucásicas. Es, por tanto, la única lengua superviviente entre las que se hablaban en el suroeste europeo antes de las invasiones indoeuropeas y, desde luego, la única de origen prerromano entre las que se hablan en la Península Ibérica. La romanización ejerció también, aunque de manera más difusa que en otras regiones peninsulares, cierta influencia, y así el euskera terminó incorporando términos procedentes del latín. A su vez, de manera inversa, ciertas lenguas derivadas del latín adoptaron también algunas voces vascas, por ejemplo, izquierda, mus u órdago.
El euskera constituye un interesante ejemplo de supervivencia entre las lenguas actuales, y ha logrado mantenerse vivo a pesar de los muchos obstáculos encontrados a lo largo de su historia, sobre todo debido a la enorme presión que sobre él han ejercido sus dos vecinos, el castellano y el francés.


Datos del año 2010
El número actual de euskaldunes (personas que hablan euskera) es difícil de establecer, pero en cualquier caso se localizan mayoritariamente en el actual País Vasco, en los departamentos vascofranceses y en la Comunidad Foral de Navarra. Existen igualmente comunidades vascoparlantes en otros países, debido a la emigración.

En Europa, pero ya fuera de la Península Ibérica, encontramos otras lenguas que no pertenecen al tronco común de las lenguas indoeuropeas, como el estón, el húngaro, el finlandés y el turco.