lunes, 30 de abril de 2012

Los alfabetos

En torno al año 1500 a.C., se produjo una auténtica revolución en la escritura. Aparecieron los alfabetos, que son sistemas de escritura con pocos signos, con los que se pueden formar todas las palabras de un idioma. Las investigaciones actuales no han permitido establecer claramente cuál es el origen del alfabeto. Únicamente se coincide en la idea de que todos los alfabetos actuales tuvieron un origen común.
El alfabeto aparece como un paso más en la simplificación de la escritura, a partir del avance que ya supusieron los silabarios, y en un proceso en el que la fonética desempeña un papel fundamental. El objetivo parecía claro: un signo para un solo sonido, y no para un par consonante-vocal, como en los silabarios.
En lugar de los miles de ideogramas, o las decenas de sílabas, los alfabetos cuentan con un número mucho más reducido de símbolos, que oscilan habitualmente entre veinte y treinta.
El primer alfabeto conocido, en escritura cuneiforme, data del año 1400 a.C., y fue encontrado en Ugarit, Siria. La escritura cuneiforme (esto es, con forma de cuña o de clavo) es más una técnica de representación que un tipo de escritura. La particularidad de la técnica contribuyó al proceso de abstracción.


El dibujo propio de los pictogramas e ideogramas se fue simplificando progresivamente hasta convertirse en simples líneas, en representaciones cada vez más esquemáticas y abstractas, que posiblemente allanaron el camino para la difusión de los caracteres alfabéticos.
El descubrimiento de este primer alfabeto se produjo en 1929. Fueron encontradas más de dos mil tablillas con textos de todo tipo, cuyo contenido fue traducido rápidamente.
Se trata de un alfabeto formado por tan solo treinta letras consonantes, que posteriormente se redujeron a veintidós. El hecho de que careciera de signos para las vocales no ha podido ser explicado aún de forma satisfactoria.
Este alfabeto sirvió de base para el posterior alfabeto fenicio. Los fenicios, hacia el año 1400 a.C., desarrollaron un abecedario formado por veintidós signos consonánticos que se difundieron por todo el Mediterráneo, y que es el origen de los alfabetos posteriores. Del alfabeto fenicio nacen el alfabeto hebreo, el arameo (y de éste, el árabe) y el griego.

1. El alfabeto griego
El alfabeto griego procede del fenicio, con algunas modificaciones; por ejemplo, se incorporaron las vocales.
Todos los alfabetos utilizados hoy en Europa proceden del alfabeto griego, que, según narraciones míticas, fue introducido en Grecia hacia el siglo IX a.C. por el príncipe fenicio Cadmo. El alfabeto griego consta de 24 letras (ver tabla a la derecha).
Posteriormente, algunos de las letras griegas han pasado a tener un significado simbólico en religión, matemáticas y otras ciencias. Por ejemplo, en religión, las letras alfa y omega simbolizan el principio de totalidad de Jesucristo: principio y fin de todas las cosas, vida y muerte.
En matemáticas, las letras alfa y beta se utilizan en trigonometría y otras como delta, pi u omega, para otras operaciones de cálculo.

2. El alfabeto latino
El alfabeto latino no procede directamente del alfabeto griego, sino del etrusco, que a su vez es una variante del griego. El alfabeto latino consta de veintitrés letras. La principal novedad de este alfabeto consistió en adoptar la grafía C para el sonido k.
Los romanos difundieron este alfabeto latino junto con su lengua y su civilización. Con algunas modificaciones realizadas en la Edad Media, es el alfabeto que se utiliza hoy en casi todo el mundo.