sábado, 7 de octubre de 2017

Interpretaciones conexionistas sobre el aprendizaje

A través de autores especializados en aprendizaje, consideramos diferentes interpretaciones o conjuntos de interpretaciones afines. Las interpretaciones conexionistas, centradas en el estudio y desarrollo de la teoría de los reflejos condicionados, se inician con la teoría que formuló Pavlov como explicación de los fenómenos de condicionamiento. Watson extendió la teoría de Pavlov al aprendizaje, concibiendo el mecanismo del reflejo condicionado como base del aprendizaje tanto humano como animal. Watson, iniciador del conexionismo por contigüidad y del conductismo, fue superado por Guthrie quien, a pesar de ser fiel a la interpretación conductista y a los principios del condicionamiento de Pavlov, sustituye estímulos por señales percibidas por el organismo y respuesta por conjunto de movimientos. La tradición contigüista, basada en los reflejos condicionados, debe completarse con las aportaciones de Konorski, entre las que cabe destacar, gracias a los experimentos realizados con Miller, en 1937, la consideración de un tipo de procesos de condicionamiento, a los que llamó de tipo II para distinguirlos de los considerados por Pavlov.

B. Frederik Skinner (1904-1991)
La segunda de las interpretaciones no se centra en la condición de contigüidad, sino en la de refuerzo. Lo que importa en el aprendizaje no es el establecimiento de nuevas cadenas estímulos-respuestas (E-R), gracias a la contigüidad entre estos dos tipos de situaciones, sino que lo que importa para su interpretación es la fijación de un tipo de estas cadenas propiciado por los mecanismos de refuerzo precisos. Se constituye así una tradición conexionista por refuerzo, de entre cuyos representantes podemos citar a Thorndike como pionero. Posteriormente, y en la misma línea basada en el refuerzo, Skinner reconocerá dos tipos de aprendizaje: el que comprende las conductas respondientes producidas por estímulos específicos y el que comprende las conductas operantes, las que operan sobre el medio ambiente, las no provocadas por estímulos específicos y que suponen un porcentaje elevado de las que emite el ser humano.
La teoría del refuerzo de las conexiones fue sistematizada y formalizada de forma rigurosa por Clark L. Hull, quien sustituyó el factor del "efecto" de Thorndike, en el refuerzo de determinadas conductas, por el de "reducción de la necesidad". La teoría de Hull sirvió a Neal Miller para formular su teoría del aprendizaje, también en la línea conexionista por refuerzo, y que fue de gran utilidad en el ámbito de la psicología de la personalidad, de la psicopatología y de la psicología social, campos en los que trabajó junto a John Dollard. La teoría de Miller guarda cierta semejanza con la de Skinner, tal y como indica Winfred Hill, a pesar de su vocabulario y técnología experimental notablemente diferentes.
Dentro de la línea conexionista por refuerzo, pueden considerarse como representantes más contemporáneos a Spence, con una concepción que arranca de Hull, aunque se diferencia de él en su concepto de refuerzo no ligado ineludiblemente a la reducción de necesidad. De igual forma pueden citarse a Estes, Bush y Mostelles, si bien sus concepciones estadísticas o probabilísticas del aprendizaje no pueden considerarse propiamente teorías.