El modo de estar de los alumnos en el aula es el principal factor en las situaciones escolares de aprendizaje. Y como el modo de estar depende principalmente del contorno social, las situaciones de aprendizaje vienen condicionadas sobre todo por el modo de estar agrupados los alumnos.
1. El número de alumnos por clase. Agrupación rígida y agrupación flexible
Una buena enseñanza no radica en el hecho de que haya sólo 15, 20 ó 25 alumnos en un aula, sino en la posibilidad de que cada alumno pueda, en ocasiones, trabajar individualmente, en otras realizar trabajos en colaboración con grupos pequeños y en otras beneficiarse de una acción colectiva de mayor amplitud. Lo que ha de verse claro es que, siendo distintas las situaciones personales de los alumnos y distintas las situaciones de aprendizaje, no hay una clasificación de alumnos rígida que responda a todas las necesidades y posibilidades. Frente al principio de clasificación única ha de establecerse el de la clasificación flexible, es decir, la organización de las actividades escolares de tal suerte que en el colegio puedan los alumnos sacar el mayor partido posible de su trabajo individual y de su trabajo en diferentes clases de grupos.
2. Situaciones de aprendizaje
Cada alumno puede trabajar en colaboración con los demás o contando únicamente con sus propios elementos (capacidades, conocimientos, materiales). He aquí dos situaciones distintas.
La colaboración con los demás, maestros y compañeros, se puede realizar en distintos grados, cuya efectividad viene condicionada por el número de los que constituyen el grupo. Cada uno de estos grados determina a su vez una situación de aprendizaje distinta.
En primer lugar se halla la comunicación en la cual el escolar está en una actitud puramente receptiva. Hay una fuente de estímulos orales, auditivos o plásticos, presentados "magistralmente". Los escolares sólo han de atender, recibir y fijar los estímulos. Esta comunicación se puede establecer entre un grupo numeroso de escolares y uno o varios expositores. Estamos frente a una situación de aprendizaje: el gran grupo.
Pero la comunicación puede ser recíproca. No uno que habla y muchos que escuchan, sino varios en disposición de hablar y escuchar. Nos hallamos frente a la posibilidad de coloquio. En este caso cada uno es fuente de estímulos para los demás. Este tipo de comunicación se halla condicionado por el número; no puede realizarse con eficacia si hay un gran número de sujetos. Es difícil señalar unos límites precisos al número de interlocutores. Conformémonos con hablar de grupo medio como otra situación de aprendizaje.
En la situación coloquial, la comunicación es predominantemente verbal. Puede hablarse, no obstante, de una comunicación más compleja en la cual no sólo se compartan ideas y sentimientos a través del coloquio, sino también elementos y trabajos materiales cuya posibilidad de uso o realización simultánea exige una mayor limitación en el número de componentes del grupo. El grupo pequeño posibilita otra nueva situación de aprendizaje. En el grupo medio, aludido antes, los componentes hablan; en el grupo pequeño sus componentes trabajan juntos.
Por otra parte, no se puede olvidar el valor educativo de las situaciones en las que el estudiante únicamente cuenta consigo mismo. La capacidad de aprender y los hábitos de trabajo necesitan poder ejercitarse sin el estímulo de la presencia física del maestro o de los compañeros, porque la vida presenta ocasiones en las cuales el hombre cuenta sólo con sus propios recursos. Y también en la vida intelectual el hombre ha de ser capaz de desenvolverse por cuenta propia. El trabajo individual es otra situación de aprendizaje.
La eficacia de estas cuatro situaciones de aprendizaje depende en gran medida de que se programen las actividades de tal suerte que cualquier tema o unidad de trabajo sea desarrollado en todas las situaciones de aprendizaje, de suerte que no se trate de actividades inconexas, sino de actividades relacionadas entre sí de suerte que mutuamente se completen.
3. Gran grupo. Expositivo
La oposición al gran grupo proviene del temor que algunos profesores experimentan al tener que enfrentarse con un conjunto numeroso de alumnos. El profesor convencional, cuyo concepto de su propia labor se reduce a la explicación continuada, tendrá dificultades para mantener la atención, y por consiguiente la disciplina interna y externa, enfrentado a un grupo numeroso de alumnos. Mas, bien programada la sesión de trabajo y teniendo presente que en el gran grupo puede actuar no sólo un profesor aislado, sino un equipo de profesores, la razón de tal temor desaparece.
Además, en la sociedad actual, en la que se van ampliando desmesuradamente los grupos humanos y en la que los medios de comunicación se amplifican, es necesario que preparemos a nuestros alumnos para que sean capaces de aprovechar al máximo las posibilidades formativas de los grandes grupos.
El tamaño del grupo debe ser determinado por la naturaleza de la actividad del aprendizaje. Si el procedimiento de enseñanza es la presentación por parte de un profesor, puede realizarse en un gran grupo (de 45 a 200 o más estudiantes). Por otro lado, si la actividad de aprendizaje seleccionada es la discusión, entonces el grupo no debe contener más de 7 a 15 estudiantes.
Pero no se trata sólo de la posibilidad, sino de la conveniencia de los grandes grupos como situación de aprendizaje. Cuando se ha planeado una presentación apropiada para un grupo numeroso de estudiantes, la amplitud del grupo viene limitada solamente por posibilidades físicas (cabida del local y comodidad de los estudiantes). A través de la enseñanza en grandes grupos, el equipo docente ahorra un tiempo que puede emplear en planificar mejor, en el diagnóstico, en una atención más personal a los estudiantes o en el control de su rendimiento.
Pero hay otra posibilidad. Teniendo en cuenta que la enseñanza en grandes grupos debe ser realizada no por un profesor, sino por un equipo docente, todos y cada uno de los miembros del equipo pueden beneficiarse de la experiencia arrancada de la visión directa del trabajo de sus compañeros.
Por otra parte, bien claro está que utilizando diferentes situaciones para el trabajo escolar, la actividad de los alumnos resultará mucho más variada y por ello, más atractiva.
Se entendería mal la actividad de los grandes grupos si se concibiera como algo aparte e independiente del trabajo en otras situaciones. Todas ellas en tanto que fases constituyen un mismo proceso que se inicia en los grandes grupos y termina en el trabajo individual pasando por el bien de los grupos coloquiales y el trabajo en equipo. La enseñanza en grandes grupos sirve para despertar ideas para el estudio independiente.
Las formas de enseñanza que se pueden utilizar en los grandes grupos vienen determinadas por lo que a los participantes se les exige: escuchar, mirar y tomar notas. La actividad del gran grupo se puede calificar como expositiva por parte del profesor y receptiva por parte del alumno.
4. Grupo medio. Coloquial
Tras la enseñanza en el gran grupo, la función del profesor en la case es guiar la conversación, estimular a los estudiantes a reflexionar seriamente y considerar cuidadosamente lo que han aprendido bien y aquello otro que necesita una mayor atención y un nuevo trabajo particular. El grupo coloquial proporciona a los estudiantes una oportunidad única para aclarar conceptos, fundamentar opiniones y contrastar experiencias.
Otra función específica del grupo coloquial es seleccionar las técnicas y medios de trabajo que se pueden utilizar en relación con es estudio emprendido.
5. Grupo pequeño. Equipo de trabajo
Un equipo de trabajo está formado por un número variable de alumnos (normalmente oscila entre 5 y 8) que toman un trabajo en común y que lo desarrollan aportando cada uno su iniciativa y su esfuerzo personal.
El equipo de trabajo constituye el ambiente y la agrupación más adecuada para una actividad eficaz por parte de los escolares. Para éstos resulta particularmente atrayente, porque cada uno de ellos toma parte activa, y su trabajo queda reflejado en los resultados obtenidos por el grupo. El hecho de trabajar con amigos es una de las más fuerte motivaciones de actividad escolar.
Teniendo en cuenta que en una clase pueden organizarse varios equipos de trabajo, se ofrecen dos posibilidades básicas: que todos los equipos realicen el mismo trabajo y que cada equipo realice un trabajo distinto de los demás. Esta segunda posibilidad permite dividir el contenido de los programas, pero exige una comunicación entre los equipos para que cada uno de ellos se beneficie del trabajo de los demás.
Es importante que a los equipos se les dé oportunidad de tomar decisiones respecto a su actividad. Una decisión tomada en el equipo tiene más fuerza que cualquier decisión o mandato ajeno a él.
El trabajo con grupos presenta muchas posibilidades y también muchas dificultades. Apenas se empieza a trabajar en equipo, los profesores se dan fácilmente cuenta de que hay grupos fáciles y grupos difíciles, ocasiones en que el trabajo se realiza eficazmente y en otras ocasiones los obstáculos se acumulan; a veces, los alumnos parecen llenos de iniciativas, otras veces se encuentran vacíos. Esto vale tanto como decir que el profesor necesita tener una actitud de extrema flexibilidad respecto de los equipos de trabajo. Puede haber equipos cuya cohesión aconseje una permanencia larga, puede haber equipos cuya falta de eficacia aconseje una nueva reorganización.
El ideal es que el profesor pueda orientar al grupo sin resolver él mismo los problemas, en lugar del grupo, aunque éste sea incapaz, de momento, sino interviniendo como un miembro del equipo más entre otros con su función peculiar, la de consejero; ayudar al grupo a salir de sus dificultades proponiéndole eventualmente medios para ello, o mejor todavía, haciéndoselos descubrir.
6. Sujeto aislado. Estudio individual
El estudio individual es el trabajo que realiza un escolar operando con autonomía, aunque dentro del marco total del trabajo escolar, es decir, debe programarse en relación con las actividades escolares.
El principal objetivo del trabajo independiente es estimular al estudiante al conocimiento experimental de sus propias posibilidades y la autodisciplina en el trabajo. En el orden personal, el estudio independiente responde a la preocupación, cada vez mayor, que al confeccionar los programas educativos se tiene por la responsabilidad; cada vez va adquiriendo más relieve la idea de la responsabilidad del estudiante en su aprendizaje.
En el terreno estricto del aprendizaje, los objetivos del estudio independiente pueden enunciarse del siguiente modo:
a - Ayudar al estudiante a aprender a estudiar. El objetivo más importante de una enseñanza no es tanto estimular la adquisición de conocimientos concretos cuando desarrollar la capacidad del sujeto para aprender por su propia cuenta. Confirmando esta idea, se extiende cada vez más la preocupación por las técnicas de estudio. El estudio independiente, junto con la enseñanza en grandes grupos, constituye los mejores situaciones para contrastar en qué medida un estudiante sabe utilizar con eficacia las técnicas de estudio.
b - Ofrecer oportunidades para el pensamiento creador, el pensamiento crítico y la investigación. A la satisfacción en el trabajo se llega con más facilidad cuando se ofrece cauce al aprendizaje creador que, especialmente los alumnos bien dotados, desean aprender planteándose problemas, experimentando, arriesgando incluso errores y trabajo inútiles, comprobando y modificando ideas. Es un medio muy eficaz de aprender. Los profesores deben tener buena fe en sus alumnos para permitir, e incluso estimular, esa aventura intelectual. El estudio independiente, en este sentido, ofrece muchas posibilidades de aprendizaje individualizado.
c - Ofrecer una oportunidad para que el estudiante satisfaga sus propios intereses. Dada la limitación del hombre, se le ofrecen en el campo del aprendizaje muchas posibilidades, entre las que él ha de elegir. Facilitar las posibilidades de elección personal es una buena base para un estudio eficaz y tiene igualmente un gran valor formativo.
d - Reforzar los intereses en el aprendizaje a través del éxito en el trabajo propio.
El estudio independiente se puede programar para ser realizado dentro de la institución escolar, en cuyo caso habrá de armonizarse el tiempo dedicado al estudio con el que figure en el horario como dedicado al trabajo en grupos, y también puede organizarse como actividad fuera del horario escolar, en cuyo caso no interfiere en el trabajo del colegio. Un trabajo realizado en casa sin ser controlado por el profesor tiene poco valor desde el punto de vista pedagógico.
Se han identificado y descrito tres niveles de estudio independiente:
- El primero es el que se puede llamar estudio dirigido. Es un trabajo individual, pero requiere el control e incluso la permanencia física del profesor. Es propiamente una actividad limitada, que se ha de realizar dentro del colegio.
- El segundo nivel se puede llamar estudio sugerido y está representado por una situación en la cual el profesor ofrece varias responsabilidades del trabajo, entre las que el alumno puede elegir. Dicho de otro modo, el profesor propone y el alumno elige. La realización de este estudio independiente puede tener lugar dentro o fuera del colegio.
- El tercero es el estudio autónomo, en el cual el estudiante señala él mismo su tema de trabajo. El profesor ayuda al estudiante a concretar su hábito de estudio, le indica, si fuera menester, las fuentes principales de información y las técnicas posibles de trabajo, manteniéndose a disposición del estudiante, estimulándole siempre y ayudándole cuando sea menester, en especial a ejercer su sentido crítico, a desarrollar ideas generales y formar síntesis.
7. Relación entre las distintas situaciones de aprendizaje
Repetidas veces se ha dicho que la actividad de los distintos grupos tiene que estar relacionada entre sí. Sólo de esta forma tiene sentido y eficacia, porque las limitaciones de unos tipos de agrupación se salvan con otras agrupaciones diferentes.
El problema de la relación entre la actividad de unos y otros grupos se plantea en la programación. Dos problemas han de resolverse: el de fijar el contenido y las técnicas propias de cada grupo y el de señalar el orden en que los distintos grupos han de operar.
Quizá el comienzo en el gran grupo ofrezca las mayores posibilidades de ordenar eficazmente los trabajos. Pero, sea cualquiera la situación donde se inicie una unidad de trabajo, lo importante es que éste se desarrolle en todas las situaciones de aprendizaje.