El concepto fundamental de programa implica la visión anticipada de cualquier tipo de actividad. El programa no puede ser únicamente una relación más o menos detallada de los contenidos de estudio, sino que ha de extenderse a todas las actividades que contribuyan a la educación de los escolares. En realidad programa escolar ha de entenderse como proyecto de actividades.
Al formular un programa es obvio que se deben tener en cuenta las personas que han de realizarlo, los objetivos que se pretenden alcanzar y los medios de que se dispone. En los medios se incluyen tanto los medios materiales como las técnicas o modos de utilizar los medios disponibles, así como las técnicas de trabajo que han de emplear alumnos y profesores.
2. Variables del programa
Especificando los medios que se pueden utilizar llegamos a determinar las siguientes variables de un programa:
- Personas:
- Capacidad de los alumnos
- Experiencia-instrucción
- Intereses
- Objetivos
- Medios:
- Técnicas docentes:
- Motivación
- Información
- Ayuda personal
- Técnicas de aprendizaje
- Material
- Tiempo
- Espacio
- Técnicas de control
Todas las variables del programa están relacionadas entre sí. Sin embargo, se puede señalar una especial vinculación entre las variables alumnos y objetivos, ya que ellas han de ser objeto de una selección previa en función de la cual se han de fijar las otras variables del programa. En este sentido las variables que constituyen los medios dependen de las personas y los objetivos. Un programa se formula para que determinado tipo de alumnos alcancen determinados objetivos. Cuando se trata de comprobar experimentalmente la eficacia de un programa, lo que se pretende averiguar es en qué medida se han alcanzado los objetivos, es decir, en qué medida se ha modificado la capacidad, la experiencia-instrucción y los intereses de los alumnos.
3. La variable alumno
Pudiera parecer resuelta la cuestión con la mención explícita de que un programa va dirigido hacia tal grado o curso de escolaridad. Con esta indicación aparentemente se sabe qué tipo de persona va a desarrollar el programa. Pero sólo aparentemente. Los límites de variabilidad habrían de referirse a la capacidad mental, a la experiencia y conocimientos adquiridos anteriormente y al interés de los estudiantes.
4. Formulación de objetivos
Los objetivos constituyen la razón de ser de cualquier programa. Por otra parte, la formulación clara de los objetivos es condición necesaria para su eficacia.
En un programa escolar los objetivos se expresan indicando el contenido de aprendizaje proyectado para los alumnos, las ideas que deben adquirir, las capacidades que han de ser desarrolladas, los hábitos que se pretenden iniciar o reforzar.
Si la justificación de un programa está al alcance de los objetivos previstos, éstos han de ser formulados de tal suerte que sea posible someterlos a comprobación experimental. Los objetivos deben expresarse con verbos de acción tales como resolver, explicar, enumerar, describir, etc., más bien que con términos generales tales como comprender, apreciar, conocer.
Un programa que se confecciona para ordenar el trabajo de un período de tiempo largo, tiene suficiente contenido como para exigir que éste sea dividido en partes. Cada una de estas partes se puede concebir como unidades didácticas, lo cual vale tanto como decir que han de tener sustantividad propia y cohesión.
La diferente capacidad de los alumnos en quienes se piensa al redactar un programa, los conocimientos y destrezas que previamente posean, así como también sus diferencias de intereses, obligan a diversificar los objetivos. Algunos programadores entienden que habrían de separarse tres niveles que vendrían dados por lo que se debe saber, es decir, lo que obligatoriamente ha de exigirse a todos; lo que se debería saber, que viene a indicar aquellos objetivos que han de imponerse como obligatorios a los alumnos de mayor capacidad, aunque optativos en el sentido de que se puede elegir entre ellos; lo que podría saberse, con lo cual se indican los contenidos de aprendizaje propios para ser propuestos a los alumnos de más alta capacidad intelectual o con intereses más profundos, bien entendido que los alumnos son totalmente libres para tomarlos o no.
Aún puede quedar la formulación de objetivos no previstos o libres que los alumnos pueden establecer por propia iniciativa.
5. Control
El control de un programa vendría a cerrar el programa mismo. Mas por otra parte, el control se halla estrechamente vinculado a los objetivos porque en última instancia lo que vale la pena controlar es si los objetivos se han alcanzado o no.
La verdad es que no sólo interesa el control de los objetivos, sino también el de las actividades mismas, porque sólo un control cuidadoso de actividades puede llevarnos al conocimiento de las causas que determinan el éxito o el fracaso en el alcance de los objetivos.
Es muy conveniente la preparación del control antes de las actividades, porque con mucha frecuencia en los controles de rendimiento entran elementos que tienen poco que ver con los objetivos establecidos, pero que surgieron como adherencias a lo largo de la actividad escolar.
6. Medios educativos
Parece que una vez señalados los objetivos, el primer problema que se plantea es determinar cómo éstos han de ser presentados a los alumnos o qué es lo que el profesor responsable de la realización del programa debe hacer para que los objetivos sean alcanzados.
Dentro de una concepción personalizada de la educación, el trabajo que los alumnos puedan realizar sin la ayuda o con una ayuda mínima del profesor, ha de tener preferencia. Así lo que pueda ser adquirido por el estudiante sin ayuda de otros constituirá la materia del trabajo independiente.
Las actividades complejas que deban ser desarrolladas en colaboración de los alumnos entre sí formará el contenido propio de los grupos pequeños o equipos de trabajo. Los que requieran interacción entre profesor y alumnos habrán de reservarse al grupo medio o a los equipos de trabajo también. Los contenidos que únicamente requieran cualquier forma de presentación serán objeto de la enseñanza en gran grupo
1 - Motivación: La motivación tiene un doble significado en relación con los programas. De una parte se ha de considerar la motivación del docente, lo cual vale tanto como decir que ha de establecerse la relación necesariamente existente entre el trabajo que se programa y los objetivos de la educación. Por otra parte se refiere, y así suele entenderse en general, a la motivación del alumno con lo cual el programa se obliga a tener en cuenta las posibles experiencias anteriores de los escolares y a provocar aquellas que se consideren necesarias para determinar en él la dedicación al trabajo.
En el fondo de cualquier problema de motivación se halla la relación entre el contenido de la enseñanza y la vida. Toda enseñanza ha de tener una significación en la vida del que aprende. De otro modo no hay motivación posible.
La experiencia de los alumnos se manifiesta en su posibilidad de leer tal o cual tipo de libros o de realizar tal o cual trabajo escrito, pero también, y principalmente, en lo que sabe hacer o es capaz de evocar. Para la motivación interesa no sólo la experiencia pasada, sino la perspectiva de experiencias futuras.
2 - Material: El material es estímulo para el conocimiento y fuente de motivación. Los materiales escritos, y en especial el libro, constituyen el material más ampliamente utilizado en educación en la medida en que éste se considera como el medio de incorporación al mundo de la cultura. Junto a la representación simbólica de la realidad, mediante signos verbales y numéricos, se utiliza la imagen, la representación plástica que estimula la percepción y el conocimiento intuitivo de una realidad con más facilidad que la palabra. Pero también la realidad misma puede presentarse al escolar con materiales.
El material es o representa el objeto de conocimiento.
Mas la actividad escolar no se reduce a mirar, escuchar o leer, sino que también incluye determinadas actividades que implican manipulación o uso de determinados objetos a los cuales igualmente se les considera material educativo. En este sentido el material es instrumento de aprendizaje.
Desde el punto de vista de la educación personalizada, el mayor valor va unido al material construido por los propios alumnos.
3 - Tiempo y espacio: Un programa exige la previsión del tiempo en que han de ser realizadas todas y cada una de las actividades que se proyectan. En función del tiempo se pueden distinguir la gran programación o programación larga, la pequeña programación o programación corta.
Aunque parezca una minucia también es interesante el problema del espacio donde se han de realizar las actividades. En primer término se distinguen las actividades por realizar en el recinto escolar y aquellas otras que han de ser llevadas a cabo fuera de él. Las instalaciones del edificio escolar han de tenerse en cuenta para ver en qué medida se pueden realizar actividades en grandes, intermedios o pequeños espacios.
7. Programadores
La programación es fundamentalmente una técnica; pero en ella se enlaza la finalidad de la educación, el sentido que una institución puede tener y la multitud de tareas educativas susceptibles de ser realizadas. De aquí el que aun cuando la programación será principalmente función de técnicos, en ella intervienen de un modo o de otro todos aquellos que están interesados en la institución escolar.
Las autoridades externas a la institución escolar participan en la programación señalando o seleccionando los lineamientos generales que orientan la vida toda de la institución escolar. Es ésta la que se ha llamado programación fundacional. Bien entendido que al hablar de autoridades se incluyen las políticas que rigen el sistema escolar, las autoridades sociales que pueden influir y ser influidas por la acción del colegio y las autoridades familiares que tienen la responsabilidad de la vida de los escolares en la medida que éstos no alcancen su pleno desarrollo.
La programación larga que comprende la orientación de las actividades que ha de desarrollar un alumno desde que entra en el colegio hasta que termina su ciclo completo de escolaridad, la programación de cada año y aun la de los grandes períodos dentro del año (por ejemplo, trimestrales), es el campo propio de la acción programadora de las autoridades internas de la escuela, dentro de las que se encuentran los directivos propiamente hablando, los profesores y los técnicos.
Las unidades de trabajo de una institución escolar, es decir, los Departamentos y Equipos Docentes, tienen un misión peculiar en la programación larga. Pero convendría establecer alguna distinción. El Departamento tiene una misión más científica, más cercana al objeto de enseñanza, mientras el Equipo Docente se halla más cerca de la realidad viva de los estudiantes, le es más afín una tarea práctica, de realización. De acuerdo con estas características, se puede establecer una diferencia en la función programadora de Departamentos y Equipos. Propia del Departamento parece la ordenación de los objetivos de acuerdo con las exigencias lógicas del contenido docente, así como el señalamiento de los distintos niveles que sucesivamente pueden ir alcanzando los estudiantes. Determinar las técnicas y material más adecuados a la índole propia del objeto de aprendizaje podría igualmente considerarse tarea propia del Departamento.
La acción del Equipo Docente es posterior a la del Departamento. Tiene un cometido más práctico, y según se dijo y parece propio de él, la diversificación de tareas en los diferentes agrupamientos de alumnos, así como la asignación de tiempos y material para cada tipo de actividad.
La programación corta, es decir, la referente al trabajo de un día, una semana o un mes, es un campo en el cual tiene cabida clara la participación de los alumnos.