sábado, 19 de septiembre de 2015

Proyectos de trabajo y educación personalizada

1. Diagnóstico y proyecto
Toda educación personalizada se apoya necesariamente en un diagnóstico del sujeto. El diagnóstico es un juicio que, después de la exploración científica apropiada, se establece acerca de las posibilidades y limitaciones que un sujeto presenta en su desarrollo educativo.
El diagnóstico no excluye ninguno de los instrumentos, técnicas o métodos que puedan aportar razonablemente algún dato para conocer a un sujeto. En él tienen cabida tanto la observación continuada de un maestro sobre la conducta y el rendimiento de sus alumnos cuanto los resultados de la exploración objetiva.
El diagnóstico del escolar ha de cubrir todos los aspectos de su personalidad si verdaderamente queremos personalizar la educación. Esto vale tanto como decir que las aptitudes, los intereses y la sociabilidad del escolar han de ser tenidos en cuenta; pero también y junto a estos rasgos, las deficiencias, las inhibiciones, la sociabilidad negativa, porque también las imperfecciones han de ser incluidas en el marco total de la personalidad.
Una educación personalizada reposa sobre una doble convicción: la de que cualquier hombre, a pesar de sus limitaciones, puede dar sentido a su vida y la de que un rendimiento, aceptado tal vez como suficiente por la sociedad, no puede ser aceptado como tal si el sujeto es capaz de dar más de lo que ha dado.
Correlativo al diagnóstico es el pronóstico, es decir, el juicio que en vista del conocimiento de un sujeto se hace respecto de lo que puede hacer, de los objetivos que puede alcanzar. En el campo de la educación es más expresivo hablar de proyectos que de pronóstico. No basta formular los objetivos que se consideran alcanzables para un individuo, ni siquiera las técnicas o medios de trabajo que están a su alcance. Conviene dar un paso más y ordenar unos y otras de tal suerte que a la vista del diagnóstico de un sujeto se formule un programa de actividades adecuado para él, es decir, un proyecto de trabajo.

2. Proyectos de trabajo y proyecto de vida
La determinación sistemática de objetivos, la selección continua de medios de trabajo y el contraste permanente del proyecto con su realización, van creando paulatinamente en el sujeto la capacidad de proyectar su vida en el futuro y de proyectar el futuro en su vida.
Esta necesaria referencia al futuro que todo proyecto implica sitúa la educación personalizada en una mentalidad prospectiva que intenta realizar la educación en función no de la sociedad actual, sino de la sociedad futura en que se desenvolverán cuando sean adultos los que ahora son alumnos en las instituciones escolares. Lo cual no deja de plantearnos serios problemas. Basta tener en cuenta que lo característico de la sociedad actual y de las que han de venir es el cambio rápido y constante; no parece por tanto que tenga sentido educar para una sociedad de condiciones determinadas, sino justamente para una sociedad cuyas condiciones son cambiantes.
En la educación de hoy no tiene mucho sentido proporcionar determinados conocimientos concretos o normas o patrones de actitudes y reacciones para problemas y situaciones sociales dadas. Interesa más capacitar al hombre para conocer las situaciones en que se encuentren y saber cómo deben reaccionar adecuadamente a ellas. Más que la adquisición de una relativamente fija enciclopedia de conocimientos interesa el desarrollo de hábitos de trabajo intelectual y de criterios de selección.
Esto no se trata sólo de una expresión poética; es una necesidad humana que se va satisfaciendo en los distintos proyectos de trabajo, y cuando se van realizando enlazados unos con otros, y en relación con las circunstancias escolares, familiares y sociales que envuelven al escolar, éste se va enriqueciendo en elementos de conocimiento y va desarrollando su capacidad para una interpretación correcta de las posibilidades y limitaciones que la sociedad presenta y de las capacidades y deficiencias que él tiene dentro de sí. Armonizar unas con otras y, en función de ellas, determinar qué tipo de vida es el más conveniente para uno mismo, constituye un claro objetivo de la educación personalizada.