jueves, 6 de agosto de 2015

Supuestos teóricos de la educación personalizada

La individualización y la socialización educativas se venían entendiendo como corrientes contradictorias nacidas, la primera, de la necesidad insoslayable de atender a las peculiares condiciones de cada hombre singular y concreto y, la segunda, del creciente aumento de la demanda de educación y de la cada vez mayor relación entre los hombres impuesta sobre todo por el espectacular desarrollo de los medios de comunicación.
La educación personalizada viene a resumir las exigencias de la individualización y de la socialización educativas, y constituye el tipo de educación más acorde con las profundas necesidades humanas y las condiciones del hombre en la sociedad tecnificada en que vivimos.

1. El doble sentido del proceso educativo
La educación puede ser entendida como un proceso de asimilación cultural y moral, y al mismo tiempo como un proceso de separación individual.
Se puede llamar proceso de asimilación a la identificación con el mundo adulto, la participación en los bienes culturales, la adaptación a las formas sociales predominantes en una comunidad y la adquisición del lenguaje, los criterios de valoración, las ideas científicas y las normas de comportamiento.
El proceso de separación individual intenta que el sujeto vaya desarrollando y haciendo efectivas sus propias posibilidades, sus propias limitaciones, y que vaya descubriendo los tipos de actividad y relaciones más acordes con sus características propias.
El noble afán de ayudar a otros en el despliegue de su vida enmascara a veces la visión del educador, y le lleva a olvidar el carácter singular de cada persona y la posibilidad y el derecho que cada hombre tiene de gobernar su propia existencia.
La educación personalizada responde al intento de estimular a un sujeto para que vaya perfeccionando su capacidad de dirigir su propia vida o, dicho de otro modo, desarrollar su capacidad de hacer efectiva la libertad personal, participando, con sus características peculiares, en la vida comunitaria.

2. Las diferencias individuales y la educación
La actividad y la organización más corrientes en las instituciones escolares es la homogeneidad de los educandos que constituyen cada grupo. Pero lo cierto es que si bien en un grupo de alumnos todos ellos presentan rasgos comunes, también presentan rasgos claramente diferenciados, en cuanto a aptitudes, rendimiento, intereses y emotividad.
Resulta poco eficaz pretender que un grupo de alumnos, por muy homogéneos que parezcan, realicen su aprendizaje al mismo ritmo, cubran los mismos objetivos y se interesen por los mismos problemas; la educación se realiza en cada sujeto de acuerdo con sus propias características.

3. Dos consecuencias pedagógicas de las diferencias personales
Si las diferencias de personalidad son tales en un sujeto que le hacen incapaz de dirigir sus propias acciones en la edad cronológica en que otros sujetos pueden hacerlo y es también incapaz de seguir el proceso de aprendizaje ordinario, necesita un tratamiento pedagógico adecuado que suele denominarse educación especial. Pero, aun cuando las diferencias de personalidad no sean tan profundas, siempre se dan en un sujeto respecto del otro y en un sujeto respecto de los que se consideran rasgos normales del grupo. En este caso, el educando es sujeto apto para las instituciones normales; pero la educación no sería lo eficaz que puede esperarse si dentro de una estimulación educativa común no se atiende a las diferencias personales en el desarrollo. Ésta es la razón de la educación personalizada.

4. Educación individual, educación colectiva y educación personalizada
Cuando la educación se realiza de modo que un maestro estimula y dirige el proceso educativo de un solo alumno (aristócrata, príncipe o noble, generalmente) nos hallamos frente a la educación individual.
A medida que la educación se fue considerando como un necesidad y un derecho, y dejando de ser exclusivamente familiar, pasó a constituir una actividad social; la educación individual dejó paso a la educación colectiva propia de las instituciones escolares. En la educación colectiva o común un maestro estimula y dirige la educación de un conjunto de alumnos.
La educación colectiva y la educación individual son formas parciales, incompletas por consiguiente, de educación. La educación individual, aislando al sujeto de quienes pueden establecer con él relaciones sociales de igualdad, ciega la principal fuente de fecundidad de la vida humana. Por otra parte, la atención exclusiva de un maestro a un alumno suele llevar a la consecuencia de que éste se apoya demasiado en la intervención del educador. Con esta actitud no actúan los recursos autoeducativos del discípulo, razón por la cual se hace difícil el desarrollo de sus propias posibilidades.
De hecho tampoco en las formas clásicas de enseñanza colectiva se facilitaba el contacto realmente personal entre los miembros de una misma escuela. La estimulación educativa era la misma para todos, la misma la explicación del maestro, los mismos los libros que se habían de utilizar; pero la reacción a estos estímulos y el trabajo de cada alumno se realizaba de un modo individual, separados unos de otros, con lo cual dentro de una aparente comunidad lo que había era un agregado de vidas individuales sin otros contactos que el puramente externo.
Desde el punto de vista docente la enseñanza colectiva implica la utilización de los mismos estímulos para todos los alumnos, dejando que éstos reaccionen individualmente. La acción del maestro consiste en enseñar o sugerir trabajos a todos sus alumnos y en todo caso comprobar después el rendimiento de éstos. Pero la acción magistral no desciende a la consideración del proceso de aprendizaje en cada escolar.
La enseñanza individual ofrece la posibilidad de una atención constante a las dificultades y posibilidades especiales que el alumno encuentra en el proceso educativo. La enseñanza colectiva ofrece posibilidades de socialización de los escolares y representa una mayor economía en tiempo y esfuerzo docentes. La llamada enseñanza individualizada pretende aprovechar las posibilidades de las dos tradicionales modalidades educativas neutralizando sus deficiencias.
La enseñanza individualizada surgió como un intento moderno de armonizar la economía y posibilidades de socialización de la educación colectiva con las posibilidades de atención y ayuda personal de la educación individual. Se realiza ofreciendo primero una estimulación común como en la enseñanza colectiva y prestando después una atención al proceso personal de desarrollo como en la enseñanza individual. La enseñanza individualizada exige que se atienda no a los resultados o al rendimiento del escolar, sino al proceso mismo de su aprendizaje, de tal suerte que cada alumno pueda encontrar la ayuda necesaria, la que necesita él justamente y no otro, para que el proceso de aprendizaje y desarrollo se realice de la manera más eficaz.
Para Bouchet (1963), la individualización de la enseñanza se presenta como una reacción contra el sociologismo pedagógico de Natorp o Kerschensteiner. En la situación actual, la educación individualizada no se presenta como opuesta a las exigencias sociales, sino más bien como un camino para fortalecer interiormente a la persona y hacerla, por ello, más eficaz para la sociedad. Respondiendo a esta mayor amplitud de concepto hemos de hablar hoy en rigor de educación personalizada.
El más profundo significado de la educación personalizada se halla no en ser una forma o método nuevo de enseñanza más eficaz, sino en convertir el trabajo de aprendizaje en un elemento de formación personal a través de la elección de trabajos y la aceptación de responsabilidades por parte del escolar mismo.
En cierto sentido la educación personalizada lleva a la independencia. En la actualidad se está abriendo campo la idea y la expresión estudio independiente. Ser independiente significa ser responsable y autosuficiente. Nadie puede estudiar por otro. El maestro no puede hacer esto en lugar del estudiante.
Bueno será respetar que tal independencia y formación personal no está reñida con los objetivos sociales de la educación. Aún podría decirse que la educación personal perfecciona a la sociedad no sólo porque ésta se enriquece con la riqueza de sus miembros, sino porque el espíritu de responsabilidad y autosuficiencia convierta a las comunidades en sistemas abiertos.