lunes, 10 de agosto de 2015

La noción de persona y las manifestaciones de la educación personalizada

La educación personalizada se apoya en la consideración del ser humano como persona y no simplemente como un organismo que reacciona ante estímulos del medio, sino principalmente, como un ser activo que explora y cambia el mundo que le rodea.
La educación personalizada lo es en la medida en que se realiza en un sujeto que tiene rasgos propios, que se siente obligado, comprometido, por sus posibilidades personales y que, al mismo tiempo, se ennoblece por el hecho mismo de vivir y obrar como persona.

1. Singularidad y creatividad
Constitutiva de la esencia de la persona es la singularidad que implica no sólo separación real y diferenciación numérica, sino distinción cualitativa en virtud de la que cada hombre es quien es, diferente de los demás.
La educación personalizada se nos presenta como educación integral no en el sentido vulgar de la palabra, como suma de distintas actuaciones educativas, sino en su significación profunda, como enriquecimiento y unificación del ser y la vida humana. Educación integral es aquella educación capaz de poner unidad en todos los posibles aspectos de vida de un hombre.
La manifestación dinámica de la singularidad personal es la originalidad, aquella cualidad que permite considerar a alguien origen de algo. Ser original es tanto como ser creador.
Esta dimensión educativa, montada en el relieve diferencial de la persona, sale al paso del riesgo existente en una educación colectiva que, mirando al conjunto o al grupo, despersonaliza el saber y el obrar, convirtiendo a cada hombre, tal vez a cada escolar, en una mera parte de un todo o quizá en un puro elemento numérico.
El interés por la creatividad se ha desarrollado extraordi
J.P. Guilford 1897 -1987
nariamente a partir del concepto de pensamiento divergente de Guilford.

La creatividad suele presentarse de tres maneras diferentes: a) como invención o descubrimiento; b) un modo de iluminación repentina; c) un proceso de producción. En este último sentido, las innovaciones que se introducen en la vida, y especialmente en la técnica, no han de ser consideradas como fruto de algunas personas particularmente dotadas sino como el resultado de una estimulación sistemática del potencial creativo que cada hombre tiene.
Desde el punto de vista pedagógico, ¿puede la capacidad creativa ser desarrollada intencionalmente? El cultivo de la creatividad en las instituciones escolares se viene considerando como algo que tiene su sitio en las actividades fuera de programa, especialmente en las actividades de expresión artística. Pero lo cierto es que tiene cabida en todas las formas de expresión y áreas de conocimiento.
El hombre crea descubriendo nuevas relaciones entre elementos ya existentes. La creatividad humana exige por tanto una especial capacidad de conexión y de relación, así como una peculiar actitud de apertura hacia el mundo circundante. La actividad es el resultado de la convergencia de una mente bien nutrida de conocimientos, de una suficiente capacidad combinatoria y de una cierta finura de percepción. Es un gravísimo error pensar que cualquiera puede realizar una obra creadora sin un previo aprendizaje.

2. Autonomía y libertad
En virtud de la autonomía, la persona es, de algún modo, principio de sus propias acciones. La autonomía confiere una peculiar dignidad según la cual el hombre se siente sujeto. La máxima expresión de la autonomía, a la que justamente hace referencia su significación etimológica, es la capacidad de gobierno de sí mismo, la capacidad de ser ley de sí mismo, la posesión y uso efectivo de la libertad.
En su significación completa, la libertad tiene un doble sentido: de una parte indica ausencia de coacción; en este sentido, libertad es lo mismo que independencia (se expresaría como libertad de). Pero tiene un sentido positivo de capacidad, de autodeterminar nuestras acciones, es decir, de elegir en cada momento la obra o el modo de obrar que se considere mejor entre las distintas posibilidades que la situación ofrece (se expresaría como libertad para).
La educación de la libertad tiene su expresión más clara en el desarrollo de la capacidad de elección. Enseñar a elegir o educar para elegir bien es un objetivo preciso de la educación personalizada.
Cuando la libertad se realiza eligiendo no entre posibilidades presentes, sino entre posibilidades que se han de descubrir, entonces propiamente se habla de iniciativa personal, con lo cual nos encontramos con un nuevo objeto en la educación de la libertad.
La libertad de iniciativa, la libertad de elección, la libertad de aceptación constituyen, en resumen, los objetivos de la educación personalizada en función de la autonomía del hombre.

3. Apertura y comunicación
En la persona humana se realiza la paradoja de una incomunicabilidad absoluta en el ser y al mismo tiempo una necesidad existencial de apertura a los otros.
Objetivos de la educación personalizada se han de considerar la preparación del hombre para las relaciones de colaboración en la vida económica, en la vida política, en la vida social y especialmente en el mundo del trabajo, las relaciones familiares, las relaciones de amistad y las relaciones que constituyen la vida religiosa.
Toda relación humana es comunicación, toda comunicación requiere capacidad expresiva y comprensiva por parte del comunicante, de donde claramente se infiere que la educación personalizada, en la medida que responde a la apertura de la persona, desemboca en el desenvolvimiento de la capacidad comunicativa.