viernes, 26 de diciembre de 2014

La cultura en la España cristiana (Siglos XI-XIII)

Los reinos hispánicos tienen una importancia excepcional desde el punto de vista cultural, debido a su situación entre la Cristiandad europea y Al-Andalus, por lo que fueron un puente a través del cual ambos mundos intercambiaron sus experiencias. No obstante hablar sin más de cultura puede resultar equívoco. La cultura de las masas populares, que utilizaban como medio de expresión las lenguas romances, poco tenían en común con la de las élites intelectuales de las Universidades o de los círculos cortesanos.

1. Del latín a las lenguas romances
En estos siglos tuvo lugar una revolución lingüística trascendental. El latín, lengua de la cancillería y de la Iglesia, retrocedió, al tiempo que progresaban las lenguas habladas por el pueblo. Eran éstas las lenguas romances que, con la única excepción del vasco, tenían su origen en el latín: en el reino castellano-leonés, el castellano, el leonés y el gallego (aunque poco a poco el castellano se impone a las demás, conservándose sólo como lengua hablada por el pueblo y utilizada para la producción literaria el gallego); en Aragón, el aragonés y en Cataluña, el catalán. El castellano y el catalán se difundieron a las regiones que se iban incorporando a la España cristiana, es decir, a la Meseta Sur, Andalucía Bética y Murcia el primero, a las Baleares y Valencia el segundo.
Una labor muy importante al servicio de las lenguas romances realizaron los juglares, que entretenían con sus narraciones al pueblo. Las nuevas lenguas sirvieron también de vehículo de expresión de las corrientes poéticas de la época, la lírica galaico-portuguesa y la poesía de los trovadores. Esta última, originaria del sur de Francia, utilizaba como lengua el provenzal y alcanzó un extraordinario desarrollo en Cataluña, donde tuvo excelentes cultivadores, entre ellos Guillem deBergadà, persona de condición social noble. En Castilla, la producción literaria temprana en "roman paladino" fue de calidad excepcional: el Poema del Cid, las obras de Gonzalo de Berceo y el Poema de Fernán González.

2. Los contactos culturales entre la Cristiandad y el Islam
La conquista por los cristianos de territorios densamente poblados por musulmanes permitió establecer un fecundo contacto cultural entre ambos mundos. En la primera mitad del siglo XII funcionó en Tarazona un importante centro cultural en el que se deban cita intelectuales de diversas religiones. Pero el foco cultural de mayor trascendencia se desarrolló en Toledo. Allí confluían cristianos, musulmanes y judíos. Con el apoyo del Arzobispo D. Raimundo, la comunicación de tipo intelectual entre gentes de las tres religiones se intensificó en el siglo XII. Atraídos por la fama de Toledo, sabios procedentes de los más variados países se encaminaban a la ciudad del Tajo. Por eso se ha hablado de la escuela de traductores de Toledo, que en realidad nunca existió como tal. Toledo era simplemente un lugar de encuentro de intelectuales, que convivían en un ambiente de tolerancia y de pluralismo ideológico. Quizá la razón básica de su fama estriba en la traducción de obras de autores griegos o árabes traídas al Mediterráneo occidental por los musulmanes. Obras de Aristóteles, de Tolomeo o de Avicena, el álgebra de Al-Juwarizni o importantes tratados de medicina y de astronomía fueron conocidos en Europa a través de la fecunda labor desarrollada en Toledo. Entre los nombres más destacados de aquel centro cabe citar a los hispanos Domingo Gundisalvo y Juan Hispalense y a los foráneos Abelardo de Bath y Gerardo de Cremona.

3. La cultura en el siglo XIII: la universidades y la obra de Alfonso X el Sabio
En el siglo XIII nacieron en tierras hispánicas las primeras Universidades, que procedían de una evolución de las antiguas escuelas catedralicias. La primera conocida fue la de Palencia, de 1212, aunque en realidad se trataba de un Estudio General, luego trasladado a Valladolid ya con carácter pleno de Universidad. Por la misma época surgió la Universidad de Salamanca, cuyo prestigió creció rápidamente, hasta convertirse en la más importante del reino castellano-leonés. Las Universidades de la Corona de Aragón fueron de creación más tardía. Aunque basadas en el método escolástico, y con un papel preponderante en su docencia de los frailes mendicantes, las Universidades ofrecían una enseñanza en cierto modo más secularizada, en la cual junto a la teología se estudiaba también el derecho o la medicina.
En la corte del rey castellano Alfonso X el Sabio hubo un espectacular florecimiento cultural, indudablemente de carácter elitista. Es difícil saber cuál fue la obra personal del monarca y cuál la que otros hicieron bajo sus impulsos. La nota dominante de la misma es la variedad, pues incluye desde obras literarias, como las Cantigas, o históricas, como la Crónica General, hasta las traducciones y los estudios científicos (por ejemplo los astronómicos).

Miniatura de las Cantigas: aparece Alfonso X, el rey sabio, rodeado de músicos, copistas e intelectuales,
todo un símbolo de la fabulosa obra cultural emprendida por el rey castellano.
En la Corona de Aragón las figuras intelectuales más destacadas del siglo XIII son Ramón Llull y Arnau de Vilanova. Ambos escribieron su obra en catalán.