jueves, 22 de agosto de 2019

Los métodos prospectivos

A partir de la segunda mitad del siglo XX, se elaboraron una gran variedad de métodos prospectivos para el estudio del futuro. La acción ejercida por organismos tales como la Rand Corporation, el Hudson Institute, la Research Analysis Corporation o el Stanford Research Institute, han contribuido de forma muy particular al desarrollo y madurez de los mismos. A continuación analizaremos, de forma somera y esquemática, los más relevantes métodos prospectivos.
El más conocido de todos ellos es el método Delfos, que fue ideado por Norman Dalkey y Olaf Helmer, alrededor del año 1952. La Rand Corporation de Santa Mónica lo viene utilizando desde 1954 como método básico de investigación.
El método Delfos resulta ser, en definitiva, una derivación, ampliada y perfeccionada, de la técnica del brainstorming. Se trata, consiguientemente, de un método de trabajo en grupo en el que cada uno de los miembros participantes puede exponer libremente sus ideas sobre el futuro. Los expertos del grupo trabajan, empero, en soledad, para evitar cualquier presión o condicionamiento mutuo. Cada uno de ellos trabaja a su aire en su ciudad o país respectivo, sin contacto alguno con los demás componentes del grupo. De esta forma se eliminan variables psicológicas o fenómenos de grupo que inevitablemente tendrían lugar en un debate cara a cara.
Las estimaciones iniciales de cada experto son eviadas a la central coordinadora y reagrupadas en categorías, eliminando las apreciaciones extremas. Posteriormente se devuelve la información global a cada uno de los expertos, para que puedan reconsiderar sus estimaciones iniciales y presentar una segunda opinión más elaborada. Se observa entonces que las valoraciones y opiniones tienden a acercarse entre sí de forma sorprendentemente acusada.
Generalmente no suelen llevarse a cabo más de cinco rondas, pues más allá de este nivel de intercambio las apreciaciones de los distintos expertos acostumbran a cristalizar en expectativas invariables, y resulta ya inútil continuar la consulta.
El secreto del éxito del método reside en la habilidad para consultar a una variedad de personalidades de alto nivel de cualificación profesional y de orientación ideológica dispar. En definitiva, el valor de los resultados está prioritariamente en función de la valía de los profesionales elegidos para el trabajo prospectivo.
Lo cierto es que el método Delfos ha sido aplicado continuamente con éxito en distintas disciplinas científicas. Helmer aplicó esta técnica por primera vez en el campo educativo en el año 1965, con el el objetivo de efectuar predicciones referentes a cuestiones relacionadas con la distribución de fondos económicos estatales para la educación.
Nos parece totalmente acertada la opinión de Jantsch cuando, refiriéndose al susodicho método, señala que "es el que tiene la aplicación más importante en aquellos dominios en que el pensamiento intuitivo es una de las fuentes principales de recogida de datos y en donde el consenso tenga una importancia fundamental".
La matriz de efectos cruzados (MIC) consiste en el establecimiento de una red de interacciones e influencias entre un conjunto de sucesos estudiados, con el cálculo de cada una de las probabilidades de realización futura para cada uno de ellos, y los efectos consiguientes que ejercerán sobre los restantes sucesos que integran la red.
La primera parte del método consiste en determinar las entradas de la matriz, lo cual exige un laborioso trabajo intuitivo por parte de todos los integrantes del grupo de investigación. Posteriormente, se requiere operar matemáticamente con las entradas. El cálculo cuantitativo es complejo, dado que una matriz que actúe tan sólo con diez sucesos requiere unos treinta mil cálculos para poder determinar sus probabilidades futuras. El uso de programas informáticos facilita enormemente el trabajo. Para que el método resulte fecundo es imprescindible que las apreciaciones iniciales sean lo menos subjetivas posible. El MIC ofrece, a pesar de todo, un gran interés, dado que el encuadre práctico que brinda resulta del todo imprescindible para abordar un estudio riguroso del futuro.
El método de escenarios, aparecido en Estados Unidos en los años sesenta, consiste en secuencias hipotéticas de acontecimientos, creadas para orientar la atención sobre procesos causales y acontecimientos futuros decisivos. Su objetivo es el de explorar sistemáticamente los puntos de bifurcación dependientes de las eleccciones diacríticas que se van a efectuar.
Dicho método también se conoce por el nombre de redacción de guiones, y una versión actualizada del mismo ha sido dada por Herman Kahn, del Hudson Institute.
Otros métodos relativamente importantes son el método de experiencia intensiva, el método de extrapolación de tendencias, el método del mapa contextual, el método de análisis de sistemas y el método de analogías. Todos ellos se han usado con mucha frecuencia, en los ámbitos más diversos, tanto en las cuestiones de estrategia militar como en asuntos referentes a redes de telecomunicaciones o en temas referentes a la prospectiva de la sanidad. Y, por supuesto, también en el campo de la investigación educativa.

 Hacia la integración metodológica  
Disponemos, pues, en la actualidad, de un amplio abanico de técnicas y métodos prospectivos que, en determinadas áreas concretas de investigación, han dado fecundos resultados. No obstante, en la situación actual no se ha conseguido todavía un enfoque sistemático que permita convertir a la prospectiva en una ciencia global, que disponga de una perspectiva integrada para abordar su objeto específico de estudio. Por consiguiente, aun cuando el objeto material de dicha disciplina quede correctamente delimitado, el objeto formal de la misma sigue siendo aún, comparado con otras ciencias definitivamente fundamentadas, excesivamente ambiguo.
Con objeto de superar esta brecha, ciertos investigadores han intentado, en repetidas ocasiones, integrar las distintas técnicas existentes en la actualidad dentro de un conjunto clasificatorio coherente. No podemos dejar de mencionar aquí el esfuerzo realizado por el prospectólogo Herman Kahn, que organizó el estudio prospectivo en ocho tipos de enfoques distintos que giraban en torno a tres opciones básicas: optar por extrapolar o por la búsqueda de un objetivo teleológico; optar por un enfoque sintético o morfológico; y finalmente elegir entre operar con ideas intuitivas tomadas de la realidad empírica o con conceptos teoréticos, formulando hipótesis y construyendo distintas variables de un modelo dado.

Los ocho enfoques derivados de estas tres opciones básicas del prospectólogo se resumen en esta figura.
Merece también ser destacado, dentro de esta perspectiva, el notable esfuerzo realizado por la System Development Corporation, que realizó un inventario que valoró un total de veintiún métodos prospectivos distintos, tanto globalmente cuanto respecto a su validez específica dentro de los siguientes ámbitos: descripción de situaciones futuras (probables o deseables), descripción y exploración de los caminos hacia el futuro, determinación de las consecuencias de las decisiones, facilitación del debate público, formación y aprendizaje, investigación sobre determinados problemas y, finalmente, localización de las necesidades en información e investigación. A continuación daba, además, una valoración global sobre la suma de las puntuaciones obtenidas dentro de cada uno de los mencionados ámbitos. Los cinco métodos que obtuvieron una puntuación más elevada fueron los siguientes: el wargames, la simulación operativa, el Delfos, el modelo probabilístico y el modelo determinístico. Todos ellos con una diferencia mínima de calificación.
Otros conatos importantes de integración de métodos prospectivos fueron ensayados por Edward S. Cornish y por P. E. Rosove, por no citar más que unos pocos ejemplos del vasto esfuerzo que se ha realizado, en todo el mundo, para conseguir una adecuada integración de métodos prospectivos con miras a abordar un estudio riguroso y científico del futuro.
Gracias a estas complejas organizaciones, hoy se utiliza en la práctica una mezcla flexible de varios métodos cuya combinación específica se realiza en función del objetivo que se intenta conseguir.