lunes, 6 de enero de 2014

La historia de Roma

La historia de la antigua Roma se puede dividir en tres grandes etapas:

       Monarquía

Según la leyenda, Roma fue fundada por Rómulo en el año 754 a.C. entre las Siete Colinas que rodean el Tíber. Después, la ciudad fue ocupada por los etruscos. La forma de gobierno de Roma en esta etapa fue la monarquía, y el último rey etrusco fue expulsado del trono en el 509 a.C. por gobernar de manera despótica.

       República

Durante esta etapa (509 a.C. - 27 a.C.), el modelo de gobierno adoptado por Roma fue la república. En él, los ciudadanos elegían a sus dirigentes, cuyos cargos, al contrario de lo que ocurre en la monarquía, no eran hereditarios. El poder se repartía entre:
  • Las asambleas populares, que estaban formadas por todos los ciudadanos y tomaban decisiones sobre distintos asuntos.
  • Los magistrados, que desempeñaban cargos políticos sin cobrar un sueldo por ello y eran elegidos por un año. Entre las principales magistraturas romanas, sobresalen:  a)  Cónsules: Constituían la primera magistratura de la República. Se elegían dos cónsules cada año, para evitar que el poder se centralizara en una única persona. Tenían el mando del ejército, convocaban la Asamblea Popular y al Senado y proponían leyes, entre otras funciones;  b)  Pretores: Administraban justicia; también podían ejercer el mando militar y gobernar las provincias;  c)  Censores: Elaboraban las listas o censos para recaudar impuestos y reclutar a la población para fines militares.
  • El Senado, formado por senadores (antiguos magistrados) cuya función era consultiva, pero que llegaron a acumular tanto poder que, en la práctica, eran quienes dirigían la República. El Senado se ocupaba de la política exterior, así como de asuntos militares, religiosos, legislativos y judiciales.

Representación de una sesión del senado romano
Obra de Cesare Maccari, pintada al fresco en 1889 (Palazzo Madama, Roma)
 
Durante la República, Roma llevó a cabo una gran expansión territorial. Ocupó toda la península italiana e inició las grandes conquistas exteriores:

      El control del Mediterráneo: Roma mantuvo durante muchos años un enfrentamiento con Cartago, colonia fenicia del norte de África, por el dominio del Mediterráneo. fueron en total tres guerras, denominadas guerras púnicas, que concluyeron con la victoria de Roma sobre Cartago (146 a.C.), que pasó a sí a convertirse en provincia romana.
Sin embargo, durante la Segunda Guerra Púnica, Aníbal, general cartaginés, atravesó los Alpes con 60.000 soldados, 9.000 jinetes y 60 elefantes. A pesar de la superioridad numérica del ejército romano, que contaba con 80.000 hombres, Aníbal venció en la batalla de Cannas (Italia). Ésta fue una de las derrotas más humillantes sufridas por Roma.
      Hispania: Durante el enfrentamiento entre Roma y Cartago, el ejército romano llegó hasta la Península Ibérica. Su conquista se prolongó desde el año 218 a.C. hasta el 19 a.C.

En los últimos años de la República, el gobierno fue acaparado por algunos magistrados y generales destacados. El más importante de ellos fue Cayo Julio César (100 a.C. - 44 a.C.), destacado general y político romano. Fue pretor en Hispania y llegó a ocupar el cargo más importante de la República romana: la dictadura, magistratura que asumía todo el poder del Estado, de forma transitoria y en circunstancias extraordinarias.
Julio César obtuvo grandes victorias en sus campañas militares, como las de Egipto y las Galias (actuales países de Francia y Bélgica). Reorganizó el Estado y llevó a cabo diversas reformas administrativas, sociales y monetarias. También modificó el calendario y promovió construcciones monumentales.
Fue asesinado en el Senado por un sector que se oponía a su excesivo poder personal.
Escribió varios libros históricos en los que narraba sus campañas, como Comentarios de la guerra de las Galias y Comentarios de la Guerra Civil.


       Imperio

Esta etapa se extiende del 27 a.C. al 476 d.C. Se inició cuando el Senado otorgó a Octavio, hijo adoptivo de Julio César, el poder político y, más tarde, el religioso, al concederle el título de Augusto. De esta manera, asumió todo el poder y las instituciones políticas perdieron importancia.
Octavio Augusto (63 a.C. - 14 d.C.)
Con él se inauguró el Imperio y una época de paz, la pax romana, que se prolongó hasta el siglo II d.C. Esta etapa se caracterizó por una gran estabilidad social, política y económica, garantizada por un poderoso ejército y una administración eficaz. Las conquistas territoriales continuaron, y el Imperio alcanzó su máxima extensión en el siglo II d.C. Sus fronteras llegaban hasta el Rin y el Danubio, en Europa; hasta el Tigris, en Asia, y hasta el desierto del Sáhara, en África. Al otro lado de ellas se asentaban los pueblos bárbaros (extranjeros), entre los cuales hay que mencionar a los ostrogodos, los visigodos, los vándalos y los francos.
Roma realizó y mantuvo sus conquistas territoriales gracias a un ejército disciplinado y eficaz, formado por miles de hombres agrupados en legiones, cada una de las cuales contaba con 3.000 ó 6.000 soldados. Éstos iban armados con una espada corta, lanzas y puñal. Se protegían con casco, armadura de cuero y metal y escudo.
El ejército disponía de máquinas de guerra para lanzar flechas, piedras y bolas de grasa envueltas en llamas; también empleaba vigas de madera (arietes) para derribar las fortificaciones enemigas.



A partir del siglo III d.C., el Imperio entró en decadencia por varios motivos:

  • La corrupción se extendió entre los funcionarios y en el ejército, incluido el propio emperador.
  • Algunos pueblos bárbaros empezaron a atacar las fronteras.
  • La gran extensión del Imperio hacía difíciles las comunicaciones entre Roma y sus territorios.
  • El comercio y la artesanía atravesaron una crisis; los propietarios ricos comenzaron a invertir en tierras y la economía se ruralizó.
  • Los precios de los productos subieron debido al excesivo consumo, la escasa producción y la falta de nuevas conquistas.
  • Los impuestos aumentaron para mantener el ejército y la administración, lo que provocó el descontento popular.
En el año 395, en un último intento por salvar el Imperio, el emperador Teodosio lo dividió en dos partes: el Imperio romano de Occidente, con capital en Roma, y el Imperio romano de Oriente, con capital en Constantinopla, que entregó a sus hijos Honorio y Arcadio, respectivamente.


Algunos pueblos bárbaros que vivían en las fronteras del Imperio habían comenzado a introducirse en él y llegaron a ocupar puestos en el ejército y la administración romanos. Otros, como los visigodos y los ostrogodos, se convirtieron en aliados de Roma. Posteriormente, los suevos, los vándalos, los sajones y los francos ocuparon por la fuerza los territorios del Imperio de Occidente y, en el año 476, derrocaron al último emperador romano, Rómulo Augústulo, y pusieron fin al Imperio romano de Occidente. El Imperio romano de Oriente, por su parte, cambió su nombre por el de Imperio bizantino.