lunes, 26 de marzo de 2018

La España cristiana

1. El año 1000 en la Península Ibérica
La situación de la Península Ibérica hacia el año 1000 era distinta de la europea. Los habitantes de la zona norte estaban inmersos en una guerra contra los musulmanes, la Reconquista, y en la repoblación cristiana de los territorios conquistados. Todo esto hizo que se volviera a la sociedad original: el campesino era libre y propietario de la tierra, situación que resultaba insólita en la Europa medieval, y el monarca-caudillo poseía un poder del que carecían los débiles reyes feudales. Al sur, el califato árabe se desintegraba y Al-Andalus atravesaba una gran crisis.

2. Origen de los reinos cristianos
Los núcleos cristianos formaron un reducto de oposición al poder musulmásn instalado en Al-Andalus. En la zona que ocupaban, al norte de la península, se fueron formando los reinos cristianos, cuyo origen fue diverso:
  • El reino astur-leonés: Algunos nobles visigodos que se habían refugiado en Asturias eligieron como jefe a Don Pelayo, quien venció a los musulmanes en la batalla de Covadonga (722). A su muerte, Alfonso I se proclamó rey de Asturias. Más tarde, Alfonso III llegó hasta la zona del Duero e instaló la capital en León (siglo X). 
  • Castilla: El reino astur-leonés estaba dividido en condados; en el siglo X, el Conde Fernán González consiguió unificar varios territorios y transmitirlos a sus descendientes. Logró de este modo la independencia de Castilla. 
  • El reino de Navarra: Durante el siglo VIII, esta zona estaba bajo la influencia del reino franco hasta que, a principios del IX, la familia Arista conquistó Pamplona y se creó el reino de Navarra.
  • El reino de Aragón: Estuvo bajo el dominio de Navarra hasta que, en el siglo XI, se hizo independiente y comenzó su expansión con Ramiro I. 
  • Los condados catalanes: Estaban integrados en la marca Hispánica; ésta era una de las marcas del Imperio Carolingio hasta que, en siglo XI, Wifredo el Velloso, conde de Barcelona, consiguió transmitir su condado a sus descendientes.
En el siglo XI, Castilla se constituyó en reino y se unió a León; tras una ruptura se consolidó la unión definitiva del reino de Castilla y León en el siglo XIII. En el siglo XII el condado de Barcelona quedó unido a Aragón. Mientras tanto, Navarra mantuvo su independencia.

3. La economía
La economía tenía un marcado carácter rural y estaba basada en la agricultura y en la ganadería. Esta última tuvo mucha importancia, sobre todo en Castilla y León, debido a que se introdujo desde el norte de áfrica una nueva raza de ovejas, la merina, que se adaptaba muy bien al clima de la península, y a la creación de la Mesta (siglo XIII), agrupación de propietarios de ganado trashumante que defendió los intereses de los ganaderos en contra de los agricultores.
La artesanía y el comercio comenzaron a desarrollarse a partir del siglo XIII, sobre todo en Aragón y Cataluña. El comercio recibió un gran impulso con la creación de las ferias, entre las que destacó la ganadera de Medina del Campo.

4. La Reconquista 
La Reconquista, es decir, la expansión de los reinos cristianos por los territorios que estaban en poder de los musulmanes, se llevó a cabo a partir del siglo XI, en el que el califato quedó dividido en reinos de taifas que, ante el empuje cristiano, pidieron ayuda a los almorávides y, posteriormente, a los almohades del norte de África. A pesar de este apoyo, los cristianos consiguieron una gran expansión territorial y los musulmanes sufrieron una importante derrota en la batalla de la Navas de Tolosa (1212).
La fase final de la Reconquista se centró en la zona de Andalucía, que fue ocupada casi por completo por Fernando III y su sucesor, Alfonso X el Sabio. Sólo subsistió el reino nazarí de Granada, que fue anexionado más tarde, en 1492, por los Reyes Católicos, lo que puso fin al dominio musulmán en España.

5. La repoblación
La repoblación es la ocupación de las tierras despobladas. Este fenómeno fue muy habitual en la época de la Reconquista, en la que muchos territorios quedaron abandonados ante los continuos ataques. Estas tierras se repartían con el fin de atraer a los cristianos del norte y, de este modo, dominar las zonas recién conquistadas.