sábado, 14 de noviembre de 2015

Andalucía romana

La región andaluza, que estaba en poder de los cartagineses, fue conquistada por los romanos durante el desarrollo de la Segunda Guerra Púnica (primera fase de la conquista de Hispania), después de las victorias de Baecula (Bailén) y de Ilipa Magna (Alcalá del Río) y de la toma de Gades (Cádiz).
Tras la primera división administrativa de la zona conquistada, las tierras andaluzas quedaron incluidas en la denominada Hispania Ulterior (197 a.C.). Una división posterior efectuada por Augusto (27 a.C.) incluyó la mayor parte de Andalucía  dentro de la provincia llamada Bética, con capital en Corduba (Córdoba).


Puente romano en la ciudad de Córdoba
La actual Andalucía fue la zona que más rápidamente se romanizó, gracias a la influencia de los anteriores colonizadores griegos y fenicios. El urbanismo experimentó un gran desarrollo. Destacaron núcleos urbanos como Italica, Corduba, Hispalis y Gades, entre otros, que adaptaron la estructura y división de la población del modelo romano, y que fueron cuna de personalidades de gran prestigio e influencia, como el filósofo Séneca y el poeta Lucano, nacidos en Corduba, y los emperadores Trajano y Adriano, ambos de Italica.
La importancia económica de la Bética se debió a la fertilidad de sus suelos, en cultivos tanto de secano (cereales, vid y olivo) como de regadío (hortalizas, árboles frutales, etc.), y a su abundante ganadería (vacuna, caballar, ovina y porcina), a su excelente pesca y a su riqueza minera (plata, cobre, mercurio y plomo). Todo ello generó un gran desarrollo de la industria artesanal alimentaria (salazones de pescados), la construcción naval y el comercio.
La actividad comercial, centrada en la exportación a Roma de materias primas y la importación de productos manufacturados, se vio favorecida por la construcción de calzadas que unían los centros de actividad económica más importantes. A Andalucía llegaban la Vía Augusta (que se dividía en dos ramas: una seguía la línea de la costa y otra discurría por el interior) y la Vía de la Plata.



Desde el punto de vista cultural, esta región aportó grandes figuras. A las ya mencionadas, Séneca y Lucano, hay que añadir el agrónomo Columela y el geógrafo Pomponio Mela.
Asimismo, se realizaron obras arquitectónicas de gran belleza, sobre todo en la ciudad de Italica, como viviendas decoradas con mosaicos y diversos monumentos y obras de ingeniería.
El cristianismo arraigó con fuerza, sobre todo en los núcleos urbanos, y desde el siglo III a.C. ya existían comunidades cristianas.