miércoles, 13 de noviembre de 2013

La educación

El esfuerzo continuo y sistemático por reflexionar e intentar dar soluciones al eterno problema de la educación, constituye el ser y el sentido del saber pedagógico. Ningún hombre puede permanecer indiferente o extraño frente a él. Porque es su existencia misma, como ser individual y como ser social, la que aparece comprometida en sus planteamientos y en sus soluciones.
La palabra educación ha tenido diversas interpretaciones de acuerdo con las ideas filosóficas, religiosas, sociales, políticas y culturales que han imperado a través de los tiempos.

 LA EDUCACIÓN COMO HECHO CONCRETO 

La educación es una realidad permanente en la vida individual y social. Atañe al hombre en su totalidad biopsíquica y espiritual y en su bipolar dimensión de individuo y miembro de la comunidad. La educación no es un simple accidente circunstancial en nuestra experiencia. Es una realidad que afecta al hombre en su total integridad.
La realidad de la educación supone una experiencia permanente, directa e inmediata. Constantemente nos modificamos y transformamos, asimilamos conocimientos, corregimos defectos, adquirimos hábitos y modos de obrar, somos influidos en nuestro modo de ser y de actuar, y todos somos un estímulo educador sobre otros individuos que se relacionan con nosotros. Todos somos educandos y educadores a la vez.
La educación implica un proceso universal y permanente. La historia de la civilización nos revela que la educación es un hecho que se ha producido en todas las épocas y en todos los pueblos, como función esencial de la vida en comunidad. La sociedad moldea al individuo según sus normas y ordenaciones, de conformidad con sus creencias, sus costumbres y sus maneras de proceder.
La socialización se lleva a cabo mediante un lento y permanente proceso de impregnación, resultado de la convivencia con las generaciones adultas.
En las comunidades primitivas, al igual que en aquellas de cultura desarrollada, se observa el mismo esfuerzo, más o menos consciente, de transmitir a las generaciones jóvenes su bagaje cultural. La influencia inintencional y espontánea de la comunidad sobre las nuevas generaciones entra ya en el concepto de educación.

 LA NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN 

El acto educativo es inherente y necesario a la naturaleza humana. La inferioridad de sus recursos y medios físicos de defensa y la lentitud de su proceso de maduración le hacen imprescindible la protección ajena durante mayor tiempo que a cualquiera de los otros seres vivos. La madurez espiritual que caracteriza al hombre formado no se logra si se deja al ser joven abandonado al azar. Sin la educación, el ser humano no adquiriría el lenguaje, los hábitos, las ideas y los sentimientos que pertenecen a la vida cultural.
Pero la educación no es sólo una función necesaria para la vida del individuo. Es también una función ineludible de la vida de la comunidad. La sociedad humana, para poder subsistir y progresar indefinidamente, necesita propagarse espiritualmente mediante la educación de las nuevas generaciones.

 ETIMOLOGÍA DEL VOCABLO Y SUS DOS SENTIDOS 

Educación toma su sentido del verbo latino educare, que significa alimentar, nutrir, instruir, hacer crecer.Pero al mismo tiempo tiene un sentido opuesto si deriva del verbo ex-ducere, que significa extraer, hacer salir.
La educación es, al mismo tiempo, un proceso de desarrollo de las posibilidades que están latentes en el individuo y de incorporación de elementos del medio histórico-social-cultural.