sábado, 13 de junio de 2020

La interdisciplinariedad en la investigación histórico-pedagógica

Las ventajas de la interdisciplinariedad en la investigación histórico-pedagógicas son múltiples. Está fuera de discusión la aportación que pueden dar la filología, y más todavía la lingüística, la filosofía y la lógica, la antropología, los estudios políticos, económicos, jurídicos, la estadística, dada la complejidad y la estratificación de los problemas tratados, de las técnicas, de los subestudios y de los métodos de investigación. Demos algunos ejemplos para no quedar en líneas generales.
Desde el análisis filológico al lingüístico, la aportación a la investigación histórico-pedagógica ha sido fundamental en relación sobre todo al examen de los instrumentos, de los modelos y de los contenidos lingüísticos. En el fondo, cada mensaje, cada modelo, cada módulo pedagógico y educativo está estructurado según un códice lingüístico cuya trama y urdimbre necesita ser penetrada a fondo y no limitadamente al significado de cada uno de los términos. Baste señalar la importancia de la verificación, del control, de la documentación, de la génesis del lenguaje pedagógico, de las interpolaciones, de las convergencias, de las incongruencias lingüísticas, justo porque la formalización lingüística es denotativa del tipo y del objeto de la investigación del método seguido, de las hipótesis de partida y de los resultados conseguidos, de la apertura sobre los problemas afrontados, de las características de la reconstrucción y de la descripción de la tendencia a la teorización.
Entre el lenguaje pedagógico de un Locke o de un Rousseau existen diferencias fácilmente individualizables, lo mismo puede decirse de la disparidad entre lenguaje pedagógico idealista, positivista y marxista, pero todos estaremos de acuerdo sobre la necesidad de ir más allá de las apariencias de los fenómenos lingüísticos más macroscópicos para recoger las presencias y las interferencias que distinguen el hablar pedagógico, el significado y el significante, las valencias ideológicas, la función de apoyo.
Aunque solamente abriendo un texto es posible darse cuenta de las diferencias entre un lenguaje pedagógico filosófico y metafísico y uno científico y experimental, importa la utilización, la distribución, la elección del vocabulario pedagógico, pero todavía más la elección de las temáticas de fondo, la marcha y el tipo de las argumentaciones, el espacio dado a las hipótesis, a las verificaciones, a la experimentación, a las definiciones, a la narración, a la exposición, a la incidencia de las peticiones de principio, de los términos apodícticos, de las definiciones, la tendencia a la descripción de los fenómenos o a la demostración de tesis. En este sentido, el lenguaje, y, por lo tanto, la lingüística, vienen a constituir la principal connotación de cualquier documento.
No debe sorprender el tránsito a la articulación interdisciplinaria, a la lingüística, a la psicología, a la sociología, a la filosofía, a la lógica, a la antropología, a la política, al derecho, a la estadística, expresado no en términos intuitivos, pero de preparación específica; cualidad y competencias éstas que es difícil encontrar en la misma persona y en efecto se registra la tendencia a pesar de las historias generales a estudios específicos realizados por historiadores competentes sobre cada uno de los sectores, argumentos, autores, métodos.
Puede suceder que venga a menos una visión unitaria y personal y un encuadramiento global, pero la preocupación histórica y cultural es otra: utilizar al máximo los recursos de la metodología, de la crítica, de la técnica, para no limitarse a un examen unilateral, unívoco. La instancia es, además, debida a la afirmación de nuevas metodologías y disciplinas y a las necesidades de ver a contraluz, casi radiografiar, cada uno de los fenómenos y textos pedagógicos; y también si en el siglo XX han incidido en la producción pedagógica disciplinas como la psicología, la sociología, la antropología, el derecho, la estadística, la filosofía, etc., no se ha dicho que el examen, por ejemplo, de la República de Platón, de la Política de Aristóteles, de las Confesiones de San Agustín, no requieran de la profundización de los motivos psicológicos, sociológicos, antropológicos, justo porque no se ha dicho que ciertos fenómenos no existen primero que la puesta a punto de las disciplinas y los métodos correspondientes.


Inútil, por lo tanto, insistir sobre los límites de una reconstrucción histórica solamente filosófico-pedagógica o psicopedagógica, en cuanto los fenómenos por reconstruir y por estudiar no tienen sólo dos caras o dos dimensiones y sería absurdo que la reconstrucción no se alimentase de la aportación de disciplinas que no se limitan a una verificación de las ideas, pero pretenden aclarar las fuerzas y las situaciones subtendidas o que de hecho informas toda la problemática pedagógica. Demos algunos ejemplos: la discusión sobre la educación familiar, sobre la disciplina, sobre la libertad, sobre la autoridad, sobre los premios y castigos que solamente desde Locke en adelante ha informado la pedagogía europea de los siglos XVIII y XIX no puede reconducirse a las simples temáticas éticas, educativas, religiosas, filosóficas, porque las propuestas, las elecciones, las contraposiciones investían a los grupos familiares, a las relaciones entre familia y sociedad civil, al control y a la gestión de los grupos familiares y sociales, a la educación sexual, al refuerzo o menos de ciertos comportamientos y elecciones, al cometido y al peso de la propiedad, de la esfera económica, de las elecciones culturales, profesionales, políticas. También cuando el discurso se hace más técnico, más racional, más teórico, no se ha dicho que no puedan emerger observaciones y relieves de tipo psicoanalítico. Wilhelm Reich, en su Psicología de masas del fascismo, ha analizado y subrayado las relaciones entre ideología pedagógica, historia de la educación, estructura económica de la sociedad alemana en 1928-1933, los problemas puestos por la psicología de masas, la función social de la represión sexual, la psicología de la pequeña burguesía, la ideología autoritaria de la familia, la pureza de la raza, la función del simbolismo, las estructuras pseudoeconómicas de la familia autoritaria, la relación masa-Estado, las funciones bisociales del trabajo, la concepción mecanicista-autoritaria de la vida, los aspectos racionales e irracionales del trabajo, poniendo en evidencia las fuertes contradicciones por no decir la violenta usura entre un tipo de educación mística, retórica, nacionalista y la continua frustración de las necesidades más naturales y elementales. El análisis hecho según esta perspectiva de las obras producidas por la pedagogía fascista va más allá de la simple interpretación y contraposición de doctrinas, teorías, ideologías, filosofías porque inviste a una serie de fuerzas de las que la doctrina no es más que una tentativa más o menos conseguida de racionalización. tomemos también todo el debate pedagógico sobre la presencia y sobre la función de la familia; también aquí la reconstrucción histórica que haga referencia sólo a los aspectos teóricos y pedagógicos corre el riesgo de no comprender y, por lo tanto, de no reconstruir la larga batalla por la gestión social, económica, cultural, jurídica y religiosa de la familia. Apoyarse sólo en las tesis de los autores en las confrontaciones de la educación familiar, significa marginar una cuestión mucho más compleja que comprende, entre otras cosas, la misma posición de los pedagogos como intelectuales en la confrontación entre modelos familiares, clases, grupos e instituciones.
Los aspectos psicoanalíticos, psicológicos, sociales, antropológicos y religiosos del debate sobre la educación sexual son muy relevantes y se refieren a todos los tipos de sociedad como a todas las pedagogías, también cuando no las tratan; léase a este propósito la Pedagogía de Kant, una de las obras que ofrece menos espacio a la educación sexual para convencerse del relieve que el debate sobre el papel ético, cultural y educativo del sexo en la sociedad tiene más en la sublimación que en la permisión. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario