jueves, 19 de julio de 2018

Necesidades básicas y sus concomitantes culturales

La siguiente tabla de necesidades básicas y sus concomitantes culturales ha sido trazada con miras a la simplicidad. Pero desde ella, desarrollaremos cada necesidad más ampliamente a fin de proveer de una definición más completa.

El título metabolismo significa que los procesos de ingestión de alimentos, digestión con sus correspondientes secreciones, absorción de sustancias nutritivas y expulsión de excrementos están relacionados de distintas maneras con los factores ambientales y con la interacción entre el organismo y el mundo externo, interacción culturalmente trabada. Aparecen aquí condensados varios impulsos: tanto la provisión de alimentos sólidos o líquidos, como los procesos de excreción, por los cuales el individuo frecuenta el ambiente exterior. No obstante, en este caso no nos referimos tanto al impulso del hambre, al de la inspiración del aire o a la sensación de sed. De lo que estamos tratando es de que, si consideramos la comunidad de un conjunto, todo organismo, en general, requiere ciertas condiciones que le garanticen la provisión de elementos materiales, el cumplimiento de las funciones digestivas y los dispositivos sanitarios para los procesos finales.
Del mismo modo, cuando pasamos a la reproducción, no nos referimos al impulso individual del sexo y a su cumplimiento en algún caso particular. Significamos simplemente que la reproducción debe producirse en la proporción necesaria para llenar los claros producidos en la comunidad.
El breve título bienestar corporal se refiere al grado de temperatura, porcentaje de humedad y ausencia de sustancias nocivas que estén en contacto con el cuerpo, todo lo cual debe permitir que procesos fisiológicos como la circulación, la digestión, las secreciones internas y el metabolismo puedan cumplirse en un sentido puramente físico. Probablemente la temperatura es el elemento más significativo, desde que la exposición al viento y a la intemperie, a la lluvia, a la nieve o a la sequedad continua, actúa en gran medida, a través de los elementos de la temperatura, sobre el organismo.
La seguridad se refiere a la prevención de daños corporales por accidentes mecánicos, ataques de animales o de otros hombres. Resulta claro que, desde el punto de vista del impulso, estuvimos empeñados en relacionar los tipos de reacción individual con exposición o el padecimiento. Ahora puntualizados que bajo condiciones en las cuales la mayoría de los organismos no están protegidos de los daños corporales, la cultura y el grupo humano correspondiente no podrían sobrevivir.
El epígrafe movimiento expresa que la actividad es tan necesaria al organismo como indispensable a la cultura. Estamos tratando de las condiciones generales bajo las que un grupo de personas vive y coopera, y en virtud de las cuales la mayoría de los miembros, en alguna circunstancia, y todos en cierto momento, deben obtener algún fin por medio de la actividad y la iniciativa.
El apartado crecimiento o desarrollo tiene aquí su lugar legítimo. Quiere decir lo siguiente: desde que los seres humanos durante su infancia dependen de sus mayores; desde que la madurez es un lento y gradual proceso, y la edad senil, en el hombre más que en cualquier otra especie, deja al individuo indefenso, los fenómenos de crecimiento, madurez y decadencia imponen a la cultura muy generales pero definidas condiciones. En otras palabras: ningún grupo podría sobrevivir ni subsistir su cultura, si el infante, inmediatamente después del nacimiento, quedara librado a sus propios recursos, como en el caso de muchas especies animales.
Finalmente, hemos agregado aquí la salud como una general necesidad biológica. La salud se refiere a todos los otros epígrafes, con exclusión quizá del segundo, y, aun en ese caso, la protección de los procesos reproductivos de posibles peligros externos constituye uno de los procedimientos higiénicos. En realidad, definida la salud en términos generales y positivos, importaría tanto como el mantenimiento del organismo en condiciones normales en cuanto se refiere a sus aptitudes para la indispensable producción de energía. Lo que justifica que hayamos reservado un encabezamiento independiente es que la salud desmejora y debe ser recuperada. Desde el momento que todos los otros epígrafes son positivos, el término "enfermedad" no sería apropiado, puesto que no es una necesidad biológica determinada por su concomitante. En cambio, si se lee como "cura o alivio de la enfermedad o de condiciones patológicas" resulta probablemente justificado, en el sentido de que impone ciertas condiciones limitativas a las sociedades humanas y da lugar a manifestaciones culturalmente organizadas.

Las dos columnas de nuestra lista deben leerse considerando cada par de encabezamientos horizontales como inseparablemente unidos. El verdadero sentido de nuestro concepto de necesidad implica su correlación directa con el concomitante que recibe de la cultura.
Cuando consideramos cualquier cultura que no esté en estado de decadencia o desintegración completa, sino en su desarrollo normal, hallamos que la necesidad y su concomitante están directamente relacionados y se corresponden uno con otro. Las necesidades de alimento, bebida y oxígeno no son jamás fuerzas aisladas que impulsan al individuo o al grupo en su conjunto a una ciega búsqueda de alimento, agua u oxígeno; ni tampoco los hombres llevan consigo de uno a otro lado sus necesidades de bienestar corporal, de movimiento o de seguridad. Los seres humanos, bajo sus condiciones de cultura, despiertan ya con apetito matinal bien dispuesto, y también con un desayuno que los aguarda o que está listo para ser preparado. Ambas cosas, el apetito y su satisfacción, se producen simultáneamente en la habitual rutina de la vida. Salvo accidentes excepcionales, el organismo mantiene el grado necesario de temperatura gracias a la ropa con la cual se protege, a la templada habitación o a la estufa de la vivienda y, por fin, hasta por medio de caminatas, carreras u otra actividad. Es cierto que el organismo se adapta, de modo que en el dominio de cada necesidad específica se desarrollan ciertos hábitos; y, dentro de una organización cultural, estos hábitos encuentran satisfacciones rutinariamente organizadas.
Éste es el punto en el cual el estudio de la conducta humana se aparta definitivamente del mero determinismo biológico. Ya lo hemos puesto en claro señalando que, dentro de cada serie vital, el impulso es remodelado o codeterminado por influencias culturales. Los antropólogos están interesados en primer término por la manera en que se desarrollan, partiendo del impulso orgánico primario, los condicionados concomitantes del gusto y del apetito, de la atracción sexual, de las formas de adorno relacionadas con el bienestar físico, etc.
Se interesan también por la manera en que se estructuran los concomitantes culturales. Éstos no son en modo alguno simples. Con el objeto de proveer la constante corriente de sustancias nutritivas, vestidos, materiales de edificación, construcciones, armas y herramientas, las culturas no deben simplemente producir artefactos, sino que tienen también que desarrollar técnicas, esto es, acciones reguladas, valores y formas de la organización social. Será mejor, probablemente, considerar uno por uno los concomitantes culturales indicados en la segunda columna y ver qué representan como detalles de organización y estuctura cultural.