Debemos definir qué son aquellas necesidades derivadas, o, como las llamaremos en adelante, imperativos culturales, impuestos al hombre por su propia tendencia a extender su seguridad y su bienestar, aventurarse en las varias manifestaciones del movimiento, acrecentar la velocidad, preparar tanto máquinas de destrucción como de producción, acorazarse con colosales dispositivos protectores y construir equivalentes medios de ataque. Si nuestro concepto de las necesidades derivadas o imperativos culturales es correcto, ciertos nuevos tipos de conducta aparecerán implícitos en todos los concomitantes culturales, los cuales son tan rigurosos e ineluctables como cualquier serie vital en su correspondiente campo. En otras palabras, hemos mostrado que el hombre debe cooperar económicamente; establecer y mantener el orden; educar los nuevos individuos en desarrollo para que lleguen a ser ciudadanos, y que debe de alguna manera proporcionar los medios de compulsión en tales actividades. Nos falta mostrar cómo y dónde éstas se producen y de qué manera se combinan. Finalmente, con el objeto de que aparezcan claros los procesos de derivación y jerarquía, tendremos que demostrar cómo el saber, la religión, la economía, los mecanismos legales, el adiestramiento educativo y la creación artística, están directa o indirectamente relacionadas con las necesidades básicas o fisiológicas.