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martes, 18 de diciembre de 2018

Política, organización y administración educativas

1. Organización escolar
La organización escolar, que es una de las ciencias de la educación, tiene como finalidad el estudio de las actividades que deben realizarse para lograr la máxima eficacia de todos los elementos que integran la escuela en orden a la educación de los alumnos.
La actividad de las organizaciones se dirige a la consecución de metas u objetivos con la máxima eficacia. Estos objetivos justifican la organización, que en gran manera se constituye en función de los mismos. El papel de los objetivos como determinantes del trabajo de las organizaciones ha sido destacado en los últimos desarrollos de la "organización por objetivos" o la "administración por objetivos".
El origen de la organización como disciplina científica hay que buscarlo en la necesidad que el hombre ha sentido en todo momento de alcanzar el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo.
La escuela, realidad en la que se dan cita múltiples elementos y factores, requiere en todo momento el instrumento de la organización. Sólo de esta forma las funciones pedagógicas de la educación institucionalizada serán eficaces.
Tal vez no haya un área más importante en la actividad educativa que la organización, puesto que su labor consiste en lograr un ambiente en el que tanto los elementos humanos como los materiales que intervienen en el proceso realicen sus operaciones del modo más eficaz y perfecto. Éste es un valor instrumental, pero que posibilita que los factores fundamentales realicen sus funciones del modo más perfecto posible.
La organización escolar se relaciona con las demás ciencias de la educación, y en especial con todas aquellas cuyo objeto material son los elementos que componen la realidad escolar: pedagogía general y diferencial, psicología y sociología de la educación, etc. Pero con las que tienen una mayor relación es con la didáctica y la orientación. Así, en la clasificación de García Hoz, las tres disciplinas se encuentran con elementos técnicos culturales del estudio analítico material de la educación, y para Ferrández y Sarramona forman el conjunto de las ciencias aplicativas. Nassif divide la pedagogía tecnológica en metodología educativa y organización educativa, subdividida ésta en el aspecto político (legislación y administración escolar) y el aspecto pedagógico (ciclos, instituciones, contenidos, planes y programas, material, horario, etc.).
Como puede deducirse, la relación con la didáctica es muy estrecha, y hay temas (contenidos, programas, etc., e incluso disciplina) que se estudian en ambas, pero, como es lógico, con un enfoque distinto (más metodológico en didáctica; sintético y de relación, en organización escolar).

2. Administración educativa
Para una recta y ordenada comprensión de la organización escolar hay que entender y valorar las necesarias relaciones de nuestra disciplina con la política y la economía, cuyo fruto más importante ha sido precisamente la administración escolar.
Competencia de la Administración son: 
  • El planeamiento integral del proceso educativo
  • La elaboración de los documentos legislativos
  • La creación de la red de servicios administrativos
  • La financiación
  • La redacción e investigación de planes de estudio
  • La supervisión de las tareas educativas
Para Douglass, el término "administración" no se utiliza en el sentido corriente entre nosotros de regulación de la actividad externa escolar por el Estado, sino en el sentido amplio de conjunto de actividades que engloban la vida de la empresa educativa. En este sentido, la administración comprende todo el proceso que nace en la creación de la institución educativa, continúa con su organización y desarrollo y termina con la evaluación de la tarea realizada. La administración no es sólo externa, sino fundamentalmente interna, y solamente tiene relación con el Estado en los aspectos que determina la ley.

3. Planificación de la educación: factores económicos y sociológicos
La planificación integral de la educación es un proceso continuo y sistemático en el cual se aplican y coordinan los métodos de la investigación social, los principios y técnicas de la educación, de la administración, de la economía y de las finanzas, con la participación y el apoyo de la opinión pública, tanto en el campo de las actividades estatales como privadas, a fin de garantizar la educación adecuada a la población con metas y etapas bien definidas, facilitando a cada individuo la realización de sus potencialidades y su contribución más eficaz al desarrollo social, cultural y económico del país.
Las fases previas a la implantación de una planificación educativa son: 1) elaboración del proyecto; 2) consulta y adopción de un plan; 3) ejecución y rectificación del plan piloto; 4) evaluación y replanteamiento.

Para este proceso se pueden realizar estudios previos de carácter cuantitativo o cualitativo apoyándose en factores demográficos, sociales, económicos, etc. En la discusión del plan se le somete a instancias de carácter pedagógico o de otro tipo, a la opinión pública, etc. Los caminos para la ejecución del plan piloto pueden ser diversos, realizarse en un área geográfica determinada o bien en centros experimentales de todo el país, aplicarse en su totalidad o solamente algunos aspectos considerados fundamentales o críticos, etc. Y finalmente, se requieren métodos rigurosos de evaluación del mismo, realizados por determinados organismos competentes que lleven a un replanteamiento del mismo antes de su adopción definitiva.
Los elementos constitutivos del planeamiento se refieren a aspectos cuantitativos, cualitativos, administrativos y financieros.
Entre los aspectos cuantitativos interesan:
  • El número de alumnos, maestros, edificios, cantidad de material, etc.
  • La problemática de los abandonos escolares
  • Núcleos diseminados de población y escuelas comarcales
  • Migraciones temporales o definitivas
  • Alfabetización de adultos y localización de los mismos
  • Malestar docente
  • Dirigentes de educación y funcionamiento de la administración
Los aspectos cualitativos, de mayor importancia que los anteriores, engloban:

 a)  La estructura de los niveles: la educación es un proceso que ha de ser sistemático, continuo, progresivo e integral. La estructura de los niveles deberá proporcionar a toda la educación una unidad y al mismo tiempo una diversidad para adaptarse a las distintas características; ha de haber articulación en la diversidad y coordinación entre estos niveles y las diferentes modalidades que haya en cada uno de ellos.
 b)  La formación de los profesores y dirigentes: se necesitan sistemas objetivos para evaluar los resultados y poder mejorar la preparación para la concesión del título, y luego es fundamental la actualización del personal ya titulado, esté o no en ejercicio: cursillos, intercambios, investigación, etc. Cuidar la formación del personal dirigente y asesor.
 c)  Los planes y programas de estudio: para cambiar planes y programas se necesita la certeza de que sean mejores; ello obliga a mejorar las técnicas de evaluación y aplicar la investigación con diseños y metodologías adecuados que requieren un personal capacitado.
 d)  Los métodos y el material: son indispensables escuelas experimentales. Los materiales han de estar bien escogidos; se debe estudiar la aplicación de los medios tecnológicos, la elaboración de libros de texto y todo tipo de material.
 e)  Los servicios de información y orientación didáctica: centros de documentación, bibliotecas especializadas, servicios de información, etc.
 f)  La cooperación entre escuela y sociedad: campañas de extensión cultural, bibliotecas públicas (para niños y adultos), utilización planificada de museos, exposiciones coordinadas con la escuela, servicios recreativos, colonias de vacaciones, becas e igualdad de oportunidades educativas.
 g)  La educación de adultos: delimitación del concepto de analfabeto y sus causas, campañas de alfabetización. Preguntarse hasta qué edad es rentable la alfabetización de adultos. Libros de divulgación cultural con mentalidad de adulto. Concepto de educación permanente. Importancia de la educación social, económica, cívica, etc.

Desde el punto de vista administrativo hay que:

 a)  Reconocer las funciones básicas de la Administración tales como la de investigación de la situación socioeconómica para poder deducir los objetivos educativos, los medios, etc.; la del trabajo de planeamiento y regulación de los aspectos organizativos administrativos; la de señalar y delimitar normas de evaluación, etc.
 b)  Analizar las diferentes estructuras para que respondan a una concepción orgánica y sencilla, y a la vez eficaz y moderna, delimitando varios servicios: dirección, planeamiento, ejecución, consulta, etc.
 c)  Estudiar, en relación con el personal, sistemas eficaces de perfeccionamiento y de estabilización en los puestos de trabajo.
 d)  Distribuir el trabajo según las funciones de cada uno y pidiendo a todos un sentido de responsabilidad, cooperación e iniciativa. Prever el estado de todo el material y un sistema de evaluación. Buscar la estructura organizativa más adecuada, que posiblemente se halle en alguna forma intermedia entre la centralización y la descentralización.

Entre los aspectos financieros hay que considerar:

 a)  El inventario de todas las necesidades y de todos los recursos disponibles no sólo actuales, sino futuros.
 b)  El crecimiento demográfico, los movimientos migratorios y el aumento del coste de la vida.
 c)  Las posibles alternativas para el aumento del presupuesto de educación y sus consecuentes, principalmente estudiar todos los índices de gastos en educación: coste, puesto escolar, según niveles educativos, tipos de escuela, etc.
 d)  Las aportaciones de organismos privados o de otros ministerios al conjunto del sistema educativo.

Desde 1965, los teóricos de la planificación están facilitando a las autoridades educativas modelos matemáticos experimentados tanto en el medio militar norteamericano como en los países socialistas. Empezaron siendo estudios de proyección que, siguiendo una línea pragmáticas (Timbergen y otros), se basaban en las expectativas de empleo para los graduados y en el concepto de capital humano. Pero estudios posteriores negaron la relación de causa a efecto entre el uso de mano de obra cualificada y cualquier variable económica importante, y más cuando la mayoría de los países dispone de un exceso de graduados sin colocar o que está realizando tareas de menor entidad que las previstas en su especialización.
Este desfase entre previsiones y resultados puede haber obedecido, en buenas parte, a haber orientado el peso fundamental de la planificación de la educación hacia objetivos productivistas de formación de mano de obra, de un modo excesivamente desvinculado de la planificación económica e incluso social del país.
La introducción de los aspectos sociales obligó a modificar los métodos y procedimientos en la planificación, para hacerla integral, y a la vez puso claramente de manifiesto que los "modelos educativos" dependen del "modelo de sociedad" al que se tiende o aspira. La incoherencia entre ambos puede llegar a ser insostenible. La concordancia dependerá de una política homogénea, con los suficientes apoyos sociales. En fin, de una política educativa democrática.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Incidencia de los materiales disponibles en la organización escolar

Los elementos materiales es otro aspecto a tener en cuenta para que faciliten las actividades escolares. La ausencia de condiciones materiales adecuadas (falta de espacio, material anticuado, etc.) dificulta la labor escolar, y por ello hay que tenerlas en cuenta. Ahora bien, no pensemos que adquiriendo un equipo costoso y muy atrayente mejoraremos por su solo uso el rendimiento escolar; facilitaremos, eso sí, un trabajo mejor, pero han de ser los elementos humanos quienes lo utilicen adecuadamente. ¡Quién no recuerda a un profesor que sólo con sus palabras y la tiza hacía vibrar a sus alumnos y los motivaba para un aprendizaje auténtico! Y en contraste con ello, veíamos una colección de aparatos científicos abandonada en unas estanterías llenas de polvo.
Por ello, todo centro escolar debe estudiar el modo de obtener el mayor rendimiento de los recursos disponibles y prever la rentabilidad de las posibles inversiones. Una norma de buena organización, antes de comprar un material, consistirá en conocer la capacidad de los profesores para utilizarlo educativamente y estudiar el beneficio que se espera obtener de él, así como disponer su ubicación en un lugar que permita utilizarlo en el momento oportuno. Así debería determinanrse, por ejemplo, si es mejor tener una gran biblioteca de centro o pequeñas bibliotecas de aula, o ambos tipos, estructurando la oportuna relación. Deberíamos preguntarnos: ¿Habrá un centro de medios audiovisuales, o varios aparatos distribuidos por las aulas? ¿Quiénes serán los responsables? ¿Quiénes cuidarán de las reparaciones? Etcétera.
Tanto los materiales de equipo como el mobiliario deben adaptarse a las necesidades de la escuela, su metodología, su estilo de trabajo, etc. No sirve el mismo mobiliario y material de clase para un aula tradicional, en la que el profesor explica y los alumnos escuchan o escriben individualmente en su banco, que para otra donde se trabaja en equipo o se sigue una enseñanza personalizada.
Podríamos hacer parecidas consideraciones referentes al espacio escolar. Nosotros damos forma a los edificios; luego ellos nos dan forma a nosotros. Y debería ser el programa lo que diera forma al edificio.
La flexibilidad sería la primera cualidad propia de un edificio escolar que hubiera de servir para la escuela de hoy y la del futuro.


Este espacio debería ser ampliable, convertible, polifacético y maleable. Ya no nos sirve el tipo de edificio que Mitchel llamaba de "celdas y campanas", con sus aulas para 30 alumnos, incomunicados entre sí, unidas por largos pasillos. El edificio actual debería tener aulas que permitieran acomodar grupos de diverso número de componentes, aulas unidas, espacios de uso común, centro de recursos didácticos, espacios abiertos, etc. Ello crearía otros problemas a resolver por los técnicos, como por ejemplo el de las paredes aislantes y comunicables a la vez, y sobre todo la forma de reducir el ruido.
El educador debe ser capaz de apropiarse del espacio escolar, modificarlo, personalizarlo y adaptarlo a las necesidades psicopedagógicas de cada momento. El problema actual del espacio ha de dejar de ser un problema cuantitativo (de metros cuadrados por niño) para centrarse en sus aspectos cualitativos.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Agrupación de alumnos

Un rasgo esencial de la educación institucionalizada es el agrupamiento de los alumnos ya asignados previamente a un curso o ciclo determinado. Esta problemática se plantea en las escuelas grandes, donde el número de alumnos es superior al número óptimo por clase. ¿Cómo agruparemos los 150 niños que inician la escolaridad? ¿Qué criterios utilizaremos para asignarlos a 1º A, 1º B, 1º C, ... ? ¿Lograrán una mejor formación organizándose de este modo o del otro?
Aquí se plantea una gran cantidad de interrogantes a los que la organización escolar debería responder.
Un riguroso trabajo de análisis crítico y de sistematización acerca de las investigaciones experimentales sobre agrupamiento como el realizado por el profesor Arturo de la Orden (1975) puso de relieve la evidencia científica, desmitificadora en este caso, de la relación entre un agrupamiento determinado de alumnos y su rendimiento académico.
El agrupamiento, por una parte, viene determinado y es expresión de factores sustantivos como la filosofía de la educación que informa el sistema, el tipo de programa y los objetivos propuestos; y por otra, determina en gran medida las características del proceso educativo y, a nivel más modesto, ciertos resultados pedagógicos.
Agrupar a los alumnos, algo exigido en principio por razones cuantitativas, se realiza de acuerdo con determinados criterios, justificando su utilización en la pretensión de que los grupos así formados constituyen el medio más eficaz, en una situación dada, para que un máximo de alumnos alcance un óptimo de educación
El problema de la clasificación y agrupamiento de los alumnos ha constituido y constituye, en la medida en que la educación institucional se ha hecho multitudinaria, una de las preocupaciones permanentes del profesorado y de los directores y responsables de la organización de los centros docentes.
La variabilidad en los rasgos y ritmos de desarrollo y aprendizaje de los alumnos se halla efectivamente en el fondo de toda la problemática de la agrupación escolar.
Como consecuencia de la concepción meramente instrumental del agrupamiento, los centros docentes del futuro adoptarán sistemas propios, eclécticos y pragmáticos, en vez de someterse a planes organizativos prefabricados y previamente (rígidamente) estructurados. Con la tendencia actual hacia la generalización del aprendizaje individualizado, dentro de una concepción personalista de la educación, desaparecerá la problemática de la agrupación de los alumnos o de las supuestas ventajas de clases homogéneas o heterogéneas.
El agrupamiento homogéneo, tomando como base la inteligencia o la instrucción, no produce grupos homogéneos respecto al resto de los factores determinantes del aprendizaje, e incluso la homogeneidad en relación con cada uno de estos amplios criterios es sólo relativa.

Aunque las investigaciones realizadas en la primera mitad del siglo XX parecían aportar cierta evidencia en favor de una ligera superioridad del grupo homogéneo sobre el heterogéneo, en relación con el rendimiento académico de los alumnos, los estudios más recientes, de metodología y diseño más adecuados, permiten afirmar que, en general, el agrupamiento por sí mismo, sea homogéneo o heterogéneo, no afecta de forma apreciable al rendimiento académico de los alumnos. En contra de las conclusiones obtenidas en los primeros estudios, se pone de manifiesto que el grupo homogéneo influye negativamente en el rendimiento de los alumnos lentos. Por ello cada vez se tiende más a no separar a los estudiantes en clases diferenciadas, sino incluso a integrar (con los apoyos necesarios) a los alumnos con deficiencias en la escolaridad normalizada.

sábado, 24 de noviembre de 2018

Elementos personales: el profesorado

En la organización escolar hay que tener en cuenta como fundamentales los elementos humanos de la escuela: alumnos y profesores. A ellos hay que añadir el personal administrativo y subalterno, así como los asesores, médico, psicólogo, orientador, asistente social, etc. Y, en cierto modo, también los padres y la sociedad en general; con sus competencias diferenciales según el tipo de organización escolar de que se trate y de sus misiones específicas dentro de la estructura de cada escuela. La administración educativa actual contempla en España la participación de los padres en el consejo escolar y en la junta económica.
En cuanto a la distribución del profesorado se debe tener en cuenta la adcripción a los distintos cursos y a las distintas materias.
El modelo más general de distribución de profesores es el de un profesor por clase en la enseñanza elemental (hasta los 10 - 12 años) y un profesor por materia en el nivel medio. En las clases elementales la enseñanza es monodocente, a veces con algún profesor especialista (música, educación física, etc.), a fin de que el maestro sea a la vez docente, orientador y tutor del grupo de alumnos. En estas edades no es tan necesario un especialista de cada materia, por cuanto es más importante una formación general y una enseñanza globalizada que se presta al cambio de profesores.
La profundización en las materias a nivel de enseñanza media necesita especialistas, a la vez que la psicología del adolescente se adapta muy bien a la presencia de varios profesores. En los niveles intermedios (10 - 14 años) se puede implantar un cambio gradual con una diferenciación por áreas de aprendizaje y con la presencia, al igual que en la enseñanza media, de la figura del profesor coordinador de curso o tutor.
Este esquema clásico de clase autosuficiente o departamentalizada se está modificando para introducir todos los sistemas de enseñanza en colaboración.
El más interesante es el denominado docencia en equipo, team teaching, que se inició en Estados Unidos en la década de los años cincuenta. Con este sistema se intenta mantener el número máximo de ventajas del aula autosuficiente, al mismo tiempo que se proporciona a los alumnos los beneficios de la especialización del profesor. Otra de las aportaciones es el papel que los profesores experimentados pueden desempeñar en la iniciación y formación de nuevos profesores. En este sistema se establecen los grupos de aprendizaje atendiendo a los alumnos, al programa y a la cualificación del profesor.
El team teaching, según J.T. Shaplin, es un sistema de organización escolar que afecta al personal docente y a los escolares a su cargo, en el cual dos o más maestros se responsabilizan conjuntamente de la planificación, ejecución y evaluación de la totalidad o de una parte significativa del programa de instrucción del mismo grupo de alumnos, equivalentes al de dos o más clases tradicionales. Ello implica dos características:

 a  - Constitución de un equipo de varios maestros (3 a 7), estableciendo entre ellos una estrecha relación de trabajo que se traduce en una acción conjunta sobre un grupo de escolares (entre 60 y 200, aproximadamente).
 b  - Profundas transformaciones en la organización de los programas, material didáctico, horario, agrupamiento de los alumnos, edificio escolar, etc., desapareciendo la clase como unidad cerrada y parcela de un profesor. Una de las características de todos los elementos es su gran flexibilidad.

Cada miembro docente del equipo realiza aquellas tareas para las que tiene mayor capacidad y en las que está más interesado. El equipo docente es el que agrupa a los alumnos que le son asignados, de acuerdo con las exigencias de cada actividad planeada, desapareciendo así los grupos rígidos y permanentes. Ello permite que para ciertas materias o contenidos los alumnos formen grupos homogéneos, mientras que para otros sean heterogéneos. El número de alumnos que se asigna a cada equipo es muy amplio (generalmente entre 70 y 200), y luego se agrupan atendiendo al tipo de actividad y a los procedimientos que habrán de ser desarrollados. Los tipos básicos de agrupamiento son: a) gran grupo (60 a 300 estudiantes); b) equipos de trabajo (15 a 60, subdivididos en otros menores de 2 a 4); c) grupos coloquiales (12 a 16); d) estudio independiente y propio de cada alumno.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Funciones de la dirección y estilos directivos

La educación institucionalizada se imparte en establecimientos determinados o centros escolares, ya sean de titularidad estatal, pública o privada.
Dentro de los aspectos organizativos del centro se ha de tener en cuenta la estructura: ¿habrá sólo dos niveles -dirección y profesorado-, o habrá algún nivel intermedio -jefes de departamento, coordinadores, etc.-? También podemos preguntarnos qué órganos serán unipersonales y cuáles colegiados, cuáles serán las funciones del director, las del claustro, las de la junta económica, etc.
Hay ensayos de autogestión escolar y de centros sin director que requieren responsabilización colectiva con distribución de funciones entre todo el profesorado y el personal auxiliar (si existe), y con la participación de alumnos y padres.
Los defensores de suprimir la figura del director acostumbran argumentar que este sistema, además de romper con una filosofía autoritaria, abre el camino para la consecución de una gestión colectiva en que se compartan las responsabilidades. Como ventajas señalan que no se trabaja para hacer méritos ante un superior, no se elude la responsabilidad, se tiene un conocimiento general de toda la escuela (no sólo de la propia clase), se evita la centralización de la información, se autoeduca en la toma de decisiones colectivas, se evidencia la necesidad de ciertos trabajos auxiliares y rutinarios de la escuela y se estimula el espíritu de renovación pedagógica. Además, actuar en un marco jerarquizado parece contradictorio con la idea de motivar a los niños a la participación, responsabilidad general, compañerismo, libertad de expresión, etc.
Sin embargo, parece que cada vez se quiera profesionalizar más la función del director, si bien asesorado por órganos colegiados y con amplia delegación de funciones; y en algunos casos será la propia dirección un órgano colegiado formado por pocas personas (tres o cuatro).
El director de un centro escolar debe responder a la vez a las características de un líder educacional y a las de un director de personal; por ello, las aptitudes, actitudes y características que se le exigen son múltiples. El director debe ser aceptado por el grupo y reconocido como tal. Debe conocer a su grupo e identificarse con él, tomarle el pulso y saber diagnosticar su fortaleza o debilidad, ayudarle a alcanzar las metas propuestas e identificarle con las funciones y objetivos de la escuela.
El reconocimiento de esta autoridad ganada, no impuesta, vendrá dado por la estructura formal del grupo, la situación actual vivida por el mismo, la definición y delimitación del puesto que ocupa, el estilo personal y aptitudes propias, la madurez del grupo, etc.
Hay varios estilos de dirección, algunos de los cuales no se adaptan a las características del mundo actual (como el director centrado en sí mismo o en la autoridad), otros son muy poco eficientes (director influenciable) y otros con modos mucho más correctos de realizar su labor (director partidario del individuo o centrado en el grupo).
Investigadores de la Universidad de Ohio han hallado en sus estudios que la conducta efectiva del líder está estrechamente relacionada con la competencia en dos esferas:
- Estructura de iniciación en interacción, o sea, canales bien definidos de organización, de comunicación y medios para lograr un trabajo bien hecho.
- Consideración, es decir, establecimiento de un buen rapport, de conducta que refleje amistad, mutua confianza, respeto y cordialidad entre el líder y los miembros del grupo.
Este director como líder de su grupo respondería al sistema 4 de la clasificación que realiza Likert sobre estilos de dirección en general, y que Oliveros F. Otero (1974) adaptó a la dirección escolar en España:

El estilo 4 se caracteriza por un estilo de dirigir que asegura la confianza y la libertad de elección; por un sentido de responsabilidad -a todos los niveles de la organización- en alcanzar los objetivos fijados; por unos cauces de comunicación abiertos en ambas direcciones; por una interacción entre personas y entre grupos; por la toma de decisiones en todo el ámbito de la organización, con la participación de cada uno en su nivel, con procedimientos de control poco centralizados y que se utilizan como instrumento de reflexión y de formación.

Este sistema descansa esencialmente en dos aspectos:

1 - En la utilización por todo directivo del principio de las relaciones de apoyo.
2 - En el trabajo en grupo para la decisión y la supervisión.

No todo el mundo posee de modo espontáneo capacidad y competencia para ejercer cargos directivos. De ahí proviene la necesidad de prepararlo convenientemente, después del análisis de las funciones a realizar para determinar los conocimientos y técnicas necesarias, así como las aptitudes y actitudes propias de estos cargos.
Las funciones principales del directivo, siguiendo los esquemas ya clásicos en esta materia, son:
  • Programar
  • Organizar
  • Perfeccionar
  • Coordinar
  • Controlar
La planificación es una actividad gracias a la cual el hombre que vive en sociedad se esfuerza en dominar y labrar deliberadamente su futuro colectivo gracias al poder de la razón. Al programar utilizamos los recursos disponibles (humanos docentes y humanos discentes, materiales, inmobiliarios, técnicos y tecnológicos, financieros, etc.), por medio de ciertas actividades (planes, cuestionarios, programas, técnicas pedagógicas, didácticas, de organización, etc.), distribuidas en el tiempo (horario, calendario, cursos escolares, etc.), que se orientan al logro de los fines y objetivos propuestos (planes de estudio, expectativas y necesidades sociales, desarrollo de la escuela, etc.).
Organizar supone principalmente una actividad de análisis del plan, que partiendo de la realidad nos lleve a los objetivos deseados. Requiere una estructuración organizativa, es decir, la articulación del complejo de las funciones (directivas y ejecutivas), las respectivas competencias y los procedimientos que regulan las relaciones en el proceso del trabajo.
La función de perfeccionamiento o estímulo al perfeccionamiento, si bien supone una actividad de mando, es fundamentalmente de motivación y supervisión. Supervisión en el sentido de Dersal (1963):

Arte de trabajar con un grupo de personas sobre las que se ejerce autoridad, en forma de obtener de ellas su máxima eficacia, en un esfuerzo combinado para llevar a un buen cumplimiento del trabajo.

Recomendamos una supervisión creativa que sirva de motivación y apoyo para el autoperfeccionamiento en beneficio propio y de la escuela.
Coordinar es otra función primordial del directivo, y se apoya en las actividades de información y comunicación. Requiere cierta uniformidad de criterios, que no ha de ser exactitud matemática; y es mucho más eficaz si este lenguaje ha sido elegido o aceptado por todos los miembros del equipo que si es impuesto por una minoría.
El control supone necesariamente la actividad de valoración. Entendemos el control como comprobación del cumplimiento de los objetivos propuestos en la programación. Si el resultado es correcto se sigue el camino escogido; de lo contrario hay que buscar alternativas. Este control se refiere tanto a los alumnos, como al profesorado y al centro en su globalidad.

    

domingo, 4 de noviembre de 2018

Enseñanza graduada y no graduada

El sistema escolar tiene que clarificar a los alumnos y establecer una pauta que guíe su proceso discente desde su iniciación hasta el término del mismo. Ésta sería la dimensión vertical de la escolaridad formada por unidades apiladas unas encima de otras para proporcionar el progreso ascendente de los estudiantes a través de una secuencia temporal.
La enseñanza graduada ha sido el sistema tradicional de organización escolar para la progresión vertical de los alumnos. Pero debido a las críticas que ha recibido y a la dificultad de los estudiantes de seguir el ritmo marcado por el hipotético "alumno medio", se ha realizado una serie de tentativas de modificación y se ha planteado la alternativa de la enseñanza no graduada.
Como características propias de la enseñanza graduada podemos mencionar las que señala Gómez Dacal (1980):

Existencia de una compartimentación de la progresión formativa del alumno en etapas sustantivas (grados o niveles) con límites perfectamente definidos por normas externas al propio alumno.

Y podríamos añadir que estos mínimos de grado han de cubrirse en un tiempo determinado (un año), y que si no se logran ha de repetirse el curso. Es, por lo tanto, el alumno quien debe acomodarse a un curriculum pensado para tal curso o edad.
En la enseñanza no graduada es el curriculum lo que debe adaptarse al aprendizaje de cada alumno, de modo que posibilite el movimiento continuo e independiente de cada escolar en el programa. No se espera que haya una relación necesaria entre la cantidad de aprendizaje y el tiempo que le lleva a un alumno aprender determinado hecho, concepto o habilidad. El objetivo principal es asegurar a cada escolar un progreso continuo, adaptado a su ritmo y capacidad, y que no ha de ser igual para todas las materias. Según Smith (1974):

La pauta de organización del sistema sin grados es una estructura flexible que permite la instrucción individualizada y promueve la teoría del crecimiento constante.

La comparación que Goodland y Anderson (1976) realizan entre enseñanza graduada y no graduada puede aclarar bastante los conceptos:

   
El sistema no graduado es un sistema de organización, pero también algo más, y por ello no basta con quitar los letreros de curso sin modificar el programa, la enseñanza, nuestra valoración de las diferencias individuales, etc. Preocuparse por la forma de organizar como un fin en sí misma es poner la atención fuera de lugar.
Si relacionamos nuestro conocimiento sobre las diferencias individuales con los conceptos de función de la escuela, programa, etc., y lo aplicamos en una escuela en la que hemos suprimido los grados, tenemos entonces una verdadera escuela no graduada.
En la dimensión vertical, además de las alternativas de enseñanza graduada y no graduada pueden haber fórmulas intermedias. Por ejemplo, el plan dual, las clases multigrados o la enseñanza por ciclos.
En el plan de progreso dual, el alumno asiste la mitad de la jornada escolar (mañana o tarde), con los compañeros de su grado, a una clase seleccionada de acuerdo con la capacidad de dichos alumnos y estudia, según el sistema graduado, lenguaje y estudios sociales con un profesor, tutor especializado, y la educación física con otro. La otra mitad del día asiste a diversas clases no graduadas, en grupos también seleccionados, de matemáticas, ciencias, artes, manualidades y música, bajo la dirección de varios profesores especializados.
La justificación teórica está en la diferencia existente entre los llamados "imperativos culturales" (lenguaje y estudios sociales), que se espera que todos los miembros de la sociedad dominen de forma que les permitan llevar una vida de relación eficaz, y las llamadas "opciones culturales" (ciencias, matemáticas y arte), en que el nivel alcanzado depende mucho más de los intereses y capacidad de cada uno. El clásico sistema graduado se encuentra adecuado para los primeros, pero para las segundas, y por ello éstas se cursas de forma no graduad.
Como seguir una enseñanza no graduada durante los ocho o diez años escolares crea unos problemas administrativos, organizativos y pedagógicos bastante complicados, se han buscado fórmulas intermedias: clases multigrados, sistema de ciclos, etc.

 Enseñanza por ciclos 
Por ello es más factible una enseñanza por ciclos en que se suprimen las fronteras entre dos o tres cursos y es no graduada dentro de este período y graduada al finalizar cada ciclo. Ahora bien, el período de dos a cinco años es lo suficientemente amplio como para poder realizar una programación vertical de las materias y un respeto a las diferencias individuales. Y por otro lado, se respetan unos niveles inicial, medio o final de una enseñanza básica, las características de desarrollo madurativo del alumno y las expectativas sociales de las enseñanzas primaria y secundaria. El ciclo formaría un todo coherente, y aunque la mayor parte de los alumnos lo cubriera en un tiempo determinado, otros podrían permanecer más tiempo en él sin repetir curso.
La estructuración de la enseñanza en ciclos ha de posibilitar la total adecuación del nivel de exigencias de aprendizaje al momento madurativo de cada niño. Por ello, si concluidos los cursos correspondientes algún alumno no ha llegado a dominar los mínimos indispensables, aún podrña permanecer hasta un curso más en dicho ciclo, a fin de asimilar los aprendizajes necesarios que le permitan seguir con seguridad las enseñanzas posteriores. Esta ampliación temporal de permanencia en un ciclo no debe confundirse con la repetición de curso.

 Niveles progresivos de enseñanza 
En todos los países, la enseñanza se estructura en distintos niveles progresivos, obligatorios unos y voluntarios otros. La obligatoriedad abarca la enseñanza primaria o básica, y en algunos países también la secundaria o parte de ella.
Cada uno de estos niveles, primario, secundario y superior o terciario, tiene unos objetivos propios, un personal diferenciado y generalmente unos establecimiento de enseñanza (colegios, institutos y facultades) independientes.
A veces, sin embargo, hay niveles que se superponen de tal manera que sin haber terminado primaria se puede iniciar la secundaria, por ejemplo. En ciertos países existen comisiones que estudian la coordinación de niveles, a fin de que no haya superposiciones y de que sea claro el paso de un nivel a otro.
Para ciertos autores, el principal problema de los niveles organizativos radicaría en determinar claramente las fronteras, de modo que no hubiera superposiciones ni interferencias que perjudicasen la personalidad del propio alumno. Pero otros nos preguntamos: ¿Es que ha de haber fronteras? ¿Por qué la enseñanza no puede ser un todo continuo en la vida del estudiante? Y entonces nos preocupamos del enlace y continuidad del período preescolar y la enseñanza primaria, y de ésta con las enseñanzas secundarias o medias, así como de estas últimas con la superior. Otro aspecto muy interesante es que coincidan el final de la enseñanza obligatoria y la edad mínima legal para trabajar, pues de lo contrario se intercala un tiempo (uno o dos años) en que los adolescentes o jóvenes se encuentran en una situación muy incómoda, dado que no pueden trabajar aún, pero no tienen ya obligación de asistir a la escuela, lo que puede degenerar en conflictos sociales y problemas de predelincuencia juvenil. Por lo tanto, no hay que pensar sólo en las relaciones internas del sistema educativo, sino también en las de éste con el entorno y en particular con el mundo del trabajo. 

domingo, 21 de octubre de 2018

Elementos del sistema educativo e interconexiones

La enseñanza debe constituir en cada país un todo unificado desde los niveles más elementales a los superiores. Debe responder a un conjunto coherente, equilibrando los diversos componentes y teniendo en cuenta tanto las demandas de la sociedad como los recursos disponibles; sin olvidar, como es lógico, a los destinatarios. Son, pues, los alumnos y sus necesidades quienes deben estar en el centro de todo sistema educativo.
¿Qué entendemos por sistema? "Un conjunto de atributos amén de la historia de los cambios que ocurren por la mutua interacción" (N. Moray, 1967), o bien "un conjunto de elementos en interacción" (L. Bertalanffy, 1973). Partiendo de estas afirmaciones y siguiendo a Alejandro Sanvisens (1972), podemos considerar que:

El hecho educativo y por ende el sistema que lo representa, se inserta en un medio humano y sociocultural a su vez complejo, multiforme, en cuya funcionalidad intervienen entre otros factores más o menos determinativos la misma educación como hecho, al tiempo que éste es influido y en muchos aspectos determinado, por dicho medio contextual y ambiental.

Si queremos avanzar el análisis del sistema educativo debemos preguntarnos por los inputs, los componentes del proceso y los outputs. Entre los factores de entrada o inputs hallamos los alumnos, los profesores y los recursos materiales. ¿Y cuál es la problemática general que presentan estos elementos?
Referente a los alumnos: el rápido aumento de la demanda social de educación y por lo tanto de la tasa de matriculación en todos los niveles, con el consiguiente desnivel entre la demanda social y la capacidad educativa tanto en la posibilidad de plazas escolares (con sus secuelas: clases que sobrepasan los índices de calidad, selectividad, etc.), como en la absorción social de graduados (problemas del paro y del subempleo).
En lo que concierne a los maestros, hay escasez de profesores bien cualificados en algunas áreas y deficiencias en la capacitación pedagógica de los mismos.
La problemática principal que representan los recursos materiales es que la educación es una industria de costes crecientes, cuya eficacia en la mejora cualitativa de la enseñanza no aparece clara.
Como componentes del proceso educativo podemos considerar los citados por P. H. Coombs (1971): 1) Propósitos y prioridades; 2) Estudiantes; 3) Dirección; 4) Estructura y horario; 5) Contenidos; 6) Profesores; 7) Material didáctico; 8) Edificios; 9) Tecnología; 10) Controles; 11) Investigación; y 12) Costos. Y finalmente, los mismos estudiantes, variados por el proceso, serán los outputs.
Estos componentes del proceso actuarán sobre los inputs que se tomen en cuenta (generalmente los estudiantes), y producirán resultados de la enseñanza (sobre los propios estudiantes) de cierto criterio o nivel de aceptabilidad que será medido, bien por criterios internos (establecidos por el propio centro o sistema), bien por criterios externos (establecidos por la sociedad o por personas ajenas al centro o sistema).
Esta interacción entre el sistema educativo y la sociedad es fundamental, porque cualquier modificación en uno de sus aspectos conlleva necesariamente modificaciones en los demás, ya que las relaciones entre unos y otros son la clave de su funcionamiento y afectan a los resultados, o bien para obtener parecidos resultados hay que modificar algunos otros de sus componentes. Veamos el clásico gráfico de Coombs:

  
Los alumnos se incorporan al sistema educativo a una determinada edad (a partir de la cual, y en cada país, se considera la enseñanza obligatoria y en la mayoría gratuita) y van recorriendo sus diversos grados, cursos o años agrupados formando niveles: primario, secundario y terciario o superior de acuerdo con la edad de los estudiantes o la superación de determinados niveles académicos. 

martes, 21 de junio de 2016

Los problemas de la organización escolar

Dentro de la organización se han de considerar tres problemas fundamentales: la estructura de la institución escolar, la participación en la autoridad y el control.
La estructura se refiere a la división y clasificación de los elementos que integran la institución escolar. No se han de considerar los elementos en sí mismos sino principalmente en función de las relaciones que entre ellos se establecen. El ejercicio de la autoridad presupone la capacidad de tomar decisiones que afectan a la actividad de otras personas. En caso de que la autoridad pueda atribuirse a más de una persona, se habrá de plantear la autoridad de cada elemento y el modo de compartir la autoridad y la responsabilidad de las decisiones. El control cierra el ciclo de racionalización de cualquier actividad humana, y se reduce a la comparación entre los objetivos señalados previamente a un trabajo y los alcanzados en la realidad. También se puede plantear el problema de la co-participación.

1. Estructura del centro

1.1. Departamentalización
Una educación personalizada requiere la existencia de dos departamentos básicos: el Departamento o Departamentos de Formas de Expresión y el Departamento de Orientación. En la medida en que se considere necesaria la enseñanza de contenidos culturales, habría de establecerse también el Departamento de Áreas Culturales.
La noción de Departamento lleva implícita la idea de un grupo, equipo, de profesores trabajando en la misma área educativa. La educación personalizada exige la sustitución de la idea de la tarea docente como función cooperativa y solidaria. La acción docente u orientadora que pueda realizar cualquier persona, se considera como un elemento que se ha de sumar a la acción de otros educadores.
Todo profesor ha de considerarse miembro de dos grupos: aquellos otros profesores que trabajan en la misma área educativa y aquellos profesores que traten al mismo grupo de alumnos que él enseña.
Cualquier conjunto de profesores puede considerarse un equipo, mas, a efectos de claridad terminológica, conviene reservar el nombre de Departamento al conjunto de profesores dedicados a una misma área educativa y el de Equipo Docente al conjunto de profesores dedicados a un mismo grupo de alumnos. El Departamento implica especialización en un tipo de enseñanza o en la realización de trabajos análogos, mientras que el Equipo Docente requiere adecuación a un determinado tipo de alumnos. En el Departamento destaca más el carácter científico preparatorio y en el Equipo tiene más relieve la función práctica de enseñar y orientar.

1.2. Departamentos
El Departamento está constituido por un conjunto de profesores que tienen a su cargo la responsabilidad de la educación en un área determinada, aunque puede ser necesario otro tipo de personas, administrativos para un desarrollo más eficaz de la acción del Departamento.
Al Departamento le corresponde:
a) Estudios de los objetivos, técnicas y medios utilizables en la enseñanza del área docente u orientadora que le está encomendada.
b) Planeamiento de toda la función docente u orientadora que se ha de realizar dentro de su ámbito específico.
c) Control del desarrollo de sus actividades educativas.
d) Perfeccionamiento científico y didáctico de los profesores miembros del Departamento.
e) Establecimiento de las relaciones adecuadas con cada equipo docente para la más eficaz realización de la enseñanza.
El Departamento, para su mayor eficacia, necesita una organización jerárquica dentro de la cual se distingan diferentes niveles de actividades. Al menos han de establecerse: el Jefe de Departamento y los profesores miembros.
El número de Departamento depende de dos datos: los campos culturales que se cultiven en la institución y el número de profesores que en ella trabajen. El siguiente esquema puede servir para cualquier centro con volumen suficiente de alumnos y profesores:

Por el especial interés que tiene para la educación personalizada, conviene hacer una especial referencia al Departamento de Orientación. Este Departamento tiene a su cargo el planteamiento y la realización de la actividad orientadora dentro de la institución escolar. Está constituido por los siguientes elementos:
- Servicio de Diagnóstico
- Servicio de Orientación propiamente dicha
En el servicio de diagnóstico han de intervenir el médico, el psicólogo y el asistente social. En el servicio de orientación propiamente dicha, intervienen el servicio de diagnóstico, el orientador y los tutores, con quienes han de colaborar también los profesores de cada alumno. Dado que un solo orientador no puede atender a todos los estudiantes de una institución escolar, existe la figura del tutor, que tiene a su cargo la orientación de un número reducido de estudiantes (de 15 a 30), y que actúa de acuerdo con las líneas generales que el Departamento señala.
El orientador tiene a su cargo la coordinación de los distintos elementos del diagnóstico y las informaciones sobre cada estudiante para fijar la línea de conducta que deben seguir el tutor, los profesores y los padres del estudiante para que la educación sea eficaz.
Al Departamento de Orientación se le pueden señalar las siguientes funciones:
1ª) Exploración objetiva de los escolares.
2ª) Elaboración de los datos obtenidos tanto relativos a las distintas agrupaciones de estudiantes cuanto a cada estudiante en particular.
3ª) Formación, custodia y utilización de los ficheros en los que se recogen las características de cada escolar, teniendo en cuenta que sólo tienen acceso a los mismos los profesores, el tutor y los miembros del equipo directivo de la escuela.
4ª) Información y orientación periódicas sobre la personalidad de cada escolar, al propio estudiante, al equipo directivo y a los tutores y profesores. Esta información abarcará los siguientes aspectos:
- Rendimiento relativo del escolar
- Posibilidades y limitaciones personales
- Contradicciones observadas entre los distintos rasgos de la personalidad del escolar y entre las distintas fuentes de información
- Problemas especiales
5ª) Programación de la actuación de los tutores, profesores y compañeros para lograr una eficaz orientación de cada estudiante.
6ª) Orientación a los padres sobre los problemas educativos de sus hijos.

1.3. Equipos docentes 
Se utiliza este concepto para el conjunto de personas que tienen a su cargo la educación de un mismo grupo de alumnos, ya se trate de un mismo curso, ya se trate de varios cursos reunidos y considerados como unidad. Del equipo docente forman parte los profesores, tutores y orientadores, así como otras personas no profesionales de la docencia que pudieran participar.
Como actividades propias, se pueden considerar:
a) Planeamiento de las actividades docentes y orientadoras que se han de realizar con el grupo de alumnos, de acuerdo con las informaciones didácticas de los Departamentos.
b) Realización, colectiva e individualmente de acuerdo con lo planeado, de la enseñanza y la orientación de los escolares.
c) Control del proceso educativo total del grupo de escolares.
d) Control del rendimiento de cada escolar.
La eficacia de la actividad del equipo requiere una organización jerárquica en la que la función y responsabilidad de la coordinación se distinga de la responsabilidad y tarea de la realización parcial de las actividades docentes y formativas.
El número de equipos viene determinado por el número de alumnos y las posibilidades de agruparlos en tareas análogas. Debe constituirse un equipo docente para cada grupo de alumnos. Lo esencial del equipo es que haya una pluralidad de profesores capaces de participar de algún modo en actividades comunes.

1.4. Coordinación del trabajo de Departamentos y Equipos
Las actividades de estos grupos deben organizarse para que no haya lagunas, superposiciones o interferencias. El Departamento ha de cumplir su misión con anterioridad a la tarea del Equipo. Antes del comienzo del curso los Departamentos han de haber distribuido el trabajo para cada grupo de alumnos y equipos docentes. Posteriormente, cada Equipo, con los datos que le han suministrado los Departamentos, organizará el trabajo completo con el grupo de alumnos que tenga encomendado.
El programa de los Departamentos debe tener una cierta rigidez al señalar los objetivos propios de cada período de tiempo dentro del curso. La programación de los Equipos será lo suficientemente flexible para permitir las modificaciones con objeto de adaptarse al ritmo y a las condiciones de cada escolar.
Las reuniones de Departamento deben espaciarse bastante a lo largo del curso, mientras las reuniones de Equipo habrán de realizarse con más frecuencia.

1.5. Agrupación de alumnos
Cuando en la clasificación de alumnos entra un solo criterio, sea el que sea, la edad, la capacidad mental, la instrucción o cualquier otro, se tiende a la rigidez y a la uniformidad. Éste es un tipo de organización propio de la escuela graduada. A cada grupo de alumnos se le asigna un cuerpo de objetivos para cada año, al final del cual los estudiantes que los cubren pasan a constituir un grupo o grado superior, mientras que aquellos que no, deben repetir los mismos estudios un año más. 
Cuando se quiere tener en cuenta los distintos aspectos del proceso educativo y las distintas situaciones de aprendizaje, la agrupación de alumnos adquiere una flexibilidad tal que en un momento dado los alumnos pueden trabajar en un grupo y en otro momento trabajar en otro grupo. Dado que no se ha de esperar al fin de un período para moverse de un grupo a otro, la idea de promoción anual se sustituye por la de promoción continua. A este principio responde lo que se llama escuela no graduada. Desde el punto de vista de la educación personalizada, la escuela no graduada ofrece mayores posibilidades, pero también mayores complicaciones: requiere un material adecuado para el trabajo independiente y en equipos, así como en gran grupo, y una programación adecuada en la cual la flexibilidad de agrupamientos, la variedad de actividades y la variabilidad de los estudiantes deben ser tenidos en cuenta. 

1.6. Promoción
El hecho de que un estudiante pase de un curso al siguiente se puede aceptar como normal, pero la repetición de un año entero por parte del estudiante que no alcanzó el nivel señalado en un determinado curso es inconcebible. ¿Cómo es posible que un estudiante de cualquier curso se halle en la misma situación de partida del curso anterior? A lo largo del año transcurrido habrá aprendido algo, o tal vez olvidado, habrá alcanzado algún desarrollo o incluso algún hábito negativo. Cualquiera que sea su mutación, lo cierto es que no se puede suponer que después de un año, se halle en la misma situación de un año antes.
En la educación personalizada el problema de la promoción anual no existe, ya que la vida escolar se entiende como un proceso continuo de perfeccionamiento sin que haya fechas determinadas en las que se promociona o se fracasa. La promoción es continua, realizada por cada estudiante de acuerdo con sus aptitudes y su desarrollo. Si alguno no alcanza los objetivos adecuados a su aptitud se estudian las causas y se adapta el programa a sus necesidades y problemas estimulando la responsabilidad para que alcance un mayor rendimiento. Un estudiante puede progresar más lentamento que otros en su grupo, pero su expediente expresa un proceso continuado. 

2. Dinámica de las actividades. Horario
La educación personalizada exige que el horario sea lo suficientemente flexible para que en él quepan los distintos tiempos necesarios para las diferentes actividades y agrupamientos. El clásico horario de una hora debe ser sustituido por un horario que tenga como base módulos de tiempo más cortos (15 minutos). También hay que señalar el tiempo dedicado a los trabajos en distintos agrupamientos o situaciones de aprendizaje, es decir, tiempo para trabajos en gran grupo, para trabajos en grupos medianos, grupos pequeños y trabajo independiente.
Es necesario igualmente tener en cuenta los trabajos del profesor relativos a la realización de programaciones y su control, así como tiempos para reuniones cooperativas, actividades orientadoras o tutoriales, individuales o colectivas, con alumnos, padres u otras figuras externas al colegio.

3. El gobierno de la institución escolar. Participación de la autoridad
En la educación personalizada, no sólo cualquier educador, sino cualquier alumno es en cierto modo directivo, puesto que necesita tomar decisiones que afectan a su propia actividad y debe colaborar igualmente en las decisiones que afectan a la actividad de sus compañeros. Tal participación puede hacerse realidad progresivamente a medida que los escolares van siendo capaces de enjuiciar correctamente las situaciones y de aceptar la responsabilidad de sus propias decisiones. Las posibilidades de autodeterminación habrían de ir aumentando a medida que el sujeto va cubriendo sucesivas etapas de desarrollo. Al terminar la educación institucional, el individuo debe estar ya preparado para influir en la vida social como una persona, es decir, como un sujeto con capacidad de criterio y con fortaleza para aceptar su responsabilidad en la vida.
El decidir sobre tareas que puedan desarrollarse a nivel individual es algo que los niños más pequeños son capaces de hacer, si se les da la opción de que elijan entre distintas actividades y diferentes materiales.
La participación en las decisiones acerca del equipo de trabajo e incluso de la clase, es algo que también está al alcance en el grupo de edades entre 6-12 años.
La capacidad de decidir en el nivel de gran grupo se puede suponer en los estudiantes que comienzan la adolescencia. La capacidad de decidir dentro de la institución sólo se puede atribuir a los que terminan el bachillerato.
Desde el punto de vista de la educación personalizada el tipo de organización más conveniente es el de la organización descentralizada de tal suerte que las decisiones se remitan al nivel más bajo posible. La forma de gobierno más adecuada en una institución escolar es la colegiada, es decir, aquella en la cual las decisiones se toman no en virtud de la determinación de una sola persona, sino en virtud de la concurrencia de la decisión de varios.
Tal vez sea interesante mencionar especialmente las funciones del Coordinador:
1) Poner en relación las orientaciones de los distintos Departamento con el fin de que no se interfieran entre sí y puedan abordar ordenadamente sus actividades.
2) Dirigir la programación de las actividades de la institución escolar y coordinar el horario de las actividades.
3) Coordinar el uso del material que haya de ser empleado por varios profesores.
4) Supervisar el control del rendimiento de los escolares, así como el control de actividades.
5) Planear y controlar las actividades escolares que puedan realizar los padres de los alumnos y personas que, ajenas a la institución escolar, estén interesadas y puedan ayudar en su realización.

4. Control de rendimiento y de actividades 
En la educación personalizada, los escolares han de participar en el control, en la medida de sus posibilidades. En el control del rendimiento se deben distinguir el control del rendimiento inmediato, es decir, aquellas actividades cuyos objetivos se puedan alcanzar en plazo corto (adquisición de conocimientos) y aquellas otras actividades cuyos objetivos se alcanzan en un plazo más largo (actividades formativas que tienden a crear actitudes o determinadas capacidades).
También han de propiciarse aquellos instrumentos adecuados de autoevaluación para que los estudiantes puedan llevar un control de su propio proceso educativo.

5. Las personas, la comunicación y el "clima" de la institución escolar
Si en cualquier empresa se atribuye cada vez más importancia a los canales de comunicación y a las relaciones humanas, en la escuela de hoy se alcanza cierta complejidad por la cantidad de personas que dedican su trabajo (servicios de diagnóstico, orientación, trabajos administrativos).
En resumen, seis tipos de personas que pueden considerarse necesarias en una institución escolar:
  • Alumnos
  • Educadores directos (profesores y orientadores o tutores)
  • Directivos
  • Personal técnico asesor (principalmente los dedicados a tareas de diagnóstico, y en concreto el médico, el psicólogo y el asistente social)
  • Personal técnico auxiliar (dedicado a trabajos de oficina)
  • Personal de trabajos mecánicos (ordenanzas, guardas, personal de limpieza)
A estas personas habría que añadir los que colaboran desde fuera ordinariamente, tales como padres, amigos, antiguos alumnos...
Estas personas se hallan organizadas jerárquicamente. Pero la comunicación vertical que corrientemente se realiza en forma de instituciones de arriba abajo y en contestaciones o informes de abajo arriba, se completa con la comunicación horizontal.
Tiene importancia la comunicación horizontal entre estudiantes, por el aprendizaje de habilidades sociales que conlleva, y por la expresión de necesidades, intereses e iniciativas que más tarde serán comunicadas verticalmente.
En cuanto al clima de la institución escolar personalizada, necesita fundamentarse en una triple base: confianza, libertad y responsabilidad. La confianza implica una doble condición operativa. En los maestros la convicción de que los estudiantes son capaces de trabajar y actuar correctamente. En los estudiantes la convicción de que los profesores quieren y pueden ayudarles. La libertad y la responsabilidad se hallan en estrecha vinculación. Los escolares deben tener posibilidades de elegir, pero si hay errores, equivocaciones o uso inadecuado de la libertad, entonces la responsabilidad se ha de exigir para sufrir las consecuencias de los errores y de las equivocaciones.

6. Asociación de padres y amigos de la escuela
Para hacer eficaz la necesaria apertura de la persona a la sociedad, vinculando la educación a la vida real y para canalizar las relaciones entre la institución escolar y la comunidad, el instrumento más eficaz es la Asociación de Padres y Amigos de la Escuela. Su finalidad es crear en los padres la mentalidad convergente con la escuela, de suerte que asegure la colaboración eficaz entre la familia y la institución escolar, y la participación de los padres en las actividades de extensión cultural y social.
En el seno de la asociación pueden organizarse las siguientes comisiones:
- Comisión de actividades escolares, para activar y estimular la preocupación y participación de padres y amigos en la vida de la escuela.
- Comisión de orientación familiar, con el objetivo de orientar a los padres acerca de la educación de sus hijos.
- Comisión de acción económica, para solucionar las dificultades económicas que puedan entorpecer y restar eficacia a las actividades educativas de la institución escolar.
- Comisión de extensión social y cultural, para desarrollar una eficaz labor social de extensión educativa y cultural, tales como concesión u obtención de becas, organización de estudios nocturnos, organización o cursos de conferencias, edición de publicaciones y otras actividades semejantes.
Otra tarea no fácil para la Asociación de Padres y Amigos es la de mentalizar a los padres para que acepten nuevas ideas y colaboren personalmente en una educación personalizada.