En Atenas, la vida griega, la cultura y la educación exhiben ante todo un carácter civil. Parece que la preocupación por preparar directamente al ciudadano para sus futuros deberes de combatiente, dejó de desempeñar un papel importante en la educación del joven griego. Las instituciones atenienses conocerán un día, bajo el nombre de efebía, un notable sistema de formación militar obligatoria: se impondrá entonces a los ciudadanos la obligación de prestar dos años de servicio, desde los dieciocho hasta los veinte años. Pero tal sistema no está bien documentado y no parece haber alcanzado su pleno desarrollo sino hacia fines del siglo IV. Lo que otorga al combatiente verdadera superioridad es su fortaleza física, su agilidad corporal. Por tanto, la única preparación eficaz es la práctica del atletismo y de la gimnasia.
Toda la educación aristocrática se convierte en la educación-tipo de todo joven griego. La democratización de la educación, al exigir una enseñanza necesariamente colectiva, destinada al conjunto de los hombres libres, implica la creación y el desarrollo de la escuela; la presión de esta necesidad social hizo nacer la institución de la escuela.