martes, 24 de abril de 2012

La Edad de los Metales

El cobre se empezó a utilizar hacia finales del Neolítico en el Próximo Oriente. El comienzo de la metalurgia de este material dio paso a la Edad de los Metales (Edad del Cobre, 3000-2000 a.C.; Edad del Bronce, 2000-1000 a.C.; Edad del Hierro, 1000-600 a.C.), aunque este proceso no se produjo en todos los lugares a la vez. Sin embargo, el gran avance de la metalurgia tuvo lugar con la invención del bronce (mezcla de cobre y estaño). Con él se fabricaron piezas de gran dureza y resistencia: herramientas, armas y diversos utensilios. La técnica del trabajo del hierro apareció hacia el II milenio a.C. Este material es más duro y resistente que el bronce, por lo que resultó también más eficaz.


1. Economía y sociedad
Los metales llegaron a hacerse imprescindibles porque eran un símbolo de riqueza y un bien que se podía intercambiar, con lo cual fomentaban el comercio, de modo que los pueblos que no disponían de ellos iniciaron su búsqueda en otras regiones y extendieron la metalurgia por Europa y Asia. Estos desplazamientos fueron muy importantes, pues con ellos dichos pueblos transmitían sus técnicas y costumbres a los lugares a los que llegaban.
El metal introdujo diferencias sociales entre las personas de este período, ya que los más ricos poseían más y mejores armas, adornos y otros utensilios. La metalurgia dio lugar a una especialización del trabajo que se plasmó en la fabricación de hachas, azadas, puñales, espadas, etc., así como adornos y joyas. Otras personas se dedicaban a actividades diferentes, como la cerámica, el comercio, la guerra, la religión, etc.
Los poblados más avanzados sometieron por la fuerza a los más atrasados. La sociedad de esta época es, por tanto, muy belicosa. La necesidad de defenderse hizo que amurallasen sus poblados e inventasen nuevas tácticas de guerra, como el combate en carros tirados por caballos.


2. La religión y el arte
Durante esta etapa histórica, las formas de enterramiento se van haciendo cada vez más complejas y variadas: unos pueblos sepultaban a sus muertos de forma colectiva, mientras que otros lo hacían en tumbas individuales.
Cista en forma de caja, con su ajuar correspondiente
Cultura argárica, yacimiento de Cuevas de Almanzora (Almería)
En los enterramientos individuales, los fallecidos eran sepultados de forma independiente en lugares muy diversos, según cada pueblo, como cistas (urnas) o grandes vasijas de cerámica.
Entre las sepulturas colectivas destacan las megalíticas, tumbas construidas con piedras de gran tamaño, como el dolmen o los sepulcros de corredor.
También se realizaban construcciones megalíticas que tal vez no tenían un sentido funerario, sino religioso, como el menhir o el crónlech.
Entre ellos, destaca el Crónlech de Stonehenge, conjunto monumental localizado en Inglaterra. Está compuesto por hileras concéntricas de menhires de unos cuatro metros de altura que rodean una piedra altar. Los expertos han calculado que se necesitaron diez millones de horas de trabajo para su construcción. Probablemente se trataba de un santuario religioso relacionado con la observación de los astros.


Crónlech de Stonehenge
Pectoral del Tesoro del Carambolo
Museo Arqueológico de Sevilla
Otras manifestaciones artísticas fueron, por último, los objetos de adorno realizados en metal (collares, brazaletes, estatuilas, etc.) y la cerámica, que presenta diversas formas y estilos de decoración.


3. La Edad de los Metales en la península Ibérica
En la península Ibérica existieron varias culturas de la Edad de los Metales, entre ellas destacan las localizadas en Andalucía:

  • Edad del Cobre: Se dieron las siguientes culturas:
    • Cultura megalítica: Se caracteriza por grandes construcciones de piedra que servían para realizar enterramientos colectivos.
    • Cultura de Los Millares: Los Millares era un gran poblado, en la actual provincia de Almería, rodeado por una muralla, fuera de la cual existía un cementerio con tumbas megalíticas y varios fortines de defensa. Se han encontrado gran cantidad de adornos, collares, brazaletes y amuletos.
    • Cultura del vaso campaniforme: La cerámica que caracteriza esta cultura se distingue por su abundante decoración de motivos geométricos y estaba extendida por toda la península.
  • Edad del Bronce: Destacan:
    • Cultura de El Argar: Localizada en la zona de Almería, se extendió por el sureste de la península. Los poblados estaban fortificados y situados en lugares altos para su defensa. Sus habitantes enterraban a los muertos de forma individual en el suelo de las viviendas dentro de grandes vasijas, los hombres con armas y las mujeres con joyas. Poseían objetos de plata, cobre y bronce, así como vasijas de pasta fina coloreada y lisa.
    • Construcciones megalíticas: Aparecen en las islas Baleares y son las siguientes: naveta (tiene forma de nave invertida), taula (dos piedras gigantescas en forma de mesa) y talayot (torre de piedra circular o elíptica).
    • Tartessos: Este pueblo, que ocupaba una amplia zona de las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, fue famoso por la abundancia de metales y por los tesoros encontrados. El más importante es el de El Carambolo. Su forma de gobierno era, probablemente, la monarquía. Tartessos mantenía un importante comercio, que se realizaba incluso por mar. Esta cultura desapareció cuando la zona fue ocupada por los cartagineses. 
  • Edad del Hierro coincide en la península con una época de colonizaciones, sobre todo de pueblos celtas, que llegaron en el primer milenio a.C. a través de los Pirineos. Eran ganaderos y nómadas, incineraban a sus muertos y dominaban la metalurgia del hierro. Se mezclaron con las poblaciones de la mitad norte de la península. Otro pueblo que habitaba en la península eran los íberos, que también se fusionaron con pueblos comerciantes del Mediterráneo, como los fenicios y los griegos, que llegaban en busca de riquezas mineras. Durante la Edad de Hierro, Andalucía pasó de la Prehistoria a la Historia, pues diversos pueblos colonizadores (fenicios, griegos y cartagineses), que fundaron colonias en sus costas, como Gadir, Malaca, Sexi y Abdera, trajeron consigo la escritura a estas tierras.