Platón (427-347 a.C.) |
Platón nació en el año 427
a.C. dentro de una familia de grandes linajes aristocráticos, de la cual varios
miembros desempeñaron en su tiempo cargos importantes. Recibió la
escolarización habitual de los muchachos atenienses. Cultivó con éxito la
gimnasia, la música y la poesía, hasta que, a los 18 años, alistado en las filas
de la caballería, como todos los miembros de la aristocracia, cumplió el
servicio militar como ephebos. Fue
sobre el año 407 cuando conoció a Sócrates y comenzaron así ocho años en que Platón gozó del
magisterio socrático, donde la calidad de discípulo incluía la categoría de
amigo. Este encuentro suscitó su vocación por la filosofía.
El proceso y la muerte de Sócrates, bajo
el régimen de la democracia, determinaron su hastío por la política y le
inspiraron el famoso principio de que “no
cesarán las calamidades humanas mientras no gobiernen los verdaderos filósofos
o se hagan filósofos los gobernantes”. El trágico fin de Sócrates le
indujo a apartarse de la vida pública, y durante la década siguiente (399-389
a.C.), se mantuvo totalmente alejado de ella. Parece ser que para Platón fueron
éstos los años de sus grandes viajes. En Italia meridional entró en contacto
directo con los pitagóricos. Durante toda su vida, Platón permaneció sometido a su influencia. Durante sus viajes
abandonó definitivamente la intención de emprender una carrera política.
En torno al año 389 regresó a
Atenas y empezó a enseñar en o cerca del gymnasion.
El gymnasion era popularmente
conocido por el nombre de academia, y
la escuela de Platón, fundada probablemente en los inicios de su carrera
docente en Atenas, recibió la misma denominación.
La decisión de Platón de convertirse
en maestro se debió, en parte al menos, a su creciente insatisfacción por el
régimen de la democracia popular; su oposición al sistema venía motivada por
unas innegables simpatías aristocráticas. Basándose en su creencia en un bien
superior al de la voluntad popular, y rechazando el humanismo de Protágoras (el
hombre como medida de todas las cosas), Platón afirma su fe en la medida absoluta, la justicia, fuera del
alcance de toda manipulación humana. El mejor de todos los mundos posibles es
aquel en el que impera la armonía social y política, gracias a la actuación de
la justicia. Pero no es posible llegar a ello sin que el gobierno se base en la
regla suprema de la justicia, administrada por hombres ilustrados. Parece claro
que estos hombres ilustrados no pueden ser más que los aristócratas.
Platón empieza a elaborar una teoría sistemática de la educación
que llegue a englobar la totalidad de las relaciones individuales con el Estado.
Pero esta teoría no estaba necesariamente concebida para ser aplicada de forma
inmediata; se trataba más bien de un ideal a tener constantemente presente, lo
cual suscita en definitiva una distinción importante que es preciso hacer entre
los dos medios de que disponía Platón para la difusión de sus pensamientos. Consistían en la
enseñanza formal de la Academia, por una parte, y en sus diálogos escritos por
otra.
Platón presenta la dialéctica como la
forma suprema de la actividad pedagógica. Todos sus diálogos se refieren de
alguna manera a la dialéctica, y por otra parte muchos de ellos tratan de la
educación. Y algunos, especialmente La República y Las leyes, se ocupan de la educación en tanto que actividad dialéctica.
Su muerte ocurrió en el 347 a.C., y
fue enterrado en el jardín de la Academia. Sus trece últimos años fueron
serenos y dedicados a la reflexión y al estudio.