Partiendo de un humilde origen africano, el hombre se ha convertido en el mamífero más abundante de la tierra. La aparición de la cultura, que un modo superorgánico de adaptación, ha hecho de la humanidad la especie más próspera del planeta.
La adaptación humana por medio de la cultura ha prevalecido sobre la adaptación biológica, por tratarse, la primera, de un modo de adaptación más rápido y porque puede ser dirigida.
Francisco José Ayala, Origen y evolución del hombre (adaptado)
La cultura es algo peculiar y propio del hombre y de la mujer. En ella se incluyen aquellas actividades humanas que no son meramente biológicas y sus resultados. La cultura abarca las estructuras sociales y políticas, las maneras peculiares de satisfacer las necesidades, los comportamientos sociales y religiosos, y otras actividades, como el lenguaje, la literatura, el arte, los conocimientos cientificotécnicos y todo lo que es fruto de la creatividad humana.
Clases de cultura
En la humanidad existen dos clases de herencia: la biológica y la cultural. La primera es en el ser humano semejante a la de los demás organismos dotados de reproducción sexual y está basada en la transmisión de la información genética codificada en el ADN. La herencia cultural es exclusivamente humana y reside en la transmisión de información mediante un proceso de enseñanza y aprendizaje, que es independiente de la herencia biológica.
El hombre es un animal que debe saber para ser lo que es y para poder subsistir; además ha evolucionado en el sentido de incrementar progresivamente su capacidad de saber y puede aprender de forma rápida. Mientras que la información que se incorpora a los genes se realiza al ritmo de la evolución, es decir, en un proceso que puede durar varios miles de años, el aprendizaje humano marca un nuevo ritmo evolutivo: mediante el lenguaje, la persona aprende e incorpora nuevos saberes a un ritmo extraordinariamente rápido.
Y en la medida en que ese saber se aplica a la transformación de su entorno, el ritmo de cambio del propio entorno se acelera de forma considerable planteando nuevas exigencias adaptativas, lo que da a la vida humana un dinamismo extraordinario. De algún modo, la "evolución" del mundo se ha acelerado desde la aparición del hombre.
La cultura se transmite mediante lo que se conoce como proceso de socialización, es decir, no sólo como resultado de un proceso de enseñanza y aprendizaje reglado, sino además por imitación y por interacción con el entorno familiar y social, por los distintos medios de comunicación: el lenguaje oral, escrito o icónico, y mediante cualquier tipo de soporte: medios de comunicación de masas, cine, prensa, radio, televisión, etc.
La herencia cultural hace posible para la persona algo que no pueden realizar los animales: la transmisión acumulativa del saber de generación en generación y su difusión a todos los miembros de la especie por distantes que éstos estén. Los animales pueden aprender e, incluso, puede darse una cierta difusión de lo aprendido siempre de carácter inmediato y por imitación y, por ello, ligado a una experiencia individual y concreto. Por el contrario, el ser humano es capaz de transmitir sus experiencias y su saber a las generaciones futuras creando un acervo de saber que se va ampliando progresivamente.
Esto hace posible la evolución cultural, es decir, el cambio de las estructuras sociales y políticas, del arte, de la ética y las normas sociales, y de todas las realizaciones sociales que constituyen lo que hemos llamado cultura, haciendo posible un nuevo tipo de adaptación al medio, exclusivo del ser humano: la adaptación por medio de la cultura.