# Patricios. Eran la nobleza y constituían una minoría de la población. Poseían casi la totalidad de los derechos y privilegios políticos y económicos y podían ejercer cargos públicos.
# Plebeyos. Constituían la mayor parte de la población. Poseían ciertos derechos, pero no intervenían en el gobierno. Durante la República, los plebeyos se enfrentaron con los patricios para conseguir los mismos derechos políticos que éstos y lograron crear una magistratura encargada de defender sus intereses: el Tribuno de la plebe. Posteriormente, alcanzaron la igualdad de derechos civiles y políticos.
# Esclavos. No eran considerados personas y no poseían ningún derecho. Podían comprarse y venderse como si fueran una mercancía; eran una propiedad más de sus dueños. Los esclavos constituían la mano de obra de las actividades económicas en Roma; trabajaban en la agricultura, las minas, la artesanía, las tareas domésticas, etc., sin cobrar nada a cambio. A la esclavitud se llegaba por caer prisionero en una guerra, endeudarse o ser hijo de esclavos. Los esclavos podían ser liberados por sus amos y se convertían entonces en libertos (personas libres), aunque mantenían la relación con sus antiguos dueños.
Estatua de Espartaco en el Museo del Louvre |
El esclavo más famoso de Roma fue Espartaco, un gladiador de la ciudad de Capua (Italia).
Maltratado por su dueño, se sublevó junto con doscientos gladiadores en el año 73 a.C.; se les unió un auténtico ejército de diez mil esclavos fugitivos. Al frente de sus hombres, derrotó en varias ocasiones durante dos años a los soldados romanos que le perseguían. Finalmente, fue vencido y ejecutado cuando intentaba huir a Sicilia.
Las mujeres en Roma
Las mujeres romanas estaban supeditadas a su marido o padre. No tenían derecho al voto, aunque podían poseer bienes. Sus tareas consistían en organizar la casa, tejer e hilar. Si no eran ricas, trabajaban, además, fuera del hogar.