1. Los puntos de partida
Los Reyes Católicos van a abordar una política renovadora, ágil y claramente reformista en la sociedad y la economía del país. Es cierto que la unidad de España como nación no se produce súbitamente durante su reinado, pero sí lo es que ellos construyen los cimientos que la hacen posible y que poseen una clara y decidida vocación unitaria. Aunque, en cualquier caso, ello no impedirá la existencia de territorios con fueros particulares, como los Señoríos de Vizcaya y de Molina o, más tarde, el reino de Navarra.
Ante las pretensiones primeras de Fernando, hubo de firmarse la Concordia de Segovia (1475), según la cual la firma de ambos monarcas había de aparecer conjuntamente en los documentos. La fórmula sería el "Tanto monta". Reyes de Castilla desde 1474, lo serían de Aragón desde 1479. En su escudo se unirían los símbolos de ambos reinos con su emblema del yugo y las flechas.
2. Demografía
Claramente era Castilla el reino más densamente poblado con unos siete millones de habitantes. Los reinos de la corona aragonesa llegarían aproximadamente al millón de habitantes, siendo el más poblado Valencia (350.000). Portugal tendría también un millón. Granada, 700.000 aproximadamente, y Navarra alrededor de 100.000.
3. Los grupos sociales
Los reyes realizarán una política de reformas sociales, dirigida a someter a la nobleza y a una cierta liberalización campesina, que propiciase un equilibrio social más estable: entre el 2 y el 3 % de la población era poseedora del 97-98 % de la tierra.
La aristocracia será asimilada, mezclando la fuerza a las concesiones. La poderosa y semiindependiente nobleza de Galicia es obligada a derribar no menos de 46 fortalezas. Igual ocurrirá en Extremadura y Andalucía. Por las Cortes de Toledo de 1480 se obliga a la nobleza a devolver todos los territorios adquiridos en querellas intestinas. Pero en Castilla se legaliza definitivamente todo lo adquirido antes de 1464, y en Aragón se conceden indemnizaciones. En el primer intento de convertir a la aristocracia en nobleza cortesana, se crea el "Cuerpo de gentiles hombres de los Reyes", formado por jóvenes de la nobleza.
Los campesinos vivían completamente sometidos a los grandes señores. Ello impulsa a los reyes a promulgar la Pragmática de 1480, por la que se liberaba a los solariegos de Castilla de la obligación de "pertenecer" a un señor, y a dictar en 1486 la Sentencia de Guadalupe por la que quedaban como propietarios de sus tierras los payeses de remensa de Cataluña, quedando para el señor sólo el poder jurisdiccional.
Como escalón rural intermedio aparecen el rico labrador y el hidalgo, miembros de la pequeña nobleza rural que constituirá una de las bases de apoyo de los reyes.
Los problemas del campo en Castilla se agravarán por la decidida protección a la todopoderosa Mesta, asociación de ganaderos, la mayoría nobles. Se prohíbe cercar los campos, quedando grandes extensiones sin cultivar. Ello producirá períodos de hambre, falta de producción agrícola y deforestación. En Cataluña, en cambio, desde 1511 se prohíbe el paso del ganado por tierras roturadas.
En las ciudades existe una clase media artesanal, pero continúan los gremios de estructura cerrada y un poderoso patriciado urbano.
4. La economía
Las fuentes de riqueza y exportación serán la lana, el hierro, el alumbre y la sal. Se apoya a industrias tradicionales: cerámica, platería, cueros, armas... pero sobre todo paños y sedas. Así la industria textil será muy protegida, prohibiéndose la importación y atrayendo obreros técnicos de Flandes y de Italia. Los centros estarán en Segovia, Salamanca y Cataluña.
Preocupación fundamental será el comercio. A imitación del Consulat del Mar catalán, se crean consulados en Burgos y Bilbao, que centralizan conjuntamente el transporte hacia el Atlántico Norte. Los reyes darán "seguros" para los asistentes a las ferias castellanas: Medina, Toledo, Segovia y Valladolid, a las que pronto se unirá Zaragoza. Vienen mercaderes genoveses, florentinos, ingleses, alemanes y flamencos. Y mercaderes guipuzcoanos y vizcaínos, tendrán asiento en Flandes. Desde 1480, en las Cortes de Toledo, se primará la construcción de buques de más de 200 Tm para favorecer el gran comercio internacional, creándose astilleros (atarazanas) en Sevilla y Bilbao. Fue unificada también la moneda de todos los reinos.
Se procura detener la decadencia económica catalana e impulsar su recuperación. Es el redreç, que comenzará en 1481. Barcos catalanes surcan ya el Atlántico y el Mar del Norte, y aparecen en los mercados del norte de África (tras la conquista de Orán, Bujía y Trípoli). Zaragoza se convierte en una importante ciudad mercantil, aunque Valencia continúa siendo el foco cultural, el centro financiero y la capital económica de la Corona de Aragón, impulsada de nuevo con las conquistas de Italia.