La definición de didáctica está condicionada por algunos supuestos. Hay autores que la consideran como una de las ciencias de la educación y que, por tal, tiene carácter de ciencia. Otros, sin embargo, la justiprecian como una parte de la pedagogía o bien la consideran dependiente de la misma. Algunos ven más una forma de hacer, saber hacer, y otros consideran importante el carácter científico y teórico. Veamos algunas definiciones:
1 Para W. R. Darós, la didáctica es ciencia, aunque también le añade carácter de tecnología:
La didáctica es una ciencia y una tecnología (conjunto racionalmente organizado y manejado de técnicas), para facilitar ordenando, sistematizando, analizando los resultados, en sus contenidos y en sus procesos, que en el aprendizaje ejerce el alumno sobre un saber organizado.
Coincidiría esta definición con ese planteamiento que considera el papel teórico y práctico de la didáctica o, si se desea de otro modo, el aspecto científico y artístico de lo didáctico. Así lo expresan por ejemplo Edelstein y Rodríguez:
La didáctica implica una combinación de los niveles teórico, técnico, instrumental en el análisis y elaboración de los problemas de su ámbito, lo que supone una interrelación permanente entre indagación teórica y práctica educativa.
A. Pacios mantiene el carácter científico de la didáctica y lo diferencia claramente del tecnológico:
Una cosa es el dominio de una técnica para hacer las cosas, un saber hacerlas; otra cosa es el conocimiento de la tecnología a la que debe ajustarse esa técnica para mejor obtener los resultados previstos, y que muy bien se puede poseer sin dominar la técnica misma; y otra muy distinta es el conocimiento profundo y científico del proceso y de sus causas, que muy bien se puede tener sin la pretensión de construir una tecnología del mismo, ni de realizarlo prácticamente.
Esta última característica es la que definiría a la didáctica. De todos modos, Pacios reconoce que la didáctica, aunque tiene carácter científico, no es aún una ciencia conclusa y completa, perfectamente deslindada de todas las demás y sistematizada y ordenada en todas sus partes.
También J. Fernández Huerta le da carácter científico porque al hablar de las ciencias de la educación propone cuatro ciencias "modulares": orientación educacional, pedagogía, didáctica y organización escolar. Sin embargo, cuando la define lo hace siempre por su objeto material-formal y no habla de si es o no ciencia. En una ocasión dice:
La didáctica estudia el trabajo discente congruente con el método de aprendizaje, y, por extensión, recoge el trabajo docente coligado con el anterior.
Con esta definición propone el objeto formal de la didáctica; si lo completamos con el objeto material de la misma se tendrá el ámbito científico. Su objeto material es facilitar las normas para interiorizar la cultura y modelar el comportamiento que la comunidad o el grupo han sancionado positivamente. Para Fernández Huerta está claro el carácter científico e independiente de la didáctica.
2 Otro grupo de autores considera nuestra ciencia como tal, pero totalmente dependiente de la pedagogía. La didáctica no sería más que una ciencia auxiliar o una parte inseparable del tronco de la pedagogía. Tal es el caso de García Hoz, para quien las ciencias de la educación quedan enmarcadas en dos grandes apartados: la pedagogía general (esencialmente analítica) y la pedagogía diferencial (de carácter sintético). Las demás ciencias de la educación se incardinan en uno de estos bloques y no pueden ser independientes. La didáctica, concretamente, nace al efectuar un análisis material (distinto del análisis formal del que proviene, por ejemplo, la filosofía de la educación) de los elementos técnico-culturales. La definición de este autor, como en el caso de Fernández Huerta, se basa en reconocer el objeto formal que llama "inmediato" y que es "el trabajo discente y docente, es decir, la enseñanza con una finalidad instructiva". Para García Hoz, lo característico de la didáctica es la eficacia (trabajo-finalidad instructiva), la enseñanza (trabajo docente) y el aprendizaje (trabajo discente). Pero además, sin centrarse exclusivamente en el trabajo escolar, ya que también existe una "enseñanza doméstica y extraescolar que también se somete a estudio científico por lo que ha de incluirse en la didáctica. Quizá aquí se encuentre una clara referencia a los sistemas formales y no formales.
También Aeblí, Villalpando y Buyse declaran el carácter subordinado de la didáctica respecto a la pedagogía. Para el primero, nuestra ciencia es "auxiliar de la pedagogía en la ésta delega". Villalpando es más taxitivo cuando escribe:
Es una parte de la pedagogía, que estudia los procederes más eficaces para conducir al educando a la progresiva adquisición de conocimientos, técnicas y hábitos, así como la organización más conveniente del contenido que ha de ser asimilado, y los elementos con que se ha de auxiliar el educador.
Para Buyse, la didáctica no es más que una rama de la pedagogía, que "tiene por objeto regular la práctica docente".
Ninguno de estos tres autores, pues, reconoce el carácter independiente de la didáctica, y solamente Aeblí habla de su índole científica. Para los otros dos es un saber o un estudio sobre un campo que es propio de la pedagogía, sin posibilidad de independencia y con carácter de "saber", ya que no le otorgan explícitamente el carácter de "ciencia".
3 Un tercer grupo de autores tiene en común su consideración de la didáctica como teoría de la instrucción. Son representativos genuinos Stöcker y Tomaschewski. Este último es taxativo en su manifestación:
La teoría general de la enseñanza se llama didáctica.
Divide su objeto general en tres campos de investigación: una disciplina particular de la pedagogía, las leyes del proceso unitario de la instucción y la educación en clase.
Más concretamente, Tomaschewski propone siete problemas objeto de la didáctica, que los tratará teóricamente:
- Conocimiento de los objetivos y propósitos de la enseñanza.
- Descripción de los procesos de enseñanza en general y leyes que rigen el proceso.
- Deducción de las reglas y principios de la actuación del profesor en el aula.
- Programación de los contenidos adecuados a los alumnos y las actividades pertinentes.
- Organización del aprendizaje de los alumnos.
- Determinación de métodos y técnicas adecuadas para instruir al alumno.
- Selección de los medios materiales que el profesor va a utilizar en clase.
La didáctica estudia todos estos problemas en cuanto tienen importancia para todas las asignaturas del programa. De este modo el autor plantea con claridad la diferencia entre didáctica general y especial. En resumen, para Tomaschewski la didáctica es "una disciplina parcial de la pedagogía", que trata problemas comunes a todas las materias y lo hace con carácter teórico.
Stöcker es claro en la definición y coincide con el anterior:
En el uso corriente de la lengua comprendemos por doctrina general de la enseñanza (o también estructura didáctica) o didáctica (del griego didaskein = enseñar) la teoría de la instrucción y de la enseñanza escolar de toda índole y en todos los niveles. Trata de los principios, fenómenos, formas, preceptos y leyes de toda enseñanza sin reparar en nunguna asignatura en especial.
Tres connotaciones resultan patentes:
- El carácter teórico, que diferencia el tratamiento didáctico de la "instrucción y de la enseñanza escolar", de la mera técnica didáctica o arte de la enseñanza.
- La determinación del carácter general, sin reparar en ninguna asignatura especial, frente a lo genuino de las didácticas especiales que aplican las normas universales a la idiosincracia de cada disciplina.
- El tratamiento teórico de la instrucción y la enseñanza se reduce a los fenómenos que suceden al respecto en la institución escolar. Con ello elimina lo familiar y extraescolar, que García Hoz también reclamaba para la didáctica, y todo lo que caiga dentro de los modelos asistemáticos y no formales.
En la definición incluye también el autor el objeto material de la didáctica: principios, fenómenos, formas, preceptos y leyes de toda enseñanza. Con ello queda determinado el ámbito de estudio de la didáctica general y, por tanto, se puede distinguir fácilmente su tratamiento teórico de otros que son propios de las demás ciencias de la educación.
4 Ha habido un intento de confundir didáctica y metodología de la enseñanza. Con ello se ha conseguido un reduccionismo que repercute en la estructura del objeto material de nuestra ciencia. Titone, por ejemplo, es un típico representate de la tendencia metodológica:
La didáctica, en su sentido más amplio, en cuanto que trata de regular el proceso instructivo de formación intelectual, es una metodología de la instrucción; pero en su más estrcita acepción es también una tecnología de la enseñanza; o sea, una especificación ulteriormente concretada de la metodología pedagógica.
Aunque pareza que hay una confusión entre didáctica y tecnología de la enseñanza, es un simple espejismo, porque el autor enfatiza taxativamente: tecnología de la enseñanza, o sea, una especificación de la metodología pedagógica. Está claro que la identificación esencial se da entre didáctica y metodología de la instrucción.
Es cierto que Titone habla a veces de la teoría de la praxis docente:
Sobre un determinado concepto de enseñanza y sobre un particular cuadro epistemológico de las ciencias pedagógicas se constituye la Didáctica como teoría de la didaxis, es decir, de la docencia. [Se trata de] una ciencia, por consiguiente, que tiene como objetivo específico y formal la dirección del proceso de enseñanza.
Dirección que, no cabe duda, hay que interpretar como modelo, es decir, como el camino más idóneo, como método.
Más expeditivo es Larroyo:
La pedagogía llama didáctica o metodología al estudio de los métodos y procedimientos en las tareas de la enseñanza y del aprendizaje.
Como ya hemos dicho, estos enfoques son restrictivos, y muchos aspectos de los procesos de la enseñanza-aprendizaje (evaluación, medios...) quedan fuera del tratamiento didáctico. La metodología de la enseñanza es un aspecto de la didáctica que centra su labor en los medios, procedimientos, técnicas, etc., pero que presupone los objetivos y prescinde del control de eficacia.
5 En la situación actual de la didáctica, cuando predominan los tratamientos tecnológicos, no es extraño que exista un reduccionismo al plano instrumentalista, práctico o meramente técnico. Es Mattos quien toma partido por este modo de pensar al definir didáctica como:
... la disciplina pedagógica de carácter práctico y normativo, que tiene por objeto específico la técnica de la enseñanza.
Todos estos planteamientos técnicos e instrumentalistas reducen el campo de estudio a los mismos elementos: técnicas concretas, medios, recursos, programación de una clase, etc., que terminan estructurándose en un recetario de normas más o menos universales.
En la misma línea actúa Bruera, para quien:
[La didáctica] consiste en un saber hacer que se articula desde las estructuras epistemológicas de las ciencias, pero que también funcionaliza adecuadas propuestas instrumentales a las imprevisibles variantes de los procesos de aprendizaje que se producen en la situación de clase.
Pero estos planteamientos son también reduccionistas al basarse solamente en el carácter práctico-normativo de la didáctica y olvidar el sentido teórico-especulativo. No es que aquí neguemos el valor de lo técnico -es un error no considerar la vitualidad de lo artesanal en la didáctica-; pero es un error también reducir todo el contexto didáctico a este exclusivo campo del bien hacer.