sábado, 5 de julio de 2014

Grecia: civilización del ocio

Grecia, y en particular Atenas, representa para nosotros el mejor ejemplo de la civilización del ocio. Un ocio inteligente y creativo, en el cual el ciudadano se dedicaba a los asuntos de la ciudad, a estar con sus amigos y a fortalecer el cuerpo mediante ejercicios gimnásticos.

1. Los Juegos
Una de las manifestaciones más conocida de esa cultura del ocio fueron los Juegos, que conseguirían algo que no habían logrado ni la religión ni la política: armonía entre los ciudadanos griegos. Para poder celebrar los Juegos en Grecia, los gobernantes, si era necesario, decretaban una tregua sagrada de tres meses, que era justamente el tiempo que duraba la competición.
Los griegos iban a Olimpia, a Delfos o a Corinto, no para honrar a los dioses -porque eso podían hacerlo en cualquier otro lugar-, sino para ver los combates de los mejores atletas. Alejandro Magno decía que Olimpia era la capital del mundo griego.
Los Juegos atléticos eran, sin duda, la auténtica religión de los griegos, quienes rendían culto a la salud, a la belleza y a la fuerza. Decía el poeta Simónides: "Tener salud es lo primero para el hombre. Lo segundo, estar en buena forma física. Lo tercero, tener dinero ganado sin fraude. Y, por último, disfrutar de su juventud rodeado de amigos".
Las referencias a la fuerza física son constantes en la literatura griega. Ya Homero cantaba en la Odisea: "Nada hay más glorioso para el hombre que lo que él conquista con sus propias manos".
La causa de tal insistencia en lo corporal debemos buscarla, naturalmente, en el carácter de esa sociedad guerrera y aristocrática. El ideal del ciudadano ateniense era estar siempre preparado para enfrentarse a cualquier ataque; para ello era necesario estar en buena forma.
Los Juegos en Grecia fueron, en un principio, locales. Después se organizaron pequeñas competiciones entre distintas localidades, hasta que finalmente se celebraron los Primeros Juegos Panhelénicos (de todos los griegos), en la histórica fecha de 776 a.C., que debemos recordar como el año en que se inauguró la primera Olimpiada, y como la primera fecha cierta de la historia de Grecia.
Los Juegos en un principio no eran una competición. Su origen tiene que ver con los juegos funerarios celebrados en honor del difunto; es decir, eran ceremonias deportivas que formaban parte de unos actos ofrecidos en los funerales. La leyenda atribuye su origen al héroe mítico Heracles.

2. El ciclo de los Juegos
Aunque los más conocidos para nosotros son los Olímpicos, en Grecia hubo cuatro clases de Juegos:
- Los Ístmicos. Se celebraban en Corinto, cada cuatro años, durante el verano y en honor del dios Poseidón. Constaban de pruebas atléticas, hípicas, musicales y náuticas.
- Los Nemeos. Se celebraron por vez primera en la inauguración del templo de Zeus en Nemea. Conmemoran la victoria de Heracles sobre el león de Nemea. Los Juegos Nemeos se celebraban en verano y enfrentaban a los atletas en pruebas hípicas, atléticas y artísticas.
- Los Píticos. Se celebraban en Delfos en honor del dios Apolo, quien los había fundado para conmemorar su victoria sobre la serpiente Pitón. Al principio consistían solamente en pruebas musicales -Apolo es el dios del canto y de la música-, pero más tarde incluyeron también pruebas atléticas e hípicas.
- Los Olímpicos. Se celebraban cada cuatro años en el santuario de Olimpia, en honor a Zeus.
El conjunto de estos cuatro Juegos se llamaba "período" o "ciclo". Se llevaban a cabo cada cuatro años, y duraban cinco días. La mayor ambición de un atleta griego era ganar la corona de laurel, símbolo de la victoria, en todos ellos.
La palabra atleta es griega, y significa "luchador". Era una de las palabras más sagradas para los griegos, porque comprendía las cualidades que mayor importancia tenían para un hombre: salud, vigor y fuerza. Grecia alcanzó fama por su arte, su literatura y su filosofía, pero también por la fuerza de sus guerreros. Como ocurre hoy, sobre todo en los países ricos, el culto al cuerpo convierte el deporte en una manifestación de poder. En este tipo de países tienen la misma importancia los científicos que los deportistas, pero con una diferencia de tipo económico: los deportistas son elevados a la categoría de mitos, porque a la admiración que despiertan entre la gente se añade su altísima cotización económica. Por el contrario, el atleta griego luchaba exclusivamente por el honor y la gloria: "¡Dioses del Olimpo!, ¿qué clase de hombres son esos, que luchan unos contra otros no por dinero, sino por honor?", exclamó en una ocasión un soldado persa.
Grecia veía en los Juegos una forma de estimular las habilidades de sus ciudadanos. Las competiciones en público eran una excelente ocasión para que, por un lado, los griegos demostrasen lo que eran capaces de hacer, y, por otro, para refinar el gusto del público, que cada vez se acostumbraba a ver mejores representaciones. En este sentido, los Juegos tuvieron una enorme influencia en el arte y en la literatura. Incluso se fechaban los años por el nombre del atleta vencedor en ellas, igual que en Roma se fecharían los años por el nombre de los cónsules.
El ideal griego de perfección cultural se manifiesta también en las esculturas de la época clásica de Atenas, cuyas obras muestran un buen conocimiento de la anatomía humana.
Por último, cabe mencionar los Juegos Panatenaicos, en honor de la diosa Atenea, que da nombre a la ciudad de Atenas. Consistían en una combinación de pruebas deportivas y celebraciones religiosas.

3. Pruebas de los Juegos Olímpicos
Las cinco pruebas más importantes en los Juegos Olímpicos formaban el llamado pentathlon, palabra griega que significa "cinco luchas", que incluían: carrera, lanzamiento de disco, lanzamiento de jabalina, salto y lucha. Para pasar a la siguiente fase, era necesario ganar tres de esas cinco pruebas.
La fase siguiente era el pancracio, que significa "juego de poder". El pancracio era una combinación entre boxeo y lucha. Excepto morder y meter el dedo en el ojo del contrario, valía todo en esta prueba, incluso golpear en el estómago. De hecho, parece que los más famosos atletas ganaron a base de romperles los dedos a sus oponentes.
Otras pruebas era el estadio, o "carrera de velocidad", y el hipódromo, o "carrera de caballos".
Una vez terminadas las pruebas, un comité entregaba los premios a los ganadores: una banda y una corono de olivo ceñida alrededor de la cabeza.
Tal era el prestigio de los Juegos Olímpicos, que los atletas esperaban todo el año para conseguir la mayor distinción que podían obtener en su vida. Otra forma de premiar al vencedor era librarle de pagar impuestos.
Más adelante, el olimpismo se profesionalizó. Ya no eran ramas de laurel y honores lo que buscaban los atletas, sino dinero. Esta contaminación del espíritu original de los Juegos los llevó a su decadencia, hasta que finalmente fueron prohibidos en el siglo IV d.C., por orden del emperador cristiano Teodosio, quien los consideraba inmorales.

4. Participantes en los Juegos
Podían participar en los Juegos solamente aquellos varones que fuesen griegos, libres y nacidos de matrimonio legítimo. Un jurado los seleccionaba, tras lo que empezaban un entrenamiento de diez meses bajo la supervisión de un profesional llamado pedotriba. Cuando llegaban a Olimpia, los atletas eran examinados por los componentes del Consejo Olímpico, ante los cuales juraban cumplir todas las reglas. Faltar a ese juramente era un deshonor que se castigaba severamente.
Las mujeres no podían participar en los Juegos Olímpicos. En su lugar, celebraban los Juegos Héreos, llamados así en honor de la diosa Hera. Las atletas vestían una túnica, y obtenían como premio una corona de olivo y un trozo de la vaca sacrificada en honor a la diosa. Estos Juegos estaban organizados por un comité de dieciséis mujeres.


5. Los Juegos en la actualidad
Desde los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, celebrados en Atenas en 1896. Barcelona'92 ha sido la única vez que se ha celebrado este acontecimiento deportivo y cultural en España.
Debemos mencionar a su vez la importancia que actualmente tienen los Juegos Paralímpicos. Después de la Segunda Guerra Mundial, y debido al gran número de heridos y discapacitados que ocasionó el conflicto, se comenzó a utilizar el deporte como terapia y rehabilitación. La culminación de esta nueva sensibilidad tuvo su éxito en la celebración de los primeros Juegos Paralímpicos, desarrollados en Roma en 1960.