Este pueblo pudo compartir en el inicio una lengua común, a la que se ha llamado protoindoeuropeo y de la que descenderían un gran número de lenguas actuales (las europeas y algunas de las regiones del subcontinente indio). Según el planteamiento del método comparativo, todas las lenguas derivadas del protoindoeuropeo pertenecerían a la familia de las lenguas indoeuropeas.
La existencia de esta lengua madre indoeuropea no fue establecida con garantía hasta el siglo XIX, cuando el método comparativo, aplicado a las diferentes lenguas europeas, estableció claramente la existencia de semejanzas sistemáticas entre ellas, por lo que se infirió su origen común. El hecho de que lenguas tan distintas como el hindi, el latín, el ruso o el alemán tengan semejanzas lingüísticas no permite pensar en una coincidencia casual, sino en semejanzas sistemáticas.
Por tanto, las lenguas indoeuropeas son aquellas lenguas europeas y asiáticas que presentan semejanzas, sobre todo morfológicas aunque también sintácticas, porque descienden de una lengua madre común, llamado protoindoeuropeo.
Este conjunto de lenguas constituye un capítulo importantísimo en el estudio de nuestra historia lingüística, ya que a ellas pertenecen casi la mitad de las lenguas que se hablan en el planeta. Por ser el indoeuropeo una lengua utilizada en un tiempo anterior a la escritura, no hay testimonios de sus sonidos ni de sus formas, así que solo podemos reconstruirlo a partir de las lenguas derivadas de esa hipotética protolengua.
Cada una de las familias surgidas de esa lengua madre han evolucionado y han dado lugar a otras familias y otras lenguas. De todas las familias que derivan del protoindoeuropeo nos interesan especialmente la itálica, por pertenecer a ella el latín (del que derivan las lenguas romances, entre ellas el castellano); la germánica, la céltica y la helénica, por su importante aportación de vocabulario al castellano.
Las principales lenguas romances (las que derivan del latín) se han extendido por casi todo el mundo, debido principalmente al colonialismo europeo de los siglos XVI al XX. Como resultado de este proceso, en la actualidad hay más de quinientos millones de personas que tienen como lengua madre alguna de estas lenguas romances, y alrededor de 2.000 millones de personas hablan alguna lengua de origen indoeuropeo.