La comunicación
activa entre antropólogos y economistas aumenta de continuo, especialmente
desde que se han convencido los primeros de la conveniencia de registrar tanto
como sea posible los mecanismos económicos de las sociedades que se estudian.
Ralph Linton, antropólogo estadounidense (1893-1953) |
Ralph Linton, para diferenciar los límites de
Antropología, Sociología y Psicología, aseguraba a cada una de estas
disciplinas tres campos de estudio: a la Sociología el estudio de la sociedad;
a la Antropología el de la cultura y a la Psicología el del individuo.
Como este mismo autor
reconoce, cada vez se torna más evidente que existen ciertos problemas cuya
solución no puede darla una sola de estas disciplinas.
Las sociedades están
compuestas de individuos y toda sociedad tiene una cultura, como toda cultura
pertenece a una específica sociedad. Los individuos son producto tanto de las
características de la sociedad como de las de su cultura. Entonces, por lo que
vemos, entre estos aspectos existe una estrecha interrelación que nos
imposibilita la aceptación de los campos antes asignados por Linton, aún cuando tengamos que agradecerle el
habernos lanzado una señal guía. Además, no sólo es necesario el diferenciar a
unas disciplinas de otras sino también el ensamblarlas en un compuesto
coherente.
La Antropología, al centrar
su atención en el hombre, tiene en cuenta tanto los aspectos de la existencia
humana, biológica y cultural; pasada y presente, combinando estos materiales
diversos en un abordamiento íntegro del problema de la experiencia humana. Esto
hace que tengamos también que ver la interdependencia que existe entre la
Antropología y otras ciencias diferentes de las consideradas como sociales, lo
que en cierto modo nos complica algo nuestra intención de obtener los límites
de la disciplina pero, por otro lado, nos amplia la visión de su contenido.
Herskovits considera que la Antropología acude a las ciencias
exactas y naturales, en tanto que, en relación con las humanidades y las
ciencias sociales, actúa esencialmente como agente sintetizador. La Antropología
proporciona a estas disciplinas un marco de referencia mucho más amplio, dentro
del cual pueden establecerse más seguras generalizaciones. Así, menciona este
autor que hay tres disciplinas que guardan una estrecha relación con la
Antropología. Esta disciplina como campo dinámico de investigación que
comprende el total desarrollo del hombre y estudia las variedades de la
cultura, resultado de los cambios a lo largo de dilatados períodos de tiempo,
es histórica. Como ciencia que trata de comprender los resortes de la
conducta social y el papel que la cultura desempeña en la adaptación humana es psicológica.
Por último, como disciplina que considera la naturaleza y amplitud de los
sistemas de valor a cuyo amparo viven los hombres, el significado de las metas
que sirven de guía a sus actividades, sus explicaciones del universo, y las
relaciones entre las instituciones y los que viven de acuerdo con ellas, es filosófica.
Claude Lévi-Strauss, antropólogo francés (1908-2009) |
Por lo tanto, la
Antropología, Etnología y Etnografía son, en realidad, tres etapas o momentos
de la misma investigación, y la preferencia de uno u otro de estos términos sólo
expresa que la atención está dirigida en forma predominante hacia un tipo de
investigación que nunca puede excluir los otros dos.
Los mecanismos y las
formas de adaptación humana al medio ambiente, las maneras de utilizarlo y
explotarlo, tienen que ver fundamentalmente con la tecnología, la economía y la
organización social y política. Desde este punto de vista, es decir, de la
estructura sociocultural considerada como un mecanismo de adaptación y control
del ambiente, la ecología humana es una disciplina montada a la vez sobre la
Antropología Física, las ciencias biológicas, la Antropología Social y Cultural
y las ciencias naturales. En este sentido, la ecología no sólo tiene una serie
de contactos con las ciencias sociales y, por lo tanto, con la Antropología
Social, sino que también es vinculante entre las diversas ramas de la
Antropología y sirve de nexo de unión con las ciencias físicas y naturales.
Las relaciones de la
Antropología, así a secas sin más calificativos, con la Historia han constituido
una parte muy apreciable de las discusiones referentes a los contactos con
otras ciencias o disciplinas. Inicialmente, la Antropología nació con una
indudable vocación histórica. Precisamente, el hecho de que los cimientos
antropológicos se fraguaran en la segunda mitad del siglo XIX tuvo como
consecuencia que el evolucionismo marcara la pauta que informaría a los
iniciadores de la Antropología.
Bosquimanos, pueblo primitivo del sur de África |
Margaret Mead estima que las diferencias metodológicas entre los
historiadores y los antropólogos pueden ser sintetizadas en dos palabras:
“documento” e “informe”. El historiador emplea material escrito. En
contraste, el antropólogo encuentra informantes cuyo lugar en su sociedad él
examina con mucho cuidado, de modo que de estos seres humanos vivientes puede
extraer elementos sobre la cultura que tradicionalmente registra sobre el
lugar.
La Historia puede ser
una guía para el antropólogo, como también la Antropología puede ser uno de los
instrumentos para interpretar la Historia. Durkheim
afirmaba que a la Sociología había que estudiarla históricamente, y que la
Historia se tenía que estudiar sociológicamente.
Por lo tanto, los fenómenos
de la Sociedad Industrial, como los problemas de las sociedades primitivas,
pueden ser enfocados desde una variada perspectiva, entre cuyos muchos enfoques podemos mencionar el económico, sociológico, psicológico y el
socio-antropológico, sin que el hecho de que nos encontremos en uno de ellos
quiera decir que estemos en un compartimento estanco aislado de los otros
enfoques que, en cualquier caso, pueden ser complementarios al mismo fin
específico que constituye nuestra meta.
La sociología se
ocupa más bien de estudios más globales y amplios, en tanto que los
antropólogos sociales tienen tendencia a realizar análisis más detallados:
monografías familiares, estudios culturales, dado que la cultura ha sido y
sigue siendo la piedra angular sobre la que se han asentado la mayoría de las
aportaciones de los antropólogos. En lo que respecta a las técnicas, los
sociólogos usan preponderantemente técnicas cuantitativas, en tanto que los
antropólogos utilizan métodos mucho más intensivos y cualitativos, hasta el
punto de que hay una técnica que es conocida como “método antropológico”, la
observación participante, que es típica, aunque no la única ni exclusiva de las
usadas por etnólogos y antropólogos.
Como
consecuencia de esto, las ciencias auxiliares de uno u otro enfoque variarán;
así, la estadística necesariamente tendrá que ser un instrumento imprescindible
para el sociólogo, y de bastante menor utilidad en el caso del antropólogo. En
otro orden de cosas, no se puede concebir el caso de un sociólogo que
desconozca al menos unos rudimentos de economía política moderna, no
interesándole lo más mínimo, aunque no le sobren, los conocimientos de
lingüística. Puede hacer magníficos estudios sociológicos sin conocer el idioma
de la realidad nacional sobre la que investiga, cosa que constituiría un
“handicap” de gran envergadura para el antropólogo, quien no solo tiene que
conocer la lengua sino también poseer los instrumentos de la lingüística,
incluso algunas veces de la ágrafa, y sin embargo no necesita absolutamente
saber lo que es propensión marginal al consumo o la elasticidad de la demanda,
aunque como en el caso del sociólogo, estos conocimientos no le vengan mal del
todo y enriquezcan el carácter científico de su propia perspectiva.