miércoles, 14 de octubre de 2020

La atmósfera

1. Introducción

La atmósfera es una capa gaseosa de más de 1.000 kilómetros de espesor que envuelve la Tierra.

La atmósfera evita que los rayos solares lleguen directamente a la superficie de la Tierra. Si la Tierra recibiera todas las radiaciones solares, sería imposible la vida en nuestro planeta porque durante el día se calentaría mucho y durante la noche se enfriaría demasiado.

La atmósfera también actúa como escudo protector contra la caída de los meteoritos.

En la atmósfera se distingue diferentes partes o capas, cuyos límites no son muy precisos.

2. Estructura de la atmósfera

Troposfera: Es la capa inferior de la atmósfera. La mayor parte del aire que respiramos se encuentra en los primeros 6 km de la troposfera. En la troposfera se producen los principales fenómenos meteriológicos (lluvia, vientos, formación de nubes...).

Estratosfera: Se denomina así porque el aire que contiene esta capa se mantiene estratificado y estable. Entre los 30 y los 50 km de altitud se encuentra la capa de ozono, que absorbe la mayor parte de las radiaciones ultravioletas procedentes del Sol.

Mesosfera: Situada entre los 50 y los 85 km de altitud, en esta capa el aire es muy denso.

Termosfera: Esta capa se caracteriza por un aumento de la temperatura, que puede ser muy elevado (2.000 ºC). La termosfera incluye la ionosfera, donde se producen las auroras boreales. Debido a las altas temperaturas, en la ionosfera se desintegran muchos meteoritos.

Exosfera: Capa más externa de la atmósfera terrestre, que se extiende desde los 500 km de altitud aproximadamente hasta alturas no determinadas; constituye la transición de los gases atmosféricos hacia el espacio exterior. Muchos satélites meteorológicos orbitan la Tierra en la exosfera.

3. Composición gaseosa de la atmósfera

El gráfico muestra la composición del aire, puro y seco, en la troposfera. A medida que aumenta la altitud, el aire es menos denso y disminuye la cantidad de oxígeno. 

En las capas altas de la atmósfera las radiaciones ultravioletas del Sol entran en contacto con el oxígeno y dan lugar a un nuevo gas: el ozono.

El ozono se encuentra en la estratosfera, entre los 30 y los 50 km de altura, formando una capa que impide que las radiaciones ultravioletas, nocivas para los seres vivos, lleguen a la superficie terrestre.

La capa de ozono, al entrar en contacto con otros gases, por ejemplo los que desprenden ciertas industrias y los que se usan en algunos aerosoles, se reduce hasta el punto de que en algunas partes parece tener agujeros. Por esos agujeros penetran los rayos ultravioletas y llegan hasta la superficie de la Tierra.

La capa de ozono funciona, pues, como un filtro de las radiaciones solares. Sin este filtro aumentarían ciertas enfermedades, como el cáncer de piel o los problemas oculares. También se podrían ver afectadas muchas especies vegetales y animales.

4. El efecto invernadero

Las radiaciones solares que llegan a la superficie terrestre se reflejan en ella, rebotan y calientan la atmósfera. Este fenómeno es esencial para la vida ya que, si no se diese, la temperatura media de la Tierra sería de entre 30 y 40º más baja.

En las últimas décadas, el aumento de la emisión de algunos gases (como los que producen las industrias, los vehículos y los aerosoles) han hecho aumentar los niveles de absorción de las radiaciones solares en la atmósfera: es lo que se llama efecto invernadero. Sus consecuencias son muy graves ya que provocan un aumento de las temperaturas, de manera que los glaciares han empezado a deshacerse y las lluvias han cambiado sus ritmos estacionales.  

 

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