1. El movimiento de rotación
La Tierra gira sobre sí misma, alrededor de un eje imaginario, en un movimiento llamado de rotación.
Para realizar una vuelta completa, la Tierra tarda aproximadamente 24 horas.
Si la Tierra no realizara este movimiento de rotación frente al Sol, en una parte del planeta siempre sería de día y en la otra parte siempre sería de noche. De día, la parte de la Tierra iluminada por el Sol se calienta, mientras que por la noche la parte que no recibe insolación se enfría.
La sucesión de los días y las noches hace que las temperaturas de la Tierra no sean extremas y permite la vida de las personas, los animales y las plantas.
2. La posición del Sol
En el movimiento de rotación la Tierra gira hacia el Este y por eso vemos amanecer en este punto cardinal (Levante). Durante el día, al girar la Tierra, parece que el Sol describe una amplia curva.
Cuando vemos el Sol en lo más alto del cielo es mediodía solar y aparece algo inclinado hacia el Sur, hacia donde están los Trópicos y el Ecuador. Al anochecer vemos desaparecer el Sol por el Oeste (Poniente).
El Sol parece más alto en el horizonte en verano, cuando el día es más largo.
3. Los husos horarios
Debido al movimiento de rotación de la Tierra, amanece primero en los lugares situados hacia el Este, o dirección por la que vemos salir el Sol todas las mañanas. Por tanto, en España amanece antes en las Islas Baleares que en Valencia; luego amanece en Madrid; después en Galicia; y finalmente en las Islas Canarias.
¿Qué pasaría si cada lugar de España se rigiera por un horario distinto según la posición del Sol? Pues que resultaría muy difícil establecer horarios de trenes y de programas de televisión, o jugar un partido de fútbol en una hora determinada.
Como el problema del horario era común para todo el mundo, se acordó dividir la Tierra en 24 husos horarios. Todos los lugares situados en un mismo huso o zona horaria tienen la misma hora. Así, cuando en Baleares son las 12, también lo son en Toledo y en A Coruña.