Mesopotamia (en lengua griega significa tierra entre ríos) fue una civilización agrícola que se desarrolló en una región localizada en torno a dos ríos: el Tigris y el Éufrates.
Su situación, cerrada al norte y al este por los montes Tauro y Zagros, y abierta al sur y al oeste al golfo Pérsico y al desierto de Siria, hizo de la zona un lugar de paso en el que, debido a la fertilidad de sus tierras, se asentaron numerosos pueblos y se levantaron ciudades amuralladas e independientes que a veces se integraron en distintos imperios.
La zona norte, montañosa y cuna del Tigris y el Éufrates, recibe el nombre de Alta Mesopotamia, mientras que la zona sur, formada por terrenos pantanosos, se denomina Baja Mesopotamia.
Asimismo, según los pueblos que predominaron en las distintas regiones, es posible hacer otra división de Mesopotamia:
- Sumer: Al sur, en la confluencia de los ríos.
- Acad: Al norte, entre los valles de los dos ríos.
- Asiria: Más al norte, en plena montaña.
2. La historia
En la historia de Mesopotamia podemos señalar las siguientes etapas, marcadas por los pueblos que dominaron la zona:
- Sumerios y acadios: Durante esta etapa (3500-1800 a.C.) destacaron los sumerios, pueblo pacífico y de cultura avanzada. Construyeron canales y pozos para controlar las crecidas de los ríos, se organizaron en ciudades-estado e inventaron la escritura. El predominio sumerio finalizó cuando Sargón I, rey de Acad, organizó un ejército y conquistó Sumer. Posteriormente, otro monarca, Gudea, unificó bajo su mandato a sumerios y acadios, unificación que mantuvieron sus sucesores.
- Asirios y babilonios: Durante esta etapa (1800-600 a.C.), Hammurabi volvió a unir bajo su autoridad las tierras de Mesopotamia, estableció la capital en Babilonia y creó el Primer Imperio Babilónico, que alcanzó una gran extensión. Posteriormente, hubo un predominio asirio en el cual destacó el rey Asurnasirpal II, que fue famoso por la gran crueldad que mostraba hacia sus enemigos. Hacia el año 625 a.C., Babilonia recuperó la hegemonía e instauró el Imperio Neobabilónico, cuyo rey más destacado fue Nabuconodosor II, que derrotó a los egipcios y dominó Siria.
- Persas y griegos: En el año 539 a.C., el rey persa Ciro II convirtió Mesopotamia en una provincia más de su imperio. En el 331 a.C., los persas fueron a su vez sometidos por los griegos bajo el mandato de Alejandro Magno.