Mediante la orientación se pretende que el sujeto alcance un suficiente conocimiento de sí mismo y del mundo que le rodea, de tal suerte que llegue a ser capaz de valorar y seleccionar el campo de la cultura técnica, el sistema de valores y la red de relaciones en función de las cuales desarrollará su vida.
En estos supuestos la orientación tiende al logro de los objetivos propios del dominio afectivo de la educación, así como la enseñanza sistemática se halla más estrechamente vinculada al logro de los objetivos cognoscitivos. En este sentido, orientación y formación moral humana está estrechamente vinculadas entre sí, de tal modo que en ciertos aspectos vienen a ser la misma cosa.
2. Los elementos personales de la orientación
2.1. El equipo orientador
La orientación no es tarea de una sola persona, sino que es labor de equipo en el que deben tomar parte todas aquellas personas que estén implicadas en la educación de un joven. Conviene advertir previamente que la tarea del equipo se reduce, y no es poco, a informar, sugerir y aconsejar, pero nunca a decidir. La decisión corresponde al propio sujeto al que se orienta y, si se da el caso de que no haya alcanzado aún la madurez necesaria para ello, las decisiones corresponden a quien tiene la máxima responsabilidad sobre el muchacho, esto es, a los padres.
Sin embargo, bien es verdad que en la institución aparece una figura, el orientador, que requiere:
- Capacidad de interpretar los datos de las exploraciones objetivas y de la observación para el conocimiento completo de cada escolar.
- Capacidad de valorar al estudiante tal como es, con sus posibilidades y sus limitaciones.
- Capacidad de utilizar a los compañeros, especialmente al grupo o equipo en el que trabaja el estudiante, para estimular y fortalecer el desarrollo personal de cada escolar.
- Capacidad de utilizar el interés del estudiante por determinados aspectos de la vida o del trabajo para estimular su deseo de aprender y de comportarse correctamente.
- Capacidad de proporcionar oportunidades adecuadas para que cada estudiante pueda conseguir éxitos.
- Disposición para descubrir y concentrarse sobre los valores positivos más que sobre las deficiencias o lagunas.
- Disposición para reconocer un trabajo bien hecho y valorar el esfuerzo llevado a cabo.
- Disposición para ayudar al estudiante a aceptar la responsabilidad de sus decisiones y compromisos.
El sentimiento de seguridad, el sentimiento de dignidad y la tendencia a la comunicación, pueden explicar las motivaciones fundamentales de la conducta humana.
En la medida en que estos sentimientos no son satisfechos, la conducta de los escolares presentan cuatro grandes grupos de dificultades:
1 - Fracasos graves en el aprendizaje
2 - Conducta evasiva
3 - Conducta agresiva
4 - Conducta nerviosa
2.3. El diagnóstico pedagógico
Dentro de la dificultad que entraña la exploración de la personalidad en sus múltiples aspectos y variabilidad, se puede considerar que una exploración completa incluiría los siguientes elementos:
Puede resultar de utilidad considerar como imprescindibles los elementos señalados con un asterisco (*) y utilizar los otros en situaciones de particular interés.
Todos los aspectos mencionados se han de relacionar entre sí, para que en la utilización de los datos proporcionados por el diagnóstico, el tutor u orientador estudie las coincidencias y discrepancias entre las distintas manifestaciones de la personalidad relacionadas directamente. Igualmente habrán de compulsar estas diferencias y discrepancias entre los datos aportados por las diferentes técnicas respecto de un mismo rasgo.
Cuatro tipos de comparaciones resulta necesario establecer:
- Coincidencia o discrepancia entre los factores mentales primarios de contenido (verbal, numérico y espacial) y las áreas culturales predominantemente verbales, numéricas o espaciales.
- Coincidencias o discrepancias entre las aptitudes básicas profesionales, las aptitudes mentales primarias y el rendimiento de las áreas culturales que se pueden considerar semejantes.
- Coincidencias y discrepancias entre los intereses profesionales con las mencionadas aptitudes básicas profesionales.
- Coincidencias y discrepancias entre los datos obtenidos para el mismo factor cuando se utilizan distintas técnicas de exploración, por ejemplo, pruebas objetivas del rendimiento escolar y calificaciones del profesor.