Las aldeas y territorios cercanos también formaban parte de la polis.
Los habitantes de estas ciudades no eran todos iguales. Las diferencias más notables se establecían entre:
- Los ciudadanos: Tenían derecho a votar, participaban en la vida política y pagaban impuestos. En Atenas este grupo lo formaban la aristocracia, que era dueña de tierras y rebaños; los mercaderes, poderosos gracias al comercio con las colonias; y los artesanos.
- Los no ciudadanos: No poseían estos derechos. En Atenas se denominaban metecos (extranjeros). Tenían que pagar impuestos especiales y podían asistir al gimnasio público, servir en el ejército y comprar bienes y esclavos, pero no tierras ni casas. La mayoría de ellos eran artesanos o comerciantes. En Esparta se denominaban periecos y eran trabajadores libres que estaban obligados a realizar prestación militar.
Fuera de este orden social se situaban los esclavos. Eran personas que pertenecían a otras. Desempeñaban un papel fundamental en la economía griega, ya que constituían la principal fuerza de trabajo. En Esparta se denominaban ilotas.
Se podía llegar a la situación de esclavitud debido a las deudas, por haber sido hecho prisionero de guerra, capturado en acciones de piratería o raptado.
Asimismo, el padre de familia tenía derecho a vender a sus hijos, y el campesino sin trabajo podía venderse a sí mismo. La venta se hacía mediante subasta.
Tanto los ciudadanos como los no ciudadanos libres podían formar parte del ejército. Los soldados se llamaban hoplitas. Iban fuertemente armados y protegidos con casco y coraza.
Esparta llegó a tener el ejército más poderoso de Grecia. La educación de los ciudadanos consistía en el adiestramiento militar. Hasta los sesenta años dedicaban su vida a la guerra y a labores del Estado, siempre bajo una férrea disciplina.
La mujer en Grecia
La mujer griega no desempeñaba ningún papel político. En las familias ricas, la mujer se pasaba la vida encerrada en las habitaciones que le estaban reservadas. No se atrevía a salir como no fuera acompañada y en ocasiones excepcionales. La mujer no escogía a su esposo; su padre se encargaba de ello.