La pedagogía, como cualquier otra disciplina, abarca una amplia variedad de fenómenos a estudiar. Fenómenos que aborda con diversos medios que le permiten en primer lugar la producción, y luego el almacenamiento y la difusión del conocimiento adquirido. Ambos aspectos, por hacer posible la aparición o la circulación de saber sobre la educación, serán para el investigador o estudioso fuentes de información pedagógica. Por tanto, podemos calificar de fuente de la pedagogía a cualquier realidad que pueda originar la producción de nuevos conocimientos, o a cualquier medio que nos proporcione conocimientos ya elaborados. La amplitud de las fuentes pedagógicas en su doble sentido es enorme.
Por una parte, hemos definido como fuente, en sentido amplio, alguna realidad a partir de la cual podemos crear nueva información pedagógica. Es decir, algo de donde extraigo, aplicando ciertos métodos, un saber sobre la educación. Abarca, entre otros, aspectos tan diversos como las situaciones artificiales de investigación; la realidad educativa en todos sus niveles; la práctica educativa que realizan los educadores; las experiencias y reflexiones personales conseguidas o sugeridas por cualquier procedimiento; todo tipo de documentación histórica; la cultura popular con sus refranes, cuentos, cancioneros, costumbres y otros productos en cuanto son expresión y aplicación de la sabiduría popular a la educación; los medios de comunicación de masas; buena parte de la literatura y otras formas artísticas, y sin duda muchos otros aspectos de la realidad. En cierto sentido, todo producto cultural encierra una faceta educativa, cuya trascendencia será mayor o menor según los casos, y que podemos investigar mediante variados métodos.
En un sentido más restringido, pero también más próximo a lo que aquí nos ocupa, hemos entendido por fuente pedagógica cualquier institución o medio documental que recoja, acumule y, sobre todo, exponga y difunda información pedagógica de cualquier índole. Las fuentes así concebidas son medios para conseguir una máxima circulación y extensión de la información pedagógica. Son, por lo tanto, una causa del aumento de conocimientos de los estudiosos de la pedagogía. Además, contribuyen poderosamente a configurar y unificar el área de saber que aborda la comunidad de los pedagogos, así como a facilitar el debate y la exposición de sus distintos puntos de vista. Esta concepción de las fuentes engloba ciertas funciones de instituciones pedagógicas nacionales e internacionales, centros y publicaciones de documentación, el amplísimo campo de la bibliografía pedagógica y el no menos extenso de las revistas especializadas en temas educativos.
En la actualidad una de las fuentes más importantes de información son las revistas. Su trascendencia reside en el hecho de que en ellas suelen publicarse los trabajos más recientes, así como ciertos estudios muy específicos que difícilmente llegan a publicarse en forma de libros. La inmediatez y la especialización son, pues, dos virtudes importantes de este instrumento de comunicación científica.