lunes, 11 de agosto de 2014

La religión en la Roma antigua

1. Los dioses romanos
Los romanos creían en la existencia de numeroso dioses. Cuando sometían a otros pueblos, adoptaban el culto a sus divinidades; así, por ejemplo, la mayor parte de los dioses romanos eran de origen griego.
En Roma existían dos tipos de divinidades: los dioses del Estado y los dioses familiares o domésticos.
Los dioses del Estado eran numerosos; se les rendía culto y se les ofrecían sacrificios en ceremonias religiosa. Éstas se realizaban en el exterior de los templos. Las divinidades principales eran Júpiter, dios del cielo; Juno, diosa protectora de la mujer y el matrimonio, y Minerva, diosa de la sabiduría, las artes y las ciencias. Además, se adoraba a otros dioses como Marte, Mercurio, Neptuno, Venus, Diana, etc.
Los dioses domésticos (lares, manes y penates) eran los protectores del hogar. El padre, cabeza de familia, oficiaba ceremonias religiosas en las viviendas, en las que se rendía culto a estas divinidades y se les hacían ofrendas.
Por otro lado, algunos emperadores fueron divinizados y objeto de culto por parte de todos los habitantes del Imperio, que expresaban así su lealtad al emperador.


Los augures eran sacerdotes encargados de averiguar el parecer de los dioses sobre las actividades importantes de Roma: convocar la Asamblea Popular, emprender una batalla, fundar una nueva colonia, etc.
La adivinación de los augures se basaba sobre todo en la observación del vuelo de las aves. Las aves más estrechamente ligadas a este ritual eran los cuervos, las cornejas y los buitres.

2. El cristianismo
En los primeros tiempos del Imperio surgió una nueva religión, el cristianismo, fundada por Jesús de Nazaret. Esta religión propugnaba la existencia de un único dios (monoteísmo), ante el cual todos los seres humanos eran iguales, y la promesa de una vida después de la muerte.
Relieve que representa el crismón,
símbolo de Jesucristo, presente en
las paredes de las catacumbas.
El aumento del número de cristianos y su negativa a rendir culto al emperador hicieron que el nuevo credo religioso fuera una amenaza para el orden establecido por Roma. Jesús de Nazaret fue condenado a morir en la cruz, y su religión fue prohibida. Los cristianos fueron perseguidos por distintos emperadores (Nerón, Domiciano, Trajano) y se vieron obligados a refugiarse en galerías subterráneas, llamadas catacumbas, para celebrar sus ceremonias religiosas y enterrar a sus muertos de forma secreta.
En el año 313, el emperador Constantino publicó un edicto (Edicto de Milán) por el que se establecía la libertad religiosa en el Imperio, y después él mismo se convirtió al cristianismo.
Posteriormente, en el año 380, el emperador Teodosio proclamó el cristianismo como la religión oficial del Imperio romano.

3. La organización de las comunidades cristianas
Las primeras comunidades cristianas recibieron el nombre de iglesias ("iglesia" procede del griego ekklèsia, que significa asamblea) y tenían una estructura muy sencilla. A medida que fue aumentando el número de cristianos, se hizo necesaria una organización más compleja. Durante el siglo II d.C. se adoptaron acuerdos sobre distintas materias (la fe, el bautismo y las escrituras) y apareció la figura del obispo, que estaba al frente de cada comunidad.


Imagen que representa a la Virgen con el Niño, flanqueada por los emperadores Justiniano y Constantino (mosaico de Santa Sofía de Estambul)