1. El sentimiento religioso medieval
La Edad Media es una época profundamente religiosa. El cristianismo está presente en todos los actos de la vida. Dios es el centro de todo, idea que se conoce como teocentrismo.
Este sentimiento religioso generó las cruzadas, expediciones militares formadas por miles de cristianos de todas las condiciones (desde campesinos a reyes, incluyendo mujeres y niños) para recuperar los Santos Lugares (territorio de origen de Cristo), en manos de los turcos musulmanes. No lo consiguieron, pero contribuyeron a abrir rutas que permitieron establecer contactos comerciales y culturales entre Oriente y Occidente.
2. El fin del mundo
La llegada del año 1000 llevó a creer en gran parte de Europa que se produciría el fin del mundo. Muchas personas abandonaron sus trabajos para dedicarse a la oración, y numerosos grupos religiosos deambulaban por los caminos como penitencia para que Dios personara sus pecados.
3. La Iglesia
La Iglesia, constituida por el clero, participaba del mismo sistema feudal que el resto de la sociedad medieval. Muchos de sus miembros formaban parte de órdenes religiosas. Estas órdenes estaban integradas por monjes, dirigidos por un abad, y vivían en un monasterio o abadía. Los monasterios eran pequeños feudos que acogían a campesinos libres como vasallos. Una de las primeras órdenes fue la de los benedictinos, fundada por San Benito de Nursia. El trabajo de los monjes consistía en rezar, cuidar de los enfermos, trabajar en las huertas y copiar manuscritos de la cultura griega y romana en las bibliotecas de los monasterios, que se conviertieron en centros de cultura.
Posteriormente, la Iglesia se enriqueció y sus costumbres se relajaron; además, los altos cargos eclesiásticos eran ocupados por miembros de la nobleza que veían en la Iglesia una forma de alcanzar poder y recibir de ella servicios y rentas.
Ante esta situación, a lo largo del siglo XIII, surgieron en las ciudades diversas órdenes mendicantes dedicadas a la evangelización, como los dominicos y los franciscanos, que fundaron conventos en muchas ciudades y se extendieron con gran rapidez.
4. Monasterios y universidades
Las sucesivas invasiones y la vuelta al mundo rural a lo largo de la Edad Media originaron la pérdida de muchos de los centros culturales de Occidente. La sociedad era, en su mayoría, analfabeta; los monasterios fueron los que pudieron conservar y transmitir la cultura a través de la labor de algunos monjes que sabían latín, la lengua culta de la época, y se dedicaban a copiar los libros.
A partir del siglo XI se produjo un renacimiento de la cultura: aparecieron las escuelas catedralicias y, a partir de ellas, las universidades, que tuvieron mucha importancia en la difusión de la cultura. Algunas de las universidades más antiguas fueron las de Bolonia, París, Oxford y Salamanca. En ellas se estudiaba, en latín, el Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el Quadrivium (Música, Astronomía, Aritmética y Geometría).
En el siglo XIII destacó la figura de Santo Tomás de Aquino, que se propuso acercar la obra del filósofo griego Aristóteles a la doctrina cristina: para Santo Tomás la razón conducía a la fe.
En España tuvo mucha importancia la Escuela de Traductores de Toledo, donde cristianos, musulmanes y judíos tradujeron del árabe las obras de los clásicos griegos. Esta escuela tuvo un gran auge durante el reinado de Alfonso X el Sabio (siglo XIII).
5. La ciencia y la técnica
En los últimos siglos de la Edad Media se produjeron importantes avances científicos.
En astronomía surgieron explicaciones sobre el universo, aunque se mantuvo viva la creencia de que la Tierra se encontraba en el centro del universo y el Sol giraba a su alrededor (teoría conocida como geocentrismo).
En matemáticas se escribieron los primeros manuales de aritmética y se comenzaron a aplicar nuevas técnicas para la realización de operaciones como la multiplicación y división.
La navegación también experimentó grandes adelantos, sobre todo desde principios del siglo XIV: se construyeron barcos más modernos con distintas velas y con timón, y comenzó a usarse la brújula. La invención de la carabela permitió a españoles y portugueses navegar más allá del Mediterráneo.
Pero fue la imprenta el invento más famoso. En Europa se produjo a finales de la Edad Media y constituyó una de las bases de la difusión del Renacimiento. La ideó Johannes Gutenberg hacia 1440. A partir de ese momento, se empezaron a publicar en Europa miles de libros que contribuyeron a extender la cultura por todo Occidente con una rapidez impresionante. La primera obra en ver la luz fue la Biblia.
6. Otros inventos medievales
La calidad de las viviendas mejoró a partir del siglo XIII con la construcción de chimeneas y cristales para las ventanas.
Otros inventos interesantes fueron el del jabón, la mantequilla, las gafas (Italia), el botón (Alemania) y el reloj de pesas.