sábado, 8 de agosto de 2015

Vida y obra de Aristóteles

Detalle central de La escuela de Atenas (fresco de Rafael): Platón con el dedo levantado hacia el cielo y Aristóteles con la mano vuelta hacia la Tierra ilustran dos pensamientos clásicos de signo contrapuesto. Platón minusvaloró la realidad sensible y buscó en el cosmos inteligible (en el cielo) la auténtica realidad. Aristóteles, en cambio, procuró encontrar en la realidad sensible, es decir, en el mundo que nos rodea, los principios explicativos de la realidad.

Al comienzo de la Ética a Nicómaco, Aristóteles indicó que aunque tanto la amistad como la verdad son dignas de ser estimadas, resulta más sublime la verdad:

Mejor será, por ventura, en general, considerar y dudar de todo cuanto se dice; aunque llevar a cabo esta conducta nos será dificultoso por ser amigo de los defensores de las Ideas. Aunque parece que por conservar la verdad conviene refutar a los filósofos; pues siendo ambas cosas (la amistad y la verdad) dignas de ser amadas, es más sublime honrar más a la verdad.
Aristóteles, Ética a Nicómaco

Con estas palabras, este filósofo, que durante veinte años permaneció como discípulo en la Academia platónica, quiere poner de relieve que, a pesar de la amistad se vio obligado a rechazar los contenidos fundamentales de la filosofía de Platón.
En efecto, según Aristóteles, el mundo de la ideas no existe y, en consecuencia, la preexistencia en él del alma humana resulta imposible, no habiendo tampoco conocimientos innatos: el ser humano goza de capacidad intelectual o entendimiento; pero éste es como un papel en blanco, como una tabla rasa, carece de contenidos y éstos sólo pueden llegarle mediante los sentidos; éstos son los encargados de ponernos en contacto con la realidad que, posteriormente, el entendimiento se encargará de comprender. En este sentido, conocer consiste en descubrir el significado que en sí mismo poseen las cosas, los objetos naturales o artificiales o, expresado de otro modo, las ideas se encuentran en los propios objetos concretos.

1. El imperio macedonio
Macedonia constituía una región situada al norte de Grecia, alejada del mundo cultural griego y considerada, por tanto, como territorio bárbaro. En el año 359 a.C. Filipo II fue proclamado rey de este estado y pronto consiguió organizar un poderoso ejército. Hacia el año 340, los partidarios de la democracia ateniense, conducidos por Demóstenes, lograron unir a los griegos contra los deseos expansionistas del rey macedonio y Atenas le declaró la guerra. Los griegos fueron derrotados en la batalla de Queronea (338 a.C.) y Filipo II se hizo dueño de la Hélade, eliminando el régimen de la polis y estableciendo el imperio.
Con la muerte de Filipo II, en el año 336 a.C., Atenas y otras ciudades griegas intentaron recuperar la libertad, mas con la subida al poder de Alejandro Magno, hijo del anterior, se incrementó el dominio macedonio, iniciándose una amplia campaña bélica destinada a extender el imperio por amplios territorios de Asia y África.

2. Biografía de Aristóteles
Aristóteles (384-322 a.C.) nació en Estagira, ciudad de Macedonia. Su padre era médico del rey Amintas, el cual, a su vez, fue el padre de Filipo II. A los 17 años vino a Atenas y entró como discípulo en la Academia de Platón, en donde permaneció hasta la muerte de éste, tras lo cual abandonó la capital griega y residió algún tiempo en Aros y después en Mitilene en el mar Egeo. En el año 343 a.C., Filipo II le designó educador de Alejandro y durante siete años residió en la corte macedónica. En el 336, Alejandro subió al trono y Aristóteles volvió a Atenas, en donde fundó el Liceo, centro en el que impartió la docencia prácticamente hasta su muerte. En el Liceo, los alumnos habitualmente paseaban mientras discutían sobre ciertos temas relacionados con las enseñanzas, por lo que se les dio el nombre de peripatéticos (paseantes).
En el año 323 a.C., murió Alejandro y el partido antimacedonio accedió al poder en Atenas. Aristóteles, acusado de impiedad, huyó de la ciudad, para evitar que los atenienses cometieran un segundo crimen contra la Filosofía, refugiándose en Calcis, localidad natal de su madre, en donde murió al año siguiente. 

3. La obra aristotélica
Se cree que Aristóteles escribió más de mil tratados; pero, como en el caso de la mayoría de los autores antiguos, una gran parte se perdió durante los primeros siglos de la era cristiana. En la obra aristotélica podemos diferenciar dos grupos de escritos, a saber, diálogos compuestos durante su pertenencia a la Academia platónica y que fueron publicados por el propio autor y notas y apuntes preparatorios de clases, destinados exclusivamente a sus discípulos del Liceo. Curiosamente, de los primeros, conocidos por griegos y romanos, no se ha conservado ninguno; y los llegados hasta nosotros pertenecen todos al segundo grupo, éstos eran desconocidos en la antigüedad, salvo, claro está por los discípulos del Liceo. De todas formas, el legado aristotélico posee abundantes lagunas, frecuentes interpolaciones y añadidos y numerosos contenidos dudosos y llenos de dificultades.
Aunque, probablemente los propios discípulos de Aristóteles trataron de recoger ordenadamente las obras legadas por el maestro, la primera gran recopilación tuvo lugar en el siglo I a.C. por medio de Andrónico de Rodas, quien sistematizó el legado aristotélico de acuerdo con un plan didáctico, es decir, en consonancia con el orden en que se debían impartir las enseñanzas, a saber: en primer lugar, las ciencias teóricas, que tienen el objeto de descubrir la verdad (Física y Metafísica); en segundo lugar, las prácticas, que comprenden los estudios relativos al comportamiento humano (Política, Ética, Economía); en tercero, la actividad productiva (Arte, Técnica); y con carácter previo, como propedéutica a todas las ciencias, la Lógica, órgano o instrumento de la actividad científica. Por tanto, podemos clasificar el conjunto de las obras legadas por Aristóteles del modo siguiente:
  •  Tratados de Lógica: A su conjunto se le conoce con el nombre de Órganon (o instrumento de investigación), éstos son: Categorías, Sobre la interpretación, Primeros analíticos, Segundos analíticos, Tópicos y Refutaciones sofísticas.
  • Tratados de Física: En éstos se incluyen también trabajos relacionados con biología, astronomía y psicología, entre los que destacan los ocho libros de la Física, Sobre el cielo, Sobre la generación y la corrupción, Sobre las partes de los animales, Sobre el alma y otros varios de biología.
  • Tratados de Metafísica: Un conjunto de catorce libros.
  • Tratados de Ética, Política, Economía y Retórica: Entre los que cabe destacar Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo y ocho libros dedicados a Política (tratados sobre la familia, el estado, la constitución, la democracia, etc.) y La Constitución de Atenas.